Conversación entre cuarentones medio-calvos con ínfulas de “atléticos marca-abdominales”, oída en la mesa de al lado:
El que se las llevaba de calle: ¡tíos, vámonos a la playa este finde, que han dicho que va a hacer bueno! Dejamos a las parientas con los niños en el chiringuito y nos pillamos las tablas.
El calvo con coleta: sísísí, que os voy a decir dónde están las mejores olas y lo vais a flipar…
El del balón intragástrico: vale, pero a ver dónde consigo yo un traje de neopreno de mi talla, que el que me regalaron cuando me casé ya no me entra.
El que se las llevaba de calle: no te preocupes, que en cuanto cojamos unas cuantas, ni te va a hacer falta del subidón de adrenalina…
Vamos a ver, chiquillos de mis entrañas: ¿qué subidón ni qué carajo-la-vela? ¿No os dais cuenta que no tenéis edad? ¿Dónde decís que vais a encontrar las olas? Como no sea en la bañera…
¿A quién queréis engañar, si se os ve a la legua que vais a comprar el pan y el periódico en coche y que la última vez que echasteis una carrera fue en el supermercado a ver quién llegaba primero a la caja para pagar las litronas de la barbacoa?
Estaba el chiquillo con su skate tan contento, ¿y tenéis que venir vosotros a joderle la tarde para hacer “unos trompos de alucine, como cuando era un chaval”? Hombre, por Dios, que oigo crujir tu rodilla desde aquí y me está dando tal grima que me castañetea hasta el páncreas. Si vas a frenar con la boca, que te estoy viendo venir. Haz el favor y devuélvele el sancheski al crío, que está a todo llorar pensando que le vais a destrozar el regalo-la-Comunión… no seáis crueles y daos vuestro sitio.
¿Qué tipo de regresión sufren los hombres llegada cierta edad, que les lleva a hacer este tipo de tonterías? ¿O es que han ahorrado un huevo para pagarse una cadera nueva y todo se la sopla? ¿No se dan cuenta que ponerse a hacer el Matthew McConaughey a sus años es exponerse a un suicidio lento y doloroso?
Igual que cuando acuden a una reunión de antiguos alumnos para reírse de “tipos feos y viejos a los que no veía desde hace veintitantos años”. Alguno me cuenta que los veía a todos “fatal, como arrugaos, gordos y con entradas; vamos, una panda de fracasados que podían ser mi padre”. Ya, ya… y ellos a ti, ¿cómo crees que te veían, garboso? Pues igual, desgraciado, igualito. Ya te lo anticipo. Fijo que han ido todos con el mismo cuento a la parienta: “hija mía, no sabes la suerte que tienes. Te llevaste al mejor, porque todos los de mi clase están achacosos y decrépitos. Da pena verlos. Todos me miraban con envidia.”
Me estoy imaginando la cara de la “santa”, conteniéndose las risotadas por no ofender y buscando un kleenex con la mirada para taparse los lagrimones y evitar que le resbalen hasta el morro. ¡Qué papelón, Virgen Santísima!
Y cualquiera les quita la ilusión… Decirles “tú eso no lo hagas porque ni sabes ni puedes” es como provocarles. Como si les retaras con un “a que no hay huevos”. La has cagado. Para allá que van con todo el equipo. A lucirse, porque “el que tuvo, retuvo”.
Ya, pero… ¿y si nunca “tuviste”?
¿Qué “retuviste” entonces?
¿Los kilos? ¿Las canas? ¿La barriga de siete meses? ¿Los tobillos delicados que heredaste de tu madre? ¿La desvergüenza de tu padre? ¿Qué???
Y que para esto no impartan cursillos…
El que se las llevaba de calle: ¡tíos, vámonos a la playa este finde, que han dicho que va a hacer bueno! Dejamos a las parientas con los niños en el chiringuito y nos pillamos las tablas.
El calvo con coleta: sísísí, que os voy a decir dónde están las mejores olas y lo vais a flipar…
El del balón intragástrico: vale, pero a ver dónde consigo yo un traje de neopreno de mi talla, que el que me regalaron cuando me casé ya no me entra.
El que se las llevaba de calle: no te preocupes, que en cuanto cojamos unas cuantas, ni te va a hacer falta del subidón de adrenalina…
Vamos a ver, chiquillos de mis entrañas: ¿qué subidón ni qué carajo-la-vela? ¿No os dais cuenta que no tenéis edad? ¿Dónde decís que vais a encontrar las olas? Como no sea en la bañera…
¿A quién queréis engañar, si se os ve a la legua que vais a comprar el pan y el periódico en coche y que la última vez que echasteis una carrera fue en el supermercado a ver quién llegaba primero a la caja para pagar las litronas de la barbacoa?
Estaba el chiquillo con su skate tan contento, ¿y tenéis que venir vosotros a joderle la tarde para hacer “unos trompos de alucine, como cuando era un chaval”? Hombre, por Dios, que oigo crujir tu rodilla desde aquí y me está dando tal grima que me castañetea hasta el páncreas. Si vas a frenar con la boca, que te estoy viendo venir. Haz el favor y devuélvele el sancheski al crío, que está a todo llorar pensando que le vais a destrozar el regalo-la-Comunión… no seáis crueles y daos vuestro sitio.
¿Qué tipo de regresión sufren los hombres llegada cierta edad, que les lleva a hacer este tipo de tonterías? ¿O es que han ahorrado un huevo para pagarse una cadera nueva y todo se la sopla? ¿No se dan cuenta que ponerse a hacer el Matthew McConaughey a sus años es exponerse a un suicidio lento y doloroso?
Igual que cuando acuden a una reunión de antiguos alumnos para reírse de “tipos feos y viejos a los que no veía desde hace veintitantos años”. Alguno me cuenta que los veía a todos “fatal, como arrugaos, gordos y con entradas; vamos, una panda de fracasados que podían ser mi padre”. Ya, ya… y ellos a ti, ¿cómo crees que te veían, garboso? Pues igual, desgraciado, igualito. Ya te lo anticipo. Fijo que han ido todos con el mismo cuento a la parienta: “hija mía, no sabes la suerte que tienes. Te llevaste al mejor, porque todos los de mi clase están achacosos y decrépitos. Da pena verlos. Todos me miraban con envidia.”
Me estoy imaginando la cara de la “santa”, conteniéndose las risotadas por no ofender y buscando un kleenex con la mirada para taparse los lagrimones y evitar que le resbalen hasta el morro. ¡Qué papelón, Virgen Santísima!
Y cualquiera les quita la ilusión… Decirles “tú eso no lo hagas porque ni sabes ni puedes” es como provocarles. Como si les retaras con un “a que no hay huevos”. La has cagado. Para allá que van con todo el equipo. A lucirse, porque “el que tuvo, retuvo”.
Ya, pero… ¿y si nunca “tuviste”?
¿Qué “retuviste” entonces?
¿Los kilos? ¿Las canas? ¿La barriga de siete meses? ¿Los tobillos delicados que heredaste de tu madre? ¿La desvergüenza de tu padre? ¿Qué???
Y que para esto no impartan cursillos…
12 comentarios:
La crisis de los cuarenta es que es muy mala jeje tienes toda la razón, en vez de cojer la tabla deben coger la caña de cerveza y sentarse a ver pasar las "obregonas" de cincuenta que se visten de quince y se creen de veinte por haberse puesto tetas...
Que país!!!
Que malvada...jajajaja ir contigo por la calle tiene que ser un show. Pagaría por ello.
Como dice Nereida,un SHOW!!
Queremos que nos invites a una vuelta por tu ciudad. jaja
Un besote.
ay dios mio...q cruel es la pitopausia!
Mira,te cuento ;en el bar donde desayuno cada dia suelen desayunar muchos de los q trabajan en el Corte y hay un grupito de 6 q me parecía estar viendo en tu post, estos no son surferos,son mas bien la competencia de Alonso Raikonen y Schumi...con decirte q ya me se q cochazo lleva cada uno y cuantos km por litro hace!!!!
Mala leche tienes hija! jajajaja.
Pues yo estoy más enforma ahora que con 25.
Me apunto a la ruta guiada!!!
Esthertxu, qué bueno!! He leído varias de tus entradas y me han encantado. Son muy amenas y además siempre te sale una sonrisa, como mínimo, si no una carcajada. Es verdad que los hombres, sobre todo, cuando están juntos sacan pecho y quieren hacer algo a lo que ya no están acostumbrados, y luego pasa lo que pasa xd...
Un abrazo!!
Vale, ¿y qué se supone que tenemos que hacer los que ya nos vamos acercando a los 40? ¿fútbol y toros? Eres mala...menos mal que lo mío siempre fué el billar.
Que biueno !!!
Cuando he leido tu entrada pensaba que eras una veinteañera. he tenido qu emirar tu perfil para comprobar que solo te faltan cuatro años para entrar en la crisis de los cuarenta... podras contar el equivalente de la crisis en femenino.
Animo, te queda poco.
Saludos.
Babilonio: entre los cuarentones con pitopausia y las Obregonas con micro-tanga, está el panorama patrio pa jartarse de llorar... de la risa, claro...
Nereida: no te creas, que una es muy tímida en las distancias cortas... eso sí, me pones un ordenador por delante y hablo lo que no está en los escritos...
Sr. Simpático: a ver si te ibas a aburrir... que te digo que yo soy tímida en según qué situaciones...
Odalis: sí, lo de la incontinencia verbal es un asunto peliagudo... eso de que todo el bar conozca tus hábitos, posesiones y vicios no me convence...
Tom: ya, ya... más en forma ahora que a los 25... eso decís todos y luego pilláis el buga pa cruzar dos calles... que no me mientas!!!!
Virginia: pues sí, por bromitas masculinas como estas conozco casos dramáticos, pero me los callo por no deprimirles... jajaja. Bienvenida!
Papalobo: pues por supuesto, cielo, fúrgol y toros... hay otra cosa? (Me reservo mi opinión sobre que el billar sea considerado como "deporte"... anda queee...)
Máximo: eres mala, Muriel... pero tranquilo, que ya estoy preparando la entrada del próximo 28 de febrero de 2014. Será sobre las cuarentonas, sus desvaríos, sofocos, retenciones de líquidos y maridos cincuentones... jejeje yo, en mi línea...
Un abrazo para todos!!!
Si...sigo perplejo, me encanta tu blog. Es increible como nos veis las mujeres a los que vamos cumpliendo años. Parece que vosotras os quedasteis de meras espectadoras.
Se nos cae el pelo?... menos mal que a las mujeres no se les cae nada de nada por mas años que cumplan... curiosamente el consumo de la silicona ha subido... y no es por consumo en el sector de la construcción, se debe a la restauración de otro tipo de estructuras, por que no decirlo, en ocasiones arquitectónicas, pero no siempre... pero para caidas, y en versión femenina existe la prueba del lapicero.
Que tenemos canas?... algunos a mucha honra... otros, como en los casos de los autodenominados lideres politicos, de la oposición, núnca han tenido canas en la cabeza... en la barba y en los bigotes... parece que si...solo es cuestión de estilo.
Hablamos de mujeres que con cuarenta enseñan el ombligo creyendose "divinas de la muerte"?...de esas que se vuelven locas comprando en la seccion de adolescentes?....
Hablamos de los labios de silicona imitación hotdog?
Por que no? ... si somos ridiculos, somos ridiculos a la par. No es cuestión de sexo, si no de seso.
Saludos. (me ha rechiflado releerte, sin querer "he entrado al trapo" y podría seguir asi tieeeeempo y tiempo)
Jajaja!!! q malaaaaaa!!! :P aunque en parte, razón no te falta!!! pero bueno, aunq tengan 40, 50 o los q tengan, q sigan creyendose unos chabales y q disfruten de la vida :P
Jajajaja, me ha encantado lo de "oigo crujir tu rodilla desde aquí...", creo que será mi frase de cabecera de este mes, jaja.
Besos
Publicar un comentario