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martes, 24 de febrero de 2015

Mi alfombra "colorá"

Domingo noche. 

Son casi las 12 y corro a por el mando de la tele.

Los quehaceres diarios a punto han estado de impedirme organizar mi parafernalia anual frente al sofá, pero para esta hora parece que he conseguido todo lo imprescindible: café con leche templadito, el boletín de nominados con mi quiniela marcada, los bolis, el rotulador fluorescente para señalar los nombres de los afortunados ganadores y un paquete de pañuelitos de papel para los momentos sensiblones de la gala. Que los habrá. No falla...

Empieza mi momento favorito del año: la 87ª edición de los Óscars.

La retransmisión de canal+ no siempre ha estado acertada, pero soy tan panoli que siempre espero que “este año sea la bomba”.

Pues tampoco.

Me ponen a la actriz Leticia Dolera al frente de una mesa que termina siendo deslavada y floja. Ni ella (¿por qué no mira a cámara ni una vez y tiene esa pose como ladeada marcando hombro y girando el cuello hacia el lado contrario, me pregunto?), ni los 2 presentadores que la acompañan (el nombre de uno de ellos, Carlos del Amor, ya me tendría que haber puesto sobre aviso...) consiguen mi más mínima simpatía. Y mira que yo soy fácil para estas cosas...

En fin, centrémonos en Cristina Teva, a pie de alfombra roja, que es la mejor presentando y entrevistando, a años luz del resto de compañeros dedicados a estos menesteres. Qué porte, qué estilazo, qué preguntas interesantes y preparadas... ¡Tanto que algunos no saben ni qué contestarle! Es tan profunda al micro que me ha parecido ver correr a algunos directores en sentido contrario a ella sólo para no quedar en evidencia ante toda España.
¡A ver si va a ser mejor mandar a encefalograma-plano-Dolera para que al menos se dignen a responder! ¡Que la Teva los intimida de lo lista que es!

En fin, a lo que íbamos, tuerta... los modelis, que sé que os encanta el despelleje. Que os lo noto en la mirada arrebolada y en la respiración entrecortada. Como que no nos conocemos ya...

Empezaré diciendo que no pienso poner ni una foto de la Monroy y su vestido-bandera-española, porque como todos sabréis ya a estas alturas, la tipa ni siquiera estaba cerca del Dolby Theatre el domingo 22 de febrero. Se tomó la foto que ha circulado por medio mundo el sábado 21, aprovechando los ensayos previos a la gala. Y lo vendió como “mirad, qué paletos los americanos que me han expulsado de la ceremonia por llevar la bandera de mi país”.

Pues muy bien, guapa.
Te vendrá bien el trapillo que te has cosido con dos grapas y un clip de oficina para el próximo carnaval.

Respecto a lo importante: ¡chicas, se lleva el blanco (y hablo de colores, listillas)! En todos sus matices e intensidades. Roto o impoluto. Sucio o nacarado. Nuclear o apagado. Tanto da.



Eso sí: hacedme el favor de combinarlo con algo dicharachero, por dios. No os pase como a la Portman y resultéis más frías que una pescadilla recién descongelada. Con lo mona que es esta chica y la he confundido al pasar con Sor Cateta...


Le sobra manga, le falta escote, le sobra falda, le faltan curvas.
Una pena.

Tampoco os lo echéis todo al cuerpo.
No os pase como a Cristina, que si se cae al río no sale, de tanta "charcutería fina"...  


(Nota mental: consultar con mi peluquera si lo que se va a poner de rabiosa actualidad son las raíces de mi abuela, que he visto que la Aguilera las lleva bien teñidicas de tipex a juego con su vestido y me mosquea...)

Como os iba diciendo, se lleva el blanco. Pero también el rojo. Y mucho.


Y la clásica combinación blanquinegra de todos los años...




Y se llevaron también los vestidos repes.
Pobre Jenny...


Encontrarte a las puertas del Dolby con tu propio clon tiene que ser para vivirlo...
Como si estuviera sufriendo su propia "Pesadilla Antes de Navidad", y alguien le susurrara al oído: "¿ves? Así sería tu vida si no te hubieras pagado los implantes en el 89..."
Terrorífico.

Bueno, terrorífico hasta que me doy cuenta que el Ken de la Barbie se me ha debido de escapar de la caja, se ha plantado en Hollywood y me mira fijo desde la pantalla...



Por un momento, desconecto de indolente-Dolera y me pongo a trastear por internet, enterándome sobre la marcha de que este año una serie de actrices y presentadoras norteamericanas de primer nivel han creado una plataforma denominada "ask her more" ("pregúntale más", para mi madre, que me estará leyendo) mediante la que reclaman mejores preguntas a las actrices sobre la alfombra roja y no sólo cuestiones relativas a su vestimenta y complementos.
Estupendo.
Esto promete.

Me centro entonces en la presentadora más rubia de la abc (no en la marisabidilla morena y enjuta con cara de rottweiller, que tiene pinta de ser su jefa, no. Ni en la otra que acaba de preguntar a Reese Witherspoon por los papeles para mujeres en la industria cinematográfica y  le ha permitido soltar una perorata de 12 minutos sobre lo importante que es dar voz a las mujeres. Sino en la otra...) y escucho estupefacta su pregunta inteligente a Jennifer López: "Jenny, me encanta tu modelo. Ellie Saab, ¿verdad?" (yo me troncho pensando en la mujer de Robert Duvall al fondo, con el mismo modelo y poniendo cara de "cagoentó, tenía que ser la Jennyculo la que entrara en la otra talla disponible"). Jenny-from-the-block asiente distraída cuando la rubia insiste en si se ha dado cuenta de lo mucho que le va a costar trepar hasta el escenario con semejante vestido divino-de-la-muerte y le hace ver que, cuando vaya a las fiestas posteriores, "verás tú el lío, que si falda parriba, escote pabajo..." Entonces, Jenny, como recién resucitada al tercer día y abriendo mucho los ojos, le grita: "noooo, para la fiesta tengo otro modelo!!! Tú te crees que ESTE es un vestido para ir de party???"

¡Olé tú, Jennifer López! ¡Y que vivan tus conversaciones sesudas!
Eso sí, como te pillen las de la plataforma pro - derechos sociales, te fríen viva...

Y ojito al modelo cómodo que se cascó para la afterparty...


No me digáis que no es el clásico para pegarse la juerga padre...
Con sus pieles abrigando las muñecas y antebrazos, su brilli brilli sobre los pezones, la braga faja asomando, la cola para barrer todos los bares... ¿Pero cómo no se iba a cambiar, la pobre mujer, si tenía a la parienta del Duvall pisándole los talones allá donde iba?

De los chicos, me quedo indiscutiblemente con Jared Leto, que es el único que consigue hacerme reír todos los años.
El tío tiene pinta de ser el más feliz de la costa oeste. ¿Pues no va y se planta un esmoquin lavanda, un paraguas tamaño carpa y su melena más al viento que nunca y se deja fotografiar a placer , igualito que mi tía Carmina cuando la sacamos a misa y a comer los domingos de Pascua?

Y a mí que me inspira como ternurilla y todo... Me brota invitarle a un bocata y ofrecerle un champú con mascarilla buenísimo que tengo en casa y que le dejaría el melenón lustroso y abundante. Ya ves tú qué cosas...

Y llega el momento "Maruja Jarrón" de la noche, que este año anda repartido entre la flor de la Paltrow y las flores de la maceta rubia...


Chicas, que no lo veo claro. No sé si os sobra moñaco, pendientes, flor de Pascua o bosque entero. Pero el resultado es cargante...

Aunque para cargante, Kelly Osbourne.


Entre las garricas purpurináceas que tiene por uñas, la bombonera lentejuelera con forma de esponja de baño multicolor, el tupé gallináceo lila y la saturación de esmeraldas en dedos y muñeca, dime tú ahora que por un momento no has creído notar un semi-ataque epiléctico, porque no te creo. ¿Cómo ha podido además meter en el mismo vestido un mandil, una falda corta abullonada, una falda larga con cola y encaje en el escote sobre un corsé bien tupidito? ¿Cuánto pesa todo eso que lleva encima? ¿Es consciente de que con todos esos metros de tela se puede vestir a una familia rumana entera?
¡Qué agobio! ¡Ha tenido que tardar en vestirse día y medio!

Y espera que voy con Heidi.
Mi queridísima Heidi.
Doña "Qué-pintas-tú-por-aquí".


Ya no es que vayas en huesos (porque decir que vas en bolas me parece ofensivo con los cuerpos esféricos), ¡es que ni bragas llevas!
Agradezco sinceramente al fotógrafo que sólo la haya retratado de canto.
Primero, porque de frente debe de parecer una "calcamonía". Y segundo, porque como se vea de frente la mitad de lo que se ve desde este lado, se puede liar la mundial.

Y, para rematar el sarao, aparece su prima la chunga:



Momento, unnnmomentoooo....
Me indican desde el pinganillo que no. Que ni se trata de la prima de Simeone ni es la segurata que reparte leches al que le levante la falda a Heidi Klum .

Resulta que se trata de Scarlett Johansson, que ha decidido disfrazarse de mujer jirafa con un inmenso collar verde y se ha colgado las bolas del árbol de Navidad en todos los agujeros que ha pillado libres por la oreja. Y ese corte de pelo... ¡Si es que me quedo sin palabras!

Por resumir la gala, que me enrollo cual persiana, diré que el presentador ni fú ni fá.
Tuvo un buen número musical al comienzo, pero ahí quedó todo.
Salvaron la ceremonia las actuaciones musicales con las canciones nominadas y el que, para mí, fue el momento cumbre de la noche: el homenaje de Lady Gaga a Sonrisas y Lágrimas en su 50º Aniversario.

La voz prodigiosa de la estrafalaria Lady Gaga me ha hecho llorar un par de veces durante su interpretación.

Lo sé, esto no es decir gran cosa, puesto que soy una llorona reconocida (ya me he imaginado a varias de mis amigas con cara de "pues vaya chorrá, si esta lloró con Terminator 2"... ¡listas, que sois unas listas!), pero de verdad que acostumbrada a oírla cantar ciertos temas comerciales, machacones o de dudoso gusto, lo de anoche me conmovió positivamente. El público se levantó para aplaudir a rabiar y ya no se sentó, porque apareció Julie Andrews en escena fundiéndose con ella en un abrazo muy sentido que dejó a la gente con un nudo en la garganta. ¡Pero si hasta enfocaron a Chris Pine llorando a lágrima viva!

Del resto, a estas alturas, ya sabréis casi más que yo misma: discurso genial de mi adorada Patricia Arquette, "standing ovations" (cuando la gente se levanta para aplaudir, mamá) para John Legend, para el guionista de "The Imitation Game" (confesó en el escenario que con 16 años intentó suicidarse), para Eddie Redmayne por su interpretación alucinante de Stephen Hawkings y para Julianne Moore por su interpretación de una mujer con Alzheimer en "Siempre Alice".

Y cierro mi crónica con la pregunta que me tiene en vela desde la madrugada del domingo: ¿será posible que Sofía Vergara tenga el mismo vestido repetido en 150 colores distintos? ¿Se los irá poniendo sin avisar a medida que se suceden las fiestas y los demás seguimos "a por uvas"?

Tranquilos, que en cuanto me lo confirmen mis fuentes, vengo y os lo casco...








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