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miércoles, 30 de marzo de 2011

Escaqueitor


A estas alturas del cuento, decir que Spain is different es quedarse corto. Muy corto.

Somos los líderes europeos en absentismo laboral, pero, si preguntas a cualquiera, te dirá que le parece fatal, que él acude a su puesto de trabajo hasta con fiebre y que desde luego “ya les vale a esos jetas que nos dejan mal al resto, con la de paro que tenemos y bla, bla, bla”.

Vale. Ahora resulta que nadie se ha pillado un día libre para sus cosas, aduciendo unos virus rebeldes o una tos mal curada. Nadie ha fingido al teléfono una afonía galopante o la famosa “voz de moco” que de tantas nos ha sacado. Ni hemos echado horas en la cama o bajo una manta en nuestro sofá favorito, tragándonos todos los magazines de la mañana y pidiéndole al contrario una sopita caliente, a la vez que señalamos un termómetro que nunca marcará más de 36,5 grados y soltamos el consabido “pues mi madre me solía preparar leche caliente con miel, ¿tenemos miel?”…

Pero claro, yo ni idea de todo esto.
Que a mí me lo han contado, ¿eh?
Vamos, que hablo de oídas…

Aunque, visto lo visto en otros países, me quedo con las mentirijillas patrias.

Porque prefiero que un tío haraganee por casa un día, a que vaya al curro y se lo ventile de esta guisa:

¡Olé tus huevos, salao, más que salao!

Di que sí, que tú eres el que rotula y punto.

Que nadie te paga para apartar a un lado la …¿zarigüeya?¿Rata?

Pero espera, espera, que no es el único.

Que su primo, el de la Arizona profunda, hace lo propio con los armadillos que se cruza en su camino:



Amoshombre

Pero patán: ¿no has notado que la brocha subía y bajaba de forma brusca?

¿Realmente, al ver tu obra maestra, te has dicho para tus adentros: “ese no es mi trabajo, así que tira millas“?

¿Tú crees que ese es un digno final para el pobre bicho?

¿Tanto te suponía darle (aunque sea) una patadita y mandarlo a la cuneta, para que su familia pueda llorarle en la intimidad?

O, mismamente, el otro iluminado, que monta un parque infantil y se olvida de los "pequeños" detalles. Esos que marcan la diferencia entre una atracción segura y controlada y un error fatal que puede llegar a diezmar de forma radical toda la población menor de diez años de un país. Ahí es nada...



Lo dicho: que unos cardan la lana y otros llevan la fama...



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Imágenes obtenidas de los "Not my job Awards".

lunes, 28 de marzo de 2011

Mis tres imprescindibles innecesarios


Aunque llego un poco tarde a estos temas colectivos que proponen desde el Carnival Freak, me apunto a la tercera edición: qué tres cosas innecesarias te llevarías a un Apocalipsis zombie.

Bien, bien. Dadme un segundo, que me estoy practicando una lobotomía casera, a ver qué me saco del hipotálamo… porque el caso es que no sé si he pillado bien el concepto. Es decir, que no me queda claro si estoy huyendo del Apocalipsis como de la peste bubónica, o si es que soy un zombie más y, sediento de sangre y vísceras, deambulo por estos mundos de Dios a la caza y captura de un humano despistado.

Y, aunque parezca una chorrada, este punto es importante, porque del lugar en que me encuentre dependerá qué tres cacharros no básicos o de primera necesidad (condición indispensable en este post), me eche a la mochila.

Pero bueno, vamos a suponer que soy un vulgar humano y que lo que quiero es escapar de los muertos vivientes.

Estos serían, entonces, mis tres utensilios innecesarios:


- Un televisor con TDT integrada: que, contra todo pronóstico, no sería para tragarme las noticias de Matías Prats en plan sesión continua, ni para ver capítulos atrasados de “Se ha escrito un crimen” (esa señora Fletcher, qué grande era), sino para enchufar el “Sálvame diario” justo en ese momento chungo en el que el zombie entre en mi casa y así desconcertarle con el careto de la Esteban en pleno subidón de azúcar. Porque estoy convencida de que los gritos de ese engendro catódico (y hablo de la Esteban, no del pobre zombie, que no tiene culpa de nada) son capaces de reventarle el cerebelo a los no-muertos. No hay más que ver cómo se lo deja (el cerebelo, digo) a los vivos que la escuchan. Así que imagínate sus efectos en los casi-muertos… ¡se los liquida, fijo!

Marcador: Esteban 1- Zombies 0.


- Una peluca rubia: larga, lisa, un tanto grasienta y sin brillo. Para disfrazarme de la susodicha si el zombie insiste y vuelve a la carga. En caso de encontrarme atrapada y sin posibilidad de plan B, me planto el pelucón y, aprovechando la sorpresa del monstruito y al grito de “Yo por mi Iphone MA-TO”, le meto una patada voladora que lo avío.

Al descanso: Esteban Impostora 2- Zombies 0.


- La discografía completa de Enrique del Pozo: me juego la merienda a que, en cuanto les pinche el “Cocoguagua”, se les derriten las meninges y el mundo vuelve a ser el que era.

Final: Frikis de España 3-Zombies 0.


Creo que con esto lo tengo todo…

sábado, 26 de marzo de 2011

Buscando tesoros

Como cada mes, traigo calentitas las búsquedas en Google de mis queridos lectores y sufridores. Si se os hace corta la cosa, siempre podéis releer las entradas anteriores, que son bien jugosonas. Las tenéis aquí, aquí, aquí, aquí y hete tú que aquí.

Tengo que decirlo: os seguís superando.

Yo creyendo que lo tenía (casi) todo visto y resulta que cualquier menda con su ordenata puede dejarme bizca de la impresión... ¡Maravillas del progreso, la técnica y las mentes sucias!

Aunque sigo sin entender por qué Google os manda aquí, cuando andáis en clara búsqueda de otras cosas… o por qué os quedáis una vez aterrizáis en mi casa, si os vais a aburrir a todas luces. En fin, vosotros sabréis…

Hoy le toca empezar la ristra de pesquisas a….

- La niña que no creía en las perdices: pues yo la entiendo, qué quieres que te diga. Te empiezan timando con unos señores barbudos que siguen una estrella y te traen carbón “del de comer”, siguen con un barrigón vestido de rojo que baja por la chimenea que no tienes y, sin atascarse, te deja unos regalitos tras comerse tus galletas favoritas y terminan toda esta sinrazón vendiéndote la moto de que un ratón, a saber de qué tamaño (sólo de pensarlo, me estremezco), se lleva tus dientes de leche a cambio de dinero (pa qué los querrá). ¿Qué va a pensar la criatura, con semejante abundancia de folklore autóctono? Pues que hasta las perdices son de pega… tú dirás…

- Entrenamiento del beato urinario: ya… también conocido como “los ejercicios de San Próstata”, ¿verdad? Hay cada iluminado… pues a ver cómo entrenas al santo de marras, majete. Eso no me lo pierdo yo por nada del mundo…

- El periquito congelado, la vaca y el gato: vamos a ver, ¿esto qué es? ¿La secuela de las crónicas de Narnia, el león, la bruja y el armario? ¿Un juego de “pistas”, tipo el Cluedo? ¿C.S.I. La Granja? No entiendo nada…

- Cuando duermo desnuda me dan gases: pues hija, te confirmo lo que ya sospechabas: que tienes el don de la oportunidad. Tu chico estará encantado. Encantado de que te pongas el pijama de felpa y las bragas de cuello vuelto, quiero decir. Que, de lo malo-malo, algo retendrán, supongo yo…

- Cómo se llama la actriz del Wipp Express: hombre, actriz, actriz, lo que se dice actriz, no sé si es… porque te refieres a la loca esa que se sube a la lavadora y canta a voz en grito eso de “Wiiiipppp Expreeeeesssss”, ¿verdad? No sé si le veo yo mucho futuro recogiendo un Goya…

- Ardor de estómago de madrugada ruidos tripas retortijones: ay, Dios… como seas la de los gases que duerme desnuda no quiero ni imaginármelo… pobre marido, debe estar que trina, con el culo en pompa de su señora cantando la Traviata y sus tripas amenazando con chaparrón en las Azores… soy yo y me largo al sofá al primer “relámpago”...

- La Barbie ciega: no me jodas… ¿ahora van a empezar con las taras? ¿No bastaba con la Barbie veterinaria, dependienta, stripper, esquiadora o tirolesa? ¿Ahora hay que empezar a coleccionar la Barbie tuerta, la manca, la coja y la tartaja? ¿Le veis fin a esto?

- Alegrías sin bragas: pues claro que sí, tontuela, claro que sí... ¿acaso no son las mejores? ¿O no os ha pasado nunca que salís de casa sin bragas ni expectativas y volvéis más felices que una perdiz? A mí, a diario…

- 20 blogs de mierda: y van a dar con el mío. Ya es mala suerte, no me digas… Y me lo califican así, sin sutilezas, ni mano izquierda. Sin anestesia, ni decoro. Panda de seres sin entrañas…

- Canción Titanic con flauta señalando cuándo tapar agujeros: me vais a perdonar, pero es que yo me imagino al Di Caprio, en pleno naufragio, sujeto al tablón donde se subió la Winslet (anda que no podía hacerle un hueco, la tía, con lo delgadísimo que estaba entonces Leonardo), con la carita azulada y los dedos ya pa extirpar, y me pregunto si estaría el hombre con ganas de ponerse a “tapar agujeros”, no sé si me explico… Que no es momento, señora, ¿no ve que no es momento? Ahí, en plena desgracia dantesca, protagonizando la tragedia más novelada de la historia y va usted y le pide al chaval que interprete la tonadilla de Celine en versión flauta travesera. Tiene usted menos vista que un pez por el culo, señora…

- Alguien sabe qué tienen las prendas de decathlon que no tienen alarma pero suenan: ehhh… ¿Tactel elástico? ¿Polipiel metalizada? ¿Urdimbre con brilli-brilli? Chico, ni idea, pero tienes toda la razón. Esos chándales suenan al andar, que lo vengo notando yo desde hace tiempo, sobre todo cuando salgo los domingos a por el pan y me cruzo con todas las señoras que se echan a andar antes de Misa de 12. He visto manadas de vacas con cencerro bastante más silenciosas…


jueves, 24 de marzo de 2011

Empleos inútiles de la Humanidad (I parte)


Hay trabajos que me desconciertan.

Y no me refiero a la maquilladora de la Esteban, al peluquero de Kiko Matamoros o a un sexador de pollos (siempre he querido meter esta frase en un post y no encontraba el momento propicio, mira tú qué suerte he tenido...)
Para nada.

Estoy hablando de empleos ridículos, inútiles o prescindibles, directamente.
Porque a ver si es muy normal que haya gente que se dedique a “calentar camas de hotel”, sin ser el cliente que paga por la habitación, se sobreentiende.

Pues sí. Resulta que hay un hotel de Londres que ofrece este servicio exquisito a sus huéspedes. Usted no tiene que preocuparse por la hora de llegada, las inclemencias del tiempo o el sistema de climatización: su cama estará siempre calentita.
¿Y todo gracias a quién? Pues a un gachó contratado por el establecimiento que se dedicará a cubrir su catre durante las horas previas a su llegada, ayudado por un traje térmico, eso sí, para que a su señora no le dé frío la colcha y pueda dormir sin calcetos en las frías noches londinenses. Todo un lujo.

Me encantaría conocer a este pavo.
Tiene que ser un cachondo mental de aúpa

Me lo imagino chuleándose ante los colegas:

- ¿Y tú en qué curras?
- Yo me tiro a la bartola.
- ¿Que te tiras a quién?
- Nonono, quiero decir que me tumbo en una cama hasta que llega el pringao que paga por ella y así se la dejo fetén. Calentita-calentita.
- Me estás tomando el pelo, ¿verdad?
- Para nada. Si quieres, voy a tu casa mañana y, por un módico precio, le caliento la cama a tu señora. Ya verás qué contenta se queda…

Aunque el pobre habrá recibido candela más de una vez, porque este tipo de ofrecimientos no siempre son bien recibidos, pero bueno…


En el otro extremo, el de la plena actividad física, tenemos a las señoras que pasan el cepillo en Misa.

Siempre son del mismo tipo: rondando los sesenta (lustro arriba o abajo), con zapato cómodo de suela de goma (para no derrapar frente a la Sacristía o en la curva cerrada del Baptisterio), falda a media caña, chaquetita de punto monocolor y pelo corto un tanto monjil.
Vamos, el colmo de la lujuria.

Se dedican a pasar el cestillo entre los bancos los fines de semana y mandan a la prima para las funciones de los días laborables.

Cubren la doble sesión del domingo sin cansarse y tienen repartido el circuito de la Iglesia de forma precisa y quirúrgica. De modo que, si te estiras hacia la de las gafas porque la has visto cerca y resulta que tu banco le corresponde a la otra (suelen trabajar en pareja, al estilo Guardia civil, pero sin porra), te quitarán el cesto de delante ipso facto y te tocará aguantar las monedillas entre las manos un ratito más, hasta que tus dedos sudorosos huelan a cobre y ya no sepas qué hacer con los dichosos céntimos, si tragártelos, tirarlos bajo el banco o lanzarlos al aire como si fuera un Bautizo.

¿Cobrará esta gente por tan ímproba tarea?, me pregunto yo siempre.
Porque si no cobran… ¿para qué el esfuerzo?
¿Por amor al arte?
¿A Dios?
¿Al cura, quizás?
¿Aplica aquí la tan manida frase de “alguien tenía que hacerlo”?

Y ojo, que hay trabajos que ni sé (ni quiero saber) cómo se le han podido ocurrir a alguien, como el de “evaluador de aliento de perros” (¡puag!), “diseñadora de trajes para la Barbie” (como se entere mi hija, a la mierda los estudios), “el falso paciente” (conozco a varios), el “probador de comida canina” (¡puag puag!) o el “corrector de Sudokus” (¿pero esto no lo hacía una máquina?).

Sin embargo, entre todos ellos, destaca sin duda el que trae loco a mi amigo Segis, que dice que ha encontrado su misión vital: “medidor de pechos de modelos”.

Él insiste en que practica todo lo que puede para lograr la excelencia.

Yo intento hacerle ver que meter mano sin control a toda fémina que se le cruce en el Antro’s no es trabajar. Así tiene la cara, que parece una tahona de las leches que se lleva.

Pero él ni caso.
Erre que erre con que está haciendo “horas extras” y que no piensa claudicar.
Pues con su pan se lo coma.

Yo, mientras tanto, ya he mandado el currículum a tres hoteles, a ver si me sale lo de la cama y me paso el día durmiendo a la pata la llana.

Se me va a quedar un cutis, que ni con bótox

martes, 22 de marzo de 2011

Que levante la mano quien...

- … no envuelva los botecitos de orina del reconocimiento médico en dos o tres bolsas de plástico, hechas un nudo (que queda como más hermético), asegurándose varias veces de que lo coloca bien recto, es decir, con toda la verticalidad que el bolsillo o el bolso permita, claro...

- … no haya ensayado una canción popera frente al espejo del baño, como si fuera una Britney Spears cualquiera o una Lady Gaga en horas bajas, armado únicamente por un cepillo redondo o un bote de laca a modo de micrófono improvisado. En caso masculino, cámbiese “popera” por “roquera” y “Britney” por “Led Zeppelin, Mika o la Streisand”, estos dos últimos, por supuesto, para el colectivo gay.

- … no se haya hecho fotos pseudo-sexies con el móvil o la cámara réflex, guardándolas durante un tiempo, jurando no enseñárselas a nadie y terminando por publicarlas “por error” (seguro, seguro), oportunamente editadas, en algún mail colectivo o red social. ¡Ojo, que hablo de fotos sexies, no guarras o, directamente, porno!

- … no haya guardado un par de rotuladores fosforitos acabados, por si, llegado el momento cumbre, resucitaran y la tinta volviera a correr por sus cerdas…

- … no haya jurado por sus muertos que jamás tendría un móvil y mira tú ahora, que lo pierdes o te lo mangan y te crees morir…

- … no se haya plantado en la cola del súper después de mucho elucubrar sobre cuál sería la fila más rápida, para acabar calculando a ojímetro qué puesto ocuparía si se hubiera puesto en la fila de al lado y no en la de la cajera manca…

- … no se haya cagado en toda la prole de la señora que se lleva la última barra de pan delante de tus narices, cuando la buena mujer ni siquiera quería pan y lo compra “no sé, venga va, por si viene mi nieto de visita y le apetece un bocadillo”. Abuela, no se engañe: los chavales de hoy en día no comen bocadillos, sólo grasas “trans” ¡y a mí me está ocasionando un trastorno de tres pares, que no hay otra panadería en 3 kilómetros a la redonda y los niños me escupen el bimbo a la cara!

- … no haya dicho a los colegas “yo con dos porciones me sacio” y luego, en la intimidad de su hogar, se haya empacado la telepizza familiar de 4 ingredientes sin pestañear ni levantarse del sofá, en plan “festín individual”. Eso sí, dejando los bordes, por supuesto… que yo me pregunto, ¿para qué le ponen borde, si nadie se lo come?

- … no haya improvisado una conversación polivalente (de esas que lo mismo te cubren ante los novios por no haber acudido a su boda, que te quitan un pelma de encima) con alguien que ni te suena, pero que te habla con la misma confianza con la que te hablaría tu propia hermana siamesa.

- … no haya pronunciado, a lo largo de su vida y con mayor o menor fortuna, alguna de las siguientes frases:

. “Yo nunca llevaré pitillos y jamás de los jamases me pondré plataformas”.
. “Apago la tele y me pongo a estudiar”… y me tragué tres culebrones y dos ediciones del telediario.
. “No pienso volver a beber”.
. “Déjame a mí, que tú no sabes”… y yo tampoco supe.
. “Estoy teniendo un déjà vu”.
. “Estoy llegando”, sin haber salido siquiera de casa.
. “Vas a ir a mamá”.


Y, ahora, confesad.
¿A que no habéis levantado las manos del ratón, eh, bribones?

Lo que yo decía.
Si os tengo calaos


domingo, 20 de marzo de 2011

Porque yo lo valgo

Publicado en la oficina hace unos días. En concreto, en el tablón de anuncios de la cafetería de personal, con la foto oportunamente tachada a rotu.

Se trata de un impreso corriente de solicitud de puesto de trabajo, que hacen rellenar los de recursos humanos en los minutos previos a las entrevistas de trabajo.

Sin desperdicio.




Nombre: Jennifer Sagrario (pero todos me llaman la Yenssa)

Apellidos: (tachados en la fotocopia)

Edad: 27

Sexo: Hetero. Lo de “bollera” me lo dicen mis amigas sólo pa fastidiarme.

Dirección: (tachada de nuevo, ni que fuera un testigo protegido…)

Teléfono: (sólo se ven los 3 primeros dígitos. Nada, que no hay forma, ni siquiera poniéndolo al trasluz. Me lo han dicho lo informáticos, que de trucos saben un huevo.)

Puesto al que opta: he leído en el anuncio que buscan telefonistas y eso estaría bien. Pero si hay alguna otra cosilla por ahí que sobre, pues también molaría mazo. No sé… secretaria de dirección o accionista o yo qué sé… algo que dé caché en la tarjeta, pa cuando se la enseñe a mis colegas.

Salario anterior: mis padres me daban 20 leuros pa toda la semana. Ya, ya sé: unos ratas. Suerte que mi abuelo ha heredado de mi abuela y me suelta 50 ebros cada vez que voy a visitarle. Es un poco rollo, porque siempre me cuenta las mismas batallitas, pero gracias a él mi imagen ha mejorado. Esto sé que es importante en las entrevistas de trabajo, por eso lo hago notar. Cuido mucho mi aspecto. Mis extensiones platino son de pelo natural y las uñas son de gel, nada de porcelana antigua. Gracias, abuelo.

Salario al que aspira: mínimo 5.000, máximo 25.000 € (anda qué gracia, si había una tecla para los loiros, y yo escribiendo la moneda con todas las letras hasta ahora…).
Pues eso, que hablo “al mes“, no al año, por si hay listos por ahí que se quieran aprovechar de mis pocas palabras. Y pongo un máximo para hacer notar que no soy ambiciosa.
Eso sí: Por menos de 5.000 €€€ (mola la tecla, ¿que no?) ni me molesto, que a mi abuelo le quedan dos telediarios y no tiene más nietas, no sé si se me entiende…

Estudios y Formación en general: No. Vivo en un primero. Siempre he vivido en un primero. Nada de lofts ni polleces modernas de esas…
Sobre mi formación, sólo diré que he estudiado tanto con las carmelitas como con los padres escolapios. De categoría. Pueden preguntar sobre mí a cualquiera de ellos, aunque sería preferible que eligieran a los curas, porque las monjas es probable que me pongan verde de pura envidia. Tengo el título de bachiller, pero no puedo aportar fotocopia porque mi madre no sabe dónde lo ha metido. Estamos buscándolo por toda la casa. Les mantendré informados.

Último trabajo: Asesora de una cadena de alta perfumería.

Desarrolle en breves palabras en qué consistía su trabajo: ehhh… pues era la única (y absoluta, en exclusiva local y municipal) encargada de apuntar en la lista de rayos uva del Juteco de Moratalaz a todas las señoras que compraban abonos mensuales. Les asesoraba en la duración de sus sesiones, en función de su tipo de piel, sus pecas, sus mechas, manchas etc… si yo les decía “hoy dese sesión triple, Mariajesús, que fuera parece que va a llover y no le va a escocer el sol ni una miajita”, pues ellas "picaban" y yo me sacaba un minuto más en mi bono mensual personal (qui-prokúo, creo que le llaman a esto). Ya digo que cuido mucho mi imagen, ténganlo en cuenta. Estoy bronceada todo el año. Y cuando digo “bronceada”, hablo de forma “integral”. Es decir: todo el cuerpo. Todo.
Gracias de nuevo, abuelo.

Disponibilidad de horarios: bueno, si puedo elegir, prefiero el horario que va de 11 a 13 y de 16 a 18 horas. Es que si me levanto demasiado pronto, puedo cometer una locura. No soy “persona” antes de las 11 de la mañana. No trabajo los turnos nocturnos ni los horarios continuados. Necesito tiempo para mí misma, ¿ya les he dicho que cuido bastante mi imagen? Y me refiero a tiempo de calidad, nada de horas intempestivas, que ahora, con la chorrada de la crisis, es cuando se cometen los mayores desmanes con los pobres trabajadores. A mí que me dejen mis ratitos para ir a rellenarme las uñas, hacerme el láser de alejandrita y la manicura tailandesa, depilarme las cejas, etc… es que mi imagen es muy importante, no sé si se hacen cargo de que redunda en el propio beneficio de la empresa que me contrate, que hay cada picio suelto por ahí, que los he visto yo…

Referencias: 7051/207/001 la de la falda y 7050/210/007 la del top. Ambos de Stradivarius.
Gracias, abuelo, sabía que iba a gustar…

Explique brevemente por qué debería ser contratada: Bicós ay guorz it.
No me han preguntado nada sobre idiomas, pero abundo en que domino el inglés y el francés en grado ”honoris causa doméstico por la academia Miraflores del Valle”. Título propio de este centro que tampoco encontramos por casa. Es todo por culpa de mi madre, que me da que anda con la menopausia y no se acuerda de dónde mete nada. Insisto: les mantendré informados de los avances en nuestra búsqueda.

Observaciones: pues he observado que el chavalillo que tienen entrevistando está un poco salido, porque me ha rozado las tetas disimuladamente con la excusa de recoger un lápiz del suelo. Así que, siguiendo la máxima de sinceridad extrema que me aplico, les comento que sí: son operadas. Tamaño 100, copa B.
Gracias abuelo, qué sería yo sin ti… (algún gracioso ha añadido a boli rojo: ¡PUES UN ORCO DE MORDOR, POR LO VISTO!)



No me digáis que no es enternecedor.
Ver este tipo de “almas” por el mundo me llena de emoción.
Son casi una especie en extinción, por más que mi amiga Elvira insista en que no, que se están reproduciendo como la mala hierba.
Es más exagerada… ¡no tiene corazón!

Ahora bien: como la contraten y me la pongan cerca…

...¡¡¡Espartanas, esto es la guerraaaaaaa!!!

viernes, 18 de marzo de 2011

Patrocinado por...

Estoy hasta las gónadas de los patrocinios de la tele.

Entiendo que todo es un negocio, que la publicidad es necesaria y que la financiación, hoy en día, es un tema peliagudo. Sí. Pero, ¿no podrían ser un tanto empáticos y pensar en los demás de vez en cuando?

En mí, en concreto… ya que estamos…

Porque ¿es o no es cierto que en el horario protegido de la tarde no te ponen anuncios de condones? ¿Y a que tampoco habéis visto anuncios de Jess Extender® en los cortes publicitarios del programa de Anachocha?
No, ¿verdad que no?

Veamos: por la mañana, los que más venden son los de Cofidis®, que se hinchan a prestar parné a las amas de casa bingueras (digo yo). O los de Indasec®, que tienen clarísimo su objetivo y saben cuándo y dónde encontrarlo.

Por la tarde, sin embargo, priman los anuncios de Actimel®, Kinder Bueno® y Chiquilín®, porque está la chavalería tomando nota frente al televisor y ya se sabe que son los que acaban manejando el cotarro de la economía familiar.

Pero por la noche… ¡ay, por la noche!
Por la noche es MI momento.
Mi sosiego. Mi paz. Mi reposo irrenunciable.
Es la hora bruja en que la tele se convierte en mi feudo y mi refugio.

Y no consiento, qué digo, no permito ni tolero que me lo amargue un cutre-anuncio de “chocolates Valor®”, metido con calzador a la mínima ocasión.

Hombre, por Dios, si a esa hora tengo hecha hasta la digestión desde hace dos horas.
Si eso del “placer adulto” me lo paso yo por el arco del triunfo.
Si tengo las transaminasas por las nubes, que me lo ha dicho mi endocrino…
…¿A qué fin me tienes que sacar a la maleducada esa que se relame en primer plano, con una lengua de medio metro, toda la bocota abierta y haciendo ruido al masticar? ¿Era necesario?

¿Tú crees que es de justicia ponerme un coro de pasteleros, con su gorro inmaculado y encopetado, dándole con primor a una espátula para conseguir meter medio litro de chocolate derretido dentro de una bolita de Lindt®?

¿Es esto humanitario? ¿Lo ves compasivo, tal vez?

Qué cojones… ¿No podría haberlo patrocinado Florette®, que te iba a poner igual la pasta sobre la mesa sin ofender a nadie? ¿O… quién te digo yo… el fiambre insípido ese de “El Pavo®”, que saca a una bailarina anoréxica bailando en mallas y feliz porque su jamón no tiene estrías? Y que conste que no me refiero a sus muslos…

¿Tan difícil es tener entrañas y saber utilizarlas?
¿Hay que ir de despiadado por la vida para vender una mísera tableta de chocolate?
¿Quieres que me presente en tu casa, en plena dieta a vida o muerte, comiendo a dos carrillos un bocata de foie-gras, Nocilla® y mantequilla?

¿Tú sabes lo que es salivar como un perro y no saber si lo que te cae sobre el pecho es baba o las lágrimas que te provoca la imbécil de la tele? ¿Lo sabes?

¡Qué vas a saberlo!
Ni te lo imaginas, ¿verdad?
Pues aplícate el cuento y ten un poco de compasión.

Que arrieritos somos y en el camino nos encontraremos…

miércoles, 16 de marzo de 2011

Periodista sin fronteras


- Uy, fíjate lo que dice aquí: “explosión en el reactor 2 de Fukushima”. ¡Qué fuerte!
- Ajá…
- Pero escucha, escucha atentamente: “otro incendio, esta vez en el reactor 4, ha liberado partículas radiactivas a la atmósfera”. ¿Qué te parece?
- Ya, ya…
- Aseguran que la vasija de contención está dañada… ¡vamos, que están echando toda la mierda al aire!
- Hmmm…
- Y leo que se están planteando arrojar agua desde helicópteros para enfriarlo. ¡Me parece terrible!
- Ehhh… ¿cómo?
- Pues que no me parece un sistema muy “estudiado”, ¿no? ¿O es que tú le ves solvencia y fundamento a lanzar manguerazos desde un helicóptero sobre una central nuclear? ¿No suena un poco a cachondeo?
- No sé por qué. ¿Acaso eres física y yo sin saberlo?
- Pues no, pero tengo sentido común. Y me da en la nariz que montar un espectáculo digno del Circo del Sol sobre un reactor nuclear no aparece en el manual.
- Ya. Esto… ¿por qué no lees algo ligero?
- ¿Ligero? ¿A qué llamas tú “ligero”?
- Pues a una de tus novelitas. Una de Jane Austen, por ejemplo. Eso es ligero. Así, no te calentarías la cabeza inútilmente…
- ¿Me estás llamando simple? ¿Crees que me puedo enajenar por empacho de hiper-realidad?
- No. Sólo digo que te estás preocupando sin motivo.
- ¿Te estoy molestando o qué?
- Es que estaba leyendo, no sé si te has percatado…
- Pues sí, pero esto es mucho más importante. ¿O prefieres no estar informado?
- La verdad es que sí. Total, yo no puedo arreglar nada…
- Chico, no sé cómo puedes tener ese cuajo. A mí me cuentan algo así y dejo lo que esté haciendo para indagar más sobre el asunto. De hecho, voy a ver qué dicen en la tele.
- Cielo, que es la una de la madrugada. Que Matías Prats está durmiendo desde hace un buen rato...
- Pues pongo la CNN.
- La CNN en español ya no existe. Pasó a mejor vida hace meses.
- Pues me enchufo a la americana. O al canal 24 horas. ¡Hombre ya!

Y allí le dejé.
Leyéndose su “Apocalipsis Zombie” tan contento, mientras yo me iba al salón a empaparme de cruda realidad.

Aunque lo cierto es que no encontré nada en la tele digno de mención.
Las únicas noticias en directo eran las de la cadena Al Yazeera. Y, teniendo en cuenta que mi dominio del árabe pasa sus horas más bajas y que no estaba dispuesta a volver a la piltra con el rabo (y el orgullo) entre las piernas, pues debí de quedarme dormida en el sofá.

Claro que esa es una pura deducción mía, ya que esta mañana he amanecido (como siempre) en mi camita, bien arropada y calentita.

No recuerdo cómo llegué allí, así que me da que mi “santo” va a tener dolor de espalda durante unos días, deducción mía de nuevo.

¿Qué espíritu es ese que me posee en cuanto oigo una noticia reseñable?
¿Qué resorte cerebral hace que me vuelva loca y cualquier dato me parezca escaso?
¿Por qué tengo que llamar a todos mis familiares (siguiendo un orden de edad, manías mías…) para ponerles al tanto de la noticia, sea la hora que sea y en auténtica primicia?
¿Será (de nuevo) mi alma de reportera dicharachera?
¿Esa que me adjudican mis hermanos cada vez que les despierto con un SMS de madrugada porque, por ejemplo, la ha palmado Michael Jackson por sobredosis de propofol y no puedo esperar a que se desayunen con la noticia gracias al telediario?

Y lo que más me espanta de todo esto…
¿Me reencarnaré en la Patiño cuando pase a mejor vida?

Creo que esta noche me releo “Orgullo y Prejuicio”.
Mujer prevenida…


lunes, 14 de marzo de 2011

Hazme una señal

Como el fin de semana me ha dejado agotada (y no por juerguista, que conste, sino por organizadora oficial de fiestas y eventos) y no me apetece teclear mucho (tengo las huellas dactilares al borde del desgaste de tanto batir, amasar y hornear galletas, palmeritas y bizcochos para la fiesta infantil de cumpleaños de mi hijo, el muy desagradecido...) os traigo hoy una selección (otra) de mis señales favoritas, a imagen y semejanza de esta otra que os mostré el año pasado.

Empecemos con una que (tristemente) viene muy "al pelo"...



Claro, claro, hala, a reírse del personal. Pues está la cosa pa chorradas...
Que saquen las gadgeto-piernas para saltar las olas, reza el cartel cachondón... mucho mejor ponerse el gorro-hélice, hombre por favor, si eso lo sabe todo el mundo...



Y esto... ehhh, ¿qué es lo que es?
¿Prohibido pellizcar? ¿Sobarle la pechuga a la de enfrente?
¿Se recomienda encarecidamente no arriesgar la vida ofreciendo mamografías caseras sin titulación ni autorización expresa de la dueña de las mamas?
Un momentito... y ella... ¿no sale como silbando? ¿Disimulando, la muy bribona?
Si la noto como provocando, sacando incluso pecho y culo-en-pompa.
Casi-casi diríamos que buscando "guerrita"... no sé yo...



Mira, esta me ha quedado clarísima: prohibido plantar ensaimadas en plena vía pública, especialmente si su culo parece una plaza de toros.
¡Dios de mi vida, qué espanto de ser-humano!
No me extraña nada la prohibición, porque veo yo de pronto y sin avisar semejante pandero abierto de par en par y no lo cuento de la impresión. A este no le dirían de pequeño lo que mi madre me repetía día sí-día también: "no se pueden tapar dos agujeros con el mismo culo, hija, no se puede".
¡Mira mamá! ¡Sí que se puede!
He aquí la prueba-humana evidente de que mentías...



¿Se prohíbe a los vampiros sobrevolar zonas urbanas?
O... ¿no se permiten velocirraptors en horario laboral?
Espera, espera, que creo que lo tengo... ¿no intenten practicar con su ala delta llevando un casco con antenas, zona de alta tensión, peligro de hacer de pararrayos?



¡Qué fuerte!
Prohibido aprovechar la coyuntura y, en un despiste del cuidador, dar de comer al cocodrilo criajas con coleta.
Que el animal las prefiere con el pelo suelto.
Ya se sabe: manías...

Desde luego, hay padres que ya no saben qué hacer para llamar la atención...



Zona catastrófica. No pasar.
Lo mismo puede matarle una curva imposible, que un beodo al volante, que un sostén gigante o el cartero asesino bocina en mano.
Dé la vuelta inmediatamente y no se lo cuente a nadie. O una manada de ciervos rencorosos atacará su coche sin miramientos. Gracias.



Yo me mudo, de verdad te lo digo.
Si le tengo que dar mi dirección al abuelo (el hombre sólo entiende de correo postal, el electrónico ni lo concibe, qué le vamos a hacer) me deshereda ipso facto.
No compensa.



Cuidadito: niñas pianistas en toda la vía. Atacan al más pintado. No se deje embaucar.
Aléjese a la mayor brevedad y no mire atrás.
Da igual que le pongan carita de pena y le aseguren que va a ser "una rapidita".
Mienten: le interpretarán la discografía completa de Richard Clayderman sin piedad y encima le pasarán la gorrilla.

Usted mismo...


sábado, 12 de marzo de 2011

El extraño caso de la memoria anterógrada (o cómo olvidarse un hijo en la gasolinera, pero recordar con soltura la lista de los reyes godos)


Hoy, a lo tonto y sin avisar, mientras preparaba el bizcocho que mi hijo debe llevar a clase el lunes por su cumpleaños, ha brotado de mi memoria, cual champiñón al sol, un número de teléfono, con su prefijo y todo.

Al principio, me he quedado parada y desconcertada, pensando para mí misma: ¿y este número tan largo, a qué viene? ¿Será parte de la receta? Pero no. Imposible. ¿O será una fecha que he de recordar por algo? Tampoco. Nada cuadraba.

He rebuscado un poco más en mi subconsciente y, al momento, he sabido a quién pertenecía: A Carminita. Una compañera del colegio que emigró a Zaragoza en 5º de E.G.B. de forma abrupta y cruel (ni siquiera terminó el curso, ya ves tú qué prisas), dejándonos a todas sumidas en el más terrible abatimiento. De hecho, me pasé años preguntando a mi madre a ver cuándo iba a volver Carminita y llorándole a la foto del anuario. Para que hoy, a mis 37 años recién cumplidos, su fantasma vuelva a poseerme por culpa de nueve dígitos cachondos que surgen de la nada.

Tócate el clavel, Maribel.

Ya me contarás para qué demonios quiero yo semejante recuerdo.
Y de estas me pasan miles. Que me he puesto a pensar (lo hago de vez en cuando, soy así de estrafalaria) y resulta que te puedo decir la lista de alumnas de mi clase de 1º de B.U.P. y sus direcciones, código postal incluido.

¿Para qué este desperdicio de memoria?
¿Tiene algún sentido?
¿No sería mejor disponer de un botón que permitiera resetear tu memoria atávica para determinados datos inútiles y dejar así espacio a las nuevas incorporaciones?
¿O es que soy la única incompetente para memorizar el móvil de su madre, pero experta en declamar los afluentes del Tajo en el sentido de las manecillas del reloj? ¡Hombre, por Dios, si los niños de hoy en día ya ni saben qué son las manecillas del reloj! Si ya todo es digital, van a saber ellos pa dónde gira eso…

A mí todo esto me parece una confabulación contra el género humanoide.
La memoria está mal parida, no me digas.
Así no se puede funcionar bien.

No es de recibo que, cada vez que voy a visitar a mi cuñada, me encuentre frente a su portal (el cual identifico por la tienda de chuches colindante, no porque consiga retener el número), marcando su móvil (el cual tampoco recuerdo, porque sin la memoria del teléfono yo soy como el espantapájaros del Mago de Oz, sin cerebro aparente) y preguntándole por enésima vez: ¿qué piso era, cielo, que ya me han contestado tres señoras y me dicen que no me abren porque ahí no vive ninguna Maripili?

Tampoco me parece muy normal que mi amiga Paqui me tenga que mandar un SMS cada vez que tenemos merendola en su casa, porque sabe que ningún ser vivo con un cociente intelectual inferior a 800 es capaz de recordar que ha de marcar tres veces en sendas puertas el código mágico 14D8A. Que si por lo menos viviera en casa de C3PO o de R2D2 (bien por George Lucas, a ver pa qué coño me sirven los nombres de los primos de E.T.), pues la cosa sería más sencilla. Pero tampoco. Tiene que vivir en el portal 14, torre D, piso 8 puerta A (si es muy “lógico”, va de más a menos- insiste Paqui; yo es que me troncho). Pues ya de paso que me añadan el número del trastero y el de la plaza de garaje también, no vaya a ser que dejemos algo a la improvisación…

Y luego voy y me enervo cuando mi niño, a sus tiernos 5 años, se las ve y se las desea para memorizar nuestra dirección…

- Es que no lo sé bien, mami. ¿Era camino de la vía o calle del paseo?
- No, hijo, no: “Calle Vereda del Camino”, si está chupao
- Lo que tú digas. Pues “eso”, número 7, 4º piso. Y no me lo preguntes más, que estoy viendo Bakugan.
- Si es que te lo voy a tener que tatuar en la frente. Como te pierdas, ya te hemos visto el pelo…

Pero no me preocupo demasiado.
Total, sé que dentro de 30 años no habrá Dios que se lo quite de la cabeza, así que antes o después sabrá llegar a casa…


___________________________________________________
PS: Desde aquí, aprovechando la notoriedad que me da el blog, hago un llamamiento a la insensible de Carminita. Tía, qué te costaba haber mandado una cartita, una postal, un algo… que me tuviste una década pensando que te había raptado una secta caníbal… ¡ya te vale, Carminita, qué flojera la tuya! Aunque lo mismo agarro el número que tengo en la cabeza y me marco una llamadita, a ver si te pillo viva…


jueves, 10 de marzo de 2011

To drink or not to drink?



Bebo para hacer interesantes a las demás personas.
- Groucho Marx-


Estupendo.
Pues yo, lo mismo.

Me parece una justificación como otra cualquiera.
¿No hay gente que asegura beber para olvidar, socializar o perdonar?
¿Por qué no se va a poder tomar (que diría mi amiga Marilyn) para hacer más atractivo al personal? ¿Es que siempre tiene que tener uno la culpa? ¿No se puede pasar el marrón de vez en cuando al resto de los mortales?

Porque no me negaréis que, a veces, te encuentras con cada “cosa” en los bares, que o le das al drinking a saco o no hay por dónde cogerla… en fin, que me espeso y no llego a nada, ¿por dónde íbamos?… ¡Ah, sí! que este fin de semana me toca salir con mi pandilla de singles… Y, claro, llevo dos días haciendo hueco en el cuerpo para las docenas de cubatas que me esperan en fila sobre la barra de cualquier antro, porque esta gente (lo digo siempre y nadie ha sabido explicarme hasta la fecha la razón fisiológica) tiende a deshidratarse con mucha facilidad y no te deja ni respirar entre sorbos.

Que estás tú con tu cacique-cocalight (algún día explicaré mi teoría de las calorías positivas neutralizadas gracias a las calorías negativas de la cocalight, pero eso es otra historia) tan tranquila, recién apostada sobre el bafle, metiéndote al bolsillo las vueltas del sablazo, cuando viene tu amiga, la del eyeliner a lo Amy-Winehouse y la minifalda imposible, y te grita (tú dirás, si te has sentado sobre el altavoz):

- ¡Apuraaaaa que nos vamooooosssss!
- ¿Que os vais donde Puraaaaa? Pero… ¿ha venido Puraaaaa????
- ¡No, imbécil, que apures el cubataaaaa, que nos abrimooooosssss!

Y tú, incrédula total:

- ¿Adónde? ¿Al bañooooo-ooo-ooo?
- ¿Qué coño al baño? ¡Al Furiaaaaaa’ssssss!

Joderjoderjoder, ya me han vuelto a adelantar los cactus estos”, piensas para ti misma mientras abres bien la bocota a ver si, ayudada por la gravedad, consigues pasar el cuarto de litro directamente al colon. Pero qué va. Lo único que logras (y, además, con probada solvencia) es dejarte la camisa, esa que te ha costado tres horas conjuntar con los zapatos, llenita de lamparones de ron. Total, como el ron casi no huele…

- Bien, bien, 12 euros que ya no se van a quedar sobre el bafle- sueltas por lo bajinis, mientras intentas taparte los corronchos con la bufanda anudada cuatro veces de forma estratégica. No se te nota nada. Anda y tira pa la calle…
- ¡Halaaaaa! ¡Mira cómo se ha puesto las tetas esa tíaaaaa! ¡Ven aquí que te sorbo el cubata de la camisaaaaaaa!- suelta el energúmeno beodo que hay siempre a las puertas de los locales de moda esperando a que el segurata les dé el visto bueno.

Cagüen-tó-lo-cagable… el tío este fijo que me ha pillado porque está en plena fase de “celo etílico” y huele una gotita de moscatel a 50 kilómetros de distancia. Dita suerte la mía…

Y, entre hipidos y efluvios mil, llegamos al Furia’s, primo-hermano del Antro’s, y de ahí tiramos hacia el Birra’s, para terminar en el Kopón, precuela del Anarkía, donde se toma la secuela y la espuela.

Y mis amigas siempre con la misma cantinela:

ELLAS: ¡Bebe rapidito que se nos calienta el hielo!
YO: Sí, sí, líbrenos Dios de semejante tragedia…
ELLAS: ¡Y sácate unos chupitos, que esta camarera es muy lenta y tarda media vida en servir un güiscacho!
YO: Si es que ya sabéis que las contratan por guarras, no por aguilillas
ELLAS: ¡Y pide mejor vaso grandote, que cae a plomo con mayor facilidad y no se te atora la nariz contra el cristal!
YO: Ya, ya… ¡Y no te olvides la toalla cuando vayas a la playa!

Oh oh shala la, ye ye ye yeeee.



martes, 8 de marzo de 2011

A quien pueda interesar



Estimado señor juez:

Al lado de mi casa han montado una central de espías.

Sí, sí, estoy segura, despierta, cabal y sobria.
No me he fumado el geranio ni me he bebido el Petit Cherie.
Es un local que yo me imagino estilo la T.I.A. de Mortadelo y Filemón y que montaron hace unos años como tapadera de algo. ¡Porque yo lo digo y no hay duda, ea!

Sólo así se explica que, de 365 días que me cuentan que tiene el año, 300 se los pase cerrado a cal y canto y el resto (unos escasos 2 meses) lo abran como con vergüenza, levantando la verja hasta la mitad y con el cartel de “cerrado” sin voltear.

Se da la circunstancia de que el establecimiento que comento se encuentra en una calle semi-peatonal (tiene guasa este término, “semi-peatonal”, ya que lo mismo puedes encontrarte una imagen bucólica el sábado, con familias enteras tirando de patinetes y bicicletas, como darte de bruces el lunes con un camión cisterna de gran tonelaje abasteciendo de gasoil la floristería colindante) que suele estar plagada de furgonetas de reparto que jamás paran ante su puerta.

Y mire usted, señor juez, que estamos hablando de un restaurante.
Al menos eso es lo que reza el letrero: Restaurante El Cacique. Menús y a domicilio.
Y a mí me huele raro, raro, raro…

Hay veces (lo confieso) que echo la tarde frente al establecimiento, sólo para confirmar lo que ya sabía: que no tiene trabajadores, que no tiene mercaderías, que no tiene clientes… vamos, que no tiene fundamento.

Y el caso es que, algunos días del año, una manita silenciosa asoma bajo la verja y la eleva unos centímetros, no sé si para que corra el aire o si para que salga una familia de liliputienses, pero la valla permanece fuera de su sitio unos minutos, como provocando, para volver a caer en un estruendo y dejarme de nuevo sola en mitad de la calle.

Es en esos momentos cuando pienso “esto tiene que ser una tapadera” y me acerco al cartel que han plantado junto a la puerta, donde muestran las bondades de su carta (imaginaria) y te hacen la boca agua con los (supuestos) manjares más exquisitos.

Puro humo.
No conozco a nadie que haya estado.
Su teléfono no figura en ninguna guía y no conoce a sus dueños ni siquiera la familia del bazar chino que trabaja tres tiendas más allá. Cosa inconcebible, por otro lado. Si hasta los chinos desconfían, usted dirá…

No sé muy bien qué tapan. Ni siquiera si se trata de algo ilegal, por más misteriosa y silenciosa que sea su estampa. Pero no consigo entender cómo la mayoría de comercios de la ciudad están cerrando sus puertas por la maldita crisis y el hogar de los liliputienses sigue ahí, año tras año, impertérrito e indemne, viendo caer al resto mientras él se mantiene arrogante contra todo pronóstico.

¿Se pensaban que iba a pasar desapercibido, como lo “mirada” que yo soy?
Pues no, señor juez.

Hago constar mi desconcierto e indignación como ciudadana de pro y exijo que cierren la casa de los espías y obliguen a montar un supermercado, farmacia y/o videoclub, que eso sí que sería útil (ojo, que no hablo por mí, que yo sólo opino por el bien de la comunidad, ¿eh, señoría?) y transparente para la Hacienda pública.

Lo que hago constar el día tal del mes cual del año Pascual.

Atentamente,
Una ciudadana avispada.


Zapatófonos a mí…


domingo, 6 de marzo de 2011

Tevía poné dos velas negras...


Esto lo leo un 28 de diciembre y aquí no ha pasado nada.

Pero llega a mis pupilas en pleno febrero y, claro, una no es de piedra.

Luego dirán que le saco punta a todo, pero es que me lo ponen a huevo, no me digas…

Detenido un chamán en Alcudia que sodomizó a una paciente con un cirio para «curarla».
El curandero aseguró a la mujer que si le introducía la vela podría sanar su espíritu atormentado.

«La vela te purificará»- se ve que le insistía el charlatán a la buena mujer.
Y ella, acostumbrada como está al marío-borrachito que le ha tocado en suerte, que (para qué nos vamos a engañar) le ha pedido cosas peores, pues no vio mayor problema y se dejó hacer…

Pero algo debió de escamar a esta señora cuado el hombre, enarbolando un peligroso mechero bic, procedió a prenderle fuego a la vela en el mejor momento, esto es, cuando el cirio estaba bien sujeto por sus potentes posaderas.

Si es que lo estoy viendo y me está doliendo…

Total, que ella decidió denunciar al curandero.

Pero no os vayáis a creer que lo hizo por pirómano inoportuno, qué va.

Lo denunció porque ( y esta es la mejor parte, sobre todo para el sanador) le dio la sensación de que el chamán también había utilizado su miembro viril en el proceso de «curación».

“Yo es que estaba en un estado anímico muy bajo”- se excusa el cirio humano.

Claro, claro… y no me digas más: te pegó el subidón nada más salir de la consulta, ¿eh, pillina?

“Es que me dijeron que este hombre tenía unos poderes sobrenaturales para curar espíritus atormentados“.

Para atormentados los cirios, guapita-de-cara. Que a los pobres nadie les ha pedido permiso para cambiar de vocación de forma tan brutal. Acabar tus días entre las nalgas de algún desaprensivo-depresivo no debe ser para hacer alharacas.

Que esa es otra: yo me imagino a la pobre Guardia Civil tomando declaración a esta indignada y se me saltan las lagrimicas.

Ya me imagino al de verde con su primo:

-Estooo… sargento, que dice la señora que la acaba de violar un cirio sanador.
- Alférez, mire que le tengo dicho que el vino que le hemos decomisado al cura no es mosto, por mucho que él lo jure por la gloria de su madre.
- Que no, señor, que dice que la estaba sanando por el ano y le introdujo el pene en lugar de la vela.
-Si es que la gente se queda viendo los programas de la noche y se piensa que todas las perversiones son normales… déjeme a mí, que acabamos antes…

La noche concluyó con el chamán apresado.

Dicen que él no opuso resistencia.
Nos ha jodido Mayo: tampoco los cirios.
Y pa lo que les sirvió…

viernes, 4 de marzo de 2011

A cuadros


Ayer llegué a casa un poco tarde.

Suelo ponerme a hacer deberes con la niña en cuanto cuelgo el abrigo y el paraguas, pero anoche le tocó a mi “santo”. Y, claro, nada más entrar en casa, no desaproveché la ocasión de fisgonear y me agazapé (en plan ladina) junto al marco de la puerta del cuarto de mi hija, a ver qué tal se le daba la tarea y si el grado de paciencia de su padre estaba alcanzando el defcon-1. Que ya nos conocemos y de eso no va muy sobrado que digamos.

Pero qué va.
No se oían gritos, ni lamentaciones.
La cosa parecía discurrir sin mayores incidencias.
Hasta que escuché algo extraño que me hizo fijarme un poco más en los detalles:

- Se llama “los relojes blanditos” y es de Dalí. Memorízalo bien, que éste es de los más importantes y fijo que te cae en el examen.
- ¿Estás seguro, papá?- preguntaba mi hija con voz de “eso no te lo crees tú ni jartito de grifa”.
- Que sí, que estoy seguro. Apúntalo. Y recuerda que “blanditos” es con

¿Qué oyen mis orejas?
Con lo exquisita que soy yo con los deberes de mi hija, esto me está sonando a recochineo.

Aunque no puedo entrar en el cuarto y dar un golpe de estado, porque eso dejaría al padre a la altura del betún.

Así que respiro profundamente y me aguanto las ganas, consolándome con la idea de que podré remediar el desaguisado cuando repase con ella por la mañana…

- ¿Y este otro?- escucho a la niña con voz dudosa.
- Ehh… “la cama deshecha”.
- ¿Y quién lo pintó?
- Hmmm… dame un minutito… (¿está tecleando? ¡Cagüenlamar, a que lo está buscando en Google!)… eh ehhh… ¡Van Gogh! Si ya sabía yo… sólo quería confirmar que lo habíamos escrito bien, hija… Ponlo como suena: V-A-N-G-ó-G-G-G-G-G.

Quiero morirme. Debe de tratarse de “La habitación de Arlés”.
Le va a bajar la nota media por la chorrada.
No me queda otra que actuar.
He de recurrir a mi entrada apoteósica.

- Buenaaasssss
- ¡Mamááá!- grita mi niña emocionada. ¡Qué bien! Así ya sigues tú, que papá está como cansado, ¿eh, papi???
- ¿Cansado yo? ¡Qué dices, si se nos está dando de fábula! Anda, vete tranquila, que estamos a punto de terminar- me dice convencido.

Yo miro a la niña, que, a espaldas de su padre, junta sus manitas como si lanzara una ferviente plegaria a todos los Santos y decido utilizar mi mejor baza:

- Oye, pero… ¿tú no tenías partido en la tele?
- Coñocoñocoño, ¿pero qué hora es pues?
- Las ocho y media.
- ¡Mierda! Cielo, te dejo con mamá, que sabe casi tanto como yo, ¿vale?
- Vale, papá. Muchas gracias de todas formas.
- De nada, hija, de nada- contesta él ya desde el salón.
- Bueno, pues nosotras a lo nuestro, ¿no?- le digo a la niña.
- Sí- contesta ella con la goma de Milán en la mano derecha. ¿Borro todo, entonces?
- Todo- le digo yo sin mirar siquiera el cuaderno.
- ¿Incluida “sueca desnuda en las playas de Mundaka”?- me pregunta al borde de la carcajada, mientras me señala lo que claramente es “el nacimiento de Venus” de Botticelli. No sé cómo sabía que iba a llegar yo a deshacer el entuerto, pero este hombre se ha quedado conmigo... de nuevo...
- Tu padre es increíble, ¿eh?
- Increíble, sí.
- Venga, empecemos de cero…

miércoles, 2 de marzo de 2011

Lady Miasma


Noticia de última hora: “Lady Gaga confirma que su primer perfume contiene sangre y semen”.

Joer, pues ya me ha dado el día la Lady Guarra de las narices...

¿Acaso me ha visto carita de necesitar saber semejante disparate?
¿Le he preguntado yo algo a esta buena mujer?
No, ¿verdad que no?
Entonces, ¿para qué me ilustra la tarde con un catálogo de imágenes, a cuál más sucia, que me va a imposibilitar merendar a gusto durante las próximas tres semanas?

Bueno, pues, ya que estamos, opinemos.

A ver, sangre ¿de quién?
Leo en la entrevista que se trata de su propia sangre.
Digo yo (mi imaginación es interminable cuando me meto con temas mugrientos) que se habrá extraído unos tubitos y con eso le dará para varias muestras y, en caso de ver que la cosa triunfa, supongo que empezará a donar de forma masiva para facturar en condiciones. Aunque se va a quedar chupada, la criatura…
“Será como llevarme a mí en la piel”, dice la pobre. Ya, ya, pero vigila no te convenzan con empezar a cortarte en lonchas para que también podamos llevarte no sé, en la cartera o en el llavero. Porque te vas a hinchar a vender, pero no sé si te va a dar el cuerpo para tanto exceso…

Respecto al otro “ingrediente”, esto es, el semen, el artículo no dice nada.
No sabemos si también lo aportará ella (esta tía es tan insólita que vete tú a saber, cosas más raras se han visto), o si se lo robará a su vecino, a su primo o a su mascota.

Sí aclara, sin embargo, que lo que la diva pretende emular con todo esto es “la esencia característica que queda después de practicar sexo”. O, como diría mi abuela, “menudo olor a tigre tienes en la habitación, haz el favor de abrir la ventana pa orear que-me-vía-desmayá”. Vamos, que no va a inventar nada nuevo, por mucho que Lady Caca (nombre que le va que ni pintado, en vista de todo esto) se crea "lo más" e insista en que su colonia olerá “como una puta bien cara”(son sus palabras, que no las mías).
Como la pille mi abuela, le da una somanta que la deja tiesa…

En fin, que me suena todo a puro bulo provocador, pero veremos cuántos enajenados corren a reservar su primer bote en cuanto la loca de la Gaga publique en su Twitter que este engendro de la cosmética sale a la venta en breve.

Ya hay que ser caprichosa… ¿dónde quedaron las ligeras notas de la bergamota, el almizcle o el pachulí? ¿Ahora, lo que se lleva es oler a chuletón, orgía y botellón? ¿Ya no hay sutileza, ni insinuación? ¿Todo ha de ofrecerse a la vista y sin pudor?

Esto abre la veda y me temo lo peor.
Preveo mucho listo que se apunte al carro.
Porque a ver quién se ve capaz de frenar a iluminados como (por poner) el insigne Arguiñano y su “Esencia de perejil” o al mismísimo Berlusconi con su “Eau de Velina concentreé”. Conozco un par de laboratorios de análisis clínicos que pueden hacer el Agosto con las muestras de heces y esputos que les sobren…

Yo no pienso parar hasta que alguien invente un “Aroma al huevo frito con su txistorra y su pancito”.
Ese me lo compro fijo.

En épocas de dieta, me va a durar un suspiro el frasquito…

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