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lunes, 25 de febrero de 2013

Y volvió el glamour a mi tele...


…Y eso que no daba yo un duro por ello (¿o debería decir un céntimo? Qué antigua soy, madre)

Anoche volví a enfundarme mis mejores trapos para sobrellevar con estilo las alfombras rojas, galas y fiestas venideras. Esto es: pantalones pijameros de franela combinados con su camisetita thermolactyl y sus calcetos invernales de rabiosa lana-de-la-que-no-pica. Porque la ocasión lo merecía, qué demonios. Y porque fuera nevaba cosa mala, para qué disimular.

La noche se presentaba poco halagüeña, que llevo tragándome estos premios desde hace 20 años (los que lleva emitiéndolos Canal plus) y sé de lo que hablo.
Pero mira tú por dónde que la cosa mejoró y de qué manera.

A pesar del presentador (ahora lo despellejaré a placer, dadme tiempo, que me estoy afilando los colmillos a la par que tecleo y no veas el jolgorio), a pesar de las cara-momias de algunos actores consagrados (pobre Sandra Bullock, a la que el presentador del plus llamó Sandra Bótox, así, “sin querer”…) y a pesar de la ausencia de algunos incombustibles a los que acabé echando de menos (los Brangelinos y su “cacha al viento”, por ejemplo, con el juego que dieron el año pasado, que la pierna de Angelina fue la estrella indiscutible).


Todo empezó con las poses habituales, en los 2.000 metros cuadrados de alfombra roja de siempre, que conducían al (ya conocido) Kodak Theatre, al que han cambiado el nombre porque la empresa patrocinadora ha quebrado y la crisis es lo que tiene, que “a rey muerto, rey puesto”: Dolby Theatre a partir de este momento. 

A ver el año que viene quién es el guapo que paga el sarao… A este paso, lo mismo hay que rebautizarlo como “Bárcenas Theatre” o así… Iba a ser un despiporre

Al lío.

Los famosos hicieron gala de su estilo y muchos de ellos apostaron por el combinado de moda: el blanquinegro.
Vamos, lo que mi abuela diría “moderno moderno”…
Pues no me he hartado yo de ver estos dos colores y que ahora me lo vendan como lo más “in”… por favor, ¡¡¡si mi madre ya iba de blanquinegro a mi Primera Comunión (verídico)!!!
Bueno, ella y los tunos que me vinieron a cantar el “clavelitos”…
Lo dicho: ¡súper moderno todo!

Algunas muestras de lo comentado hasta ahora:



  
Bueno, en realidad, este último caso (el de Helena Bonham Carter y Tim Burton) no es por modernos. Es porque les gusta asustar a los niños. Sin más.

También hubo las que optaron por uno u otro color del combinado de moda.
Así, tenemos el apartado “virginales”:




(Nota mental: jamás dejarme caer por un evento de este calibre con mi piel lechosa, el vestido blanco deslavao, los pelajos como si me acabara de soltar la coletilla de andar por casa y un maquillaje inexistente. Te conviertes al momento en “la Cullen chunga”)


Y el apartado “virginales pero de verdad de la güena”:

Lo que me recuerda qué difícil es vestir a una pre adolescente para acudir a un sarao de estos… Puede acabar la cría con un verdadero trauma en la edad adulta, sobre todo cuando sus colegas le saquen a las mínimas de cambio "la foto aquella tan divertida de cuando te nominaron a los Oscars y tú te presentaste con tu mascota muerta de complemento estupendo". 
Hay gente muy cruel...


Y luego están “las góticas”, que se lo juegan todo al negro.


Ojito al detalle “súper cuqui” de Kelly Osbourne:

Di que sí, chatina.
Tropecientos mil millones de dólares en la libreta de ahorros y te plantas en los Oscars con el pelo liláceo que se gastan las señoras del pueblo de mi abuela, las raíces negras y, ojito al parche: ¿una horquillita pa sujetarte el flequillo ladeao???
¿No había algo más propio? ¿Más cuidado? No sé… ¿con un poco de strass o similar?
¿Qué va a ser el año que viene? ¿El pañueluco de Doña Rogelia?
Qué despropósito…

Pero no todo iba a ser blanquinegro. ¡Qué aburrimiento si no!
Por suerte, siempre hay atrevidas a las que el brilli-brilli les quita el sentío a la par que nos ciega al resto.

Lo del cuerpazo de Halle Berry no tiene nombre.
Es de otro planeta.
Ahora bien, el careto, en cambio, sí tiene nombre: modelo Carmen de Mairena.
Pamatarla

Y las pintas del Clooney también son para darle de comer aparte.
Si le plantas un gorro de plástico y un chubasquero amarillos, ¡¡¡es el auténtico Capitán Pescanova!!! ¿Que no???
¡Si lleva hasta la varita de pescadilla sujeta por la cintura!
Qué desilusión más grande…

Pero yo buscaba y buscaba.
Y no la encontraba.
A ella.
La (o)diosa.
La infatigable.
La que siempre posa como si tuviera en el aseo de invitados una estantería cuajadita de estatuillas doradas.
Hasta que la encontré…

Tan fina.
Tan elegante y sutil.
Tan de “insinuar pero nunca mostrar”…


Virgen del Empezonamiento Perpetuo… ¿qué extraña ley física consigue que no le asomen las areolas?
¿O será que no tiene?
¿Qué te ha pasado, Heidi Klum?
¿Te has hecho la picha un lío y te has puesto lo de atrás palante?
Y calla, calla, que algunas la vieron y se pusieron a copiarla allí sobre la marcha…

Hombre, por favor… toda esa carne expuesta. Ese entreteto al viento… No me lo pongáis de moda, por el amor de Dios, que me hacéis un hijo de madera. Que no me da la nómina para el láser antiestrías y los implantes del todo a cien… ¿A qué viene eso de lucir el esternón? ¡Con el frío que hace! Además... ¿no hay que tenerlas como muy separadas para que este estilo triunfe? No me convence en absoluto.

Pero sigamos con la escala cromática.
El rojo, por ejemplo.
Siempre tan elegante…

Tan sensual…

Tan…
…tan…

…tan Sonia Monroy?
¿Estamos locos?
Quiero esconderme y no sé dónde.
¿Esta es la representación patria?
¡Pues casi mejor haber enviado a la Esteban, que tiene los pechotes recién operados y al menos no se los pisa como esta!
¡Y mira qué contento el chiquitín!
¡Qué “a mano” le pilla todo, oye!
Espeluznante…

Algunas también se dieron a los pasteles.
Y hablo de colores…

Lo de esta mujer es de envidiar…
Con esa piel, ese pelo, esos ojos… ¡y va y encuentra un color de vestido totalmente conjuntado! Me encanta el glamour que desprende.

Amy le comenta a la presentadora de la abc que este año tenía claro que iba a innovar con el vestido. Que quería algo especial. Distinto.
Vamos… ¡Lo nunca visto!
Tú espera que te lo vea Penélope y te caiga un puraco por plagio, monina…

Espera.
Ahora que me fijo….
Ummmmm…. ¡Ven pacá, rubita!
Lo que me temía…
Tú te tapas las manos porque no te ha dado tiempo a hacerte las uñas, a que sí???
Es lo primero en lo que me he fijado.

Bueno, en eso y en el borde de los postizos extraíbles de silicona que llevas por ubres.
Quizá con tres tallitas más lo hacías.
¡A ver si te ha pasado como a Heidi Klum…!

Bueno, que me estoy enrollando demasiado y todavía ni hemos empezado con la gala.

El presentador de este año, un tal Seth MacFarlane, pasaba por ser un tío ácido, mordaz y escandaloso, no en vano es el creador de “Padre de familia” y “The Cleveland Show”.
Pero me temo que anoche se quedó en aprendiz de Risto Mejide.
Hizo un par de bromas bastante soeces que provocaron (en casa) la carcajada solidaria de su madre, pero en la sala ni un triste murmullo.
De hecho, cada vez que enfocaban a Joaquin Phoenix, con su gesto desmoralizador y de “qué pinto yo aquí si yo lo que quiero es mazarme y liarla parda en el patio de butacas”, a mí me daba hasta penita. Parecía “el repelente niño Vicente” intentando sonsacar una mueca al personal.
Si no fuera por el número musical del comienzo, habría sido un suspenso en toda regla. (Memorable ese “We saw your boobs” que les dedicó a todas las actrices que se han despelotado en sus películas. Una a una. Ayer en Twitter la gente lo pedía como politono)

Porque de eso sí que hubo anoche.
De música.
A raudales.
Y es lo que a mí me ha reconciliado con estos premios.
La razón por la que echo las noches en vela desde niña, rodeada de termos de café, galletas y papeles con mis quinielas.
Yo veo salir a Anne Hathaway con Hugh Jackman cantando el “I dreamed a dream” de Los Miserables y me vengo arriba.
¡Les hago hasta los coros!
Cosa del todo inútil, todo sea dicho, porque pa eso llevan consigo una coral de 50 miembros que aparece como salida de la nada.

Espectacular.
De ponerte los pelos como escarpias.
Y ese Eddie Redmayne al que anoche descubrí cantando cual barítono profesional.
Y la tal Amanda Seyfried dándole la réplica que ríete tú de la Callas.

¿Por qué demonios los actores españoles no saben hacer de todo, como los yanquis?
¿Que les mandan cantar? Pues toma vozarrón.
¿Que ahora quieres que baile? Pues ahí te sale Charlize, como una Ginger Rogers rediviva, o el mismísimo Harry Potter a lo Fred Astaire.
Tú le dices a Fernando Tejero (por poner) que te cante algo y te sangran los tímpanos.
O le pides a… quién te digo yo… a José Coronado que se baile un tango y te sale con que hoy no, que se ha pegado un empacho de Activias y no responde de su colon.
¡Un asco!

¡Yo quiero actores multifuncionales, hombreya!
¡Como los americano, australianos y canadienses, que parecen todos hombres (y mujeres, claro) del Renacimiento! ¡Pero si le sacarían los colores al mismísimo Da Vinci, no me fastidies!
Yo creo, incluso, que les das una brocha y una caja de acuarelas y te pintan una Capilla Sixtina en el Capitolio en un momentito.
Al tiempo…

Y, resumiendo las 4 horas de gala, diré:

- Que Norah Jones ha transmutado en señora mayor.
- Que Barbra Streisand, por el contrario, se ha convertido en la sobrina de Norah Jones.
- Que la pobre Renee Zellwegger ya no puede ni abrir los ojillos y eso le ha dejado (ya pa siempre) un gesto tan raruno que parece que está siempre riéndose de ti en tu propia jeta. La de leches que se va a llevar la pobre por este malentendido… ¡Si me pareció que el mismísimo Richard Gere (tía Enriqueta pa los amigos) le “soplaba” lo que ponía en el teleprompter porque ella no atinaba con las líneas! Se le tenían que juntar todas entre pestaña y pestaña. Y mira que los ojos del Gere no es que sean tampoco para tirar cohetes… ¡pero al menos dejan entrar la luz!
- Que gracias a galas como estas, una descubre que determinadas personas siguen vivitas y coleando. Y es un alivio…

(John Stamos aún respira!!!)

- Que el pelamen de John Travolta ha llegado a tal grado de escandalera que sólo es comparable a la trenza lateral de Hilario Pino.
- Que no por ser una “tarde calurosa en Los Angeles”, (presentador de la abc dixit) los pezones de la Hathaway van a estar de acuerdo contigo porque tú lo valgas. No se lo he dicho a nadie, pero estoy convencida de que llevaba unas pezoneras de titanio bajo el vestido. Es implosible sujetar ese rasete tan tieso, por muy entrenadas que tengas las "largas". Creedme.

- Que por mis muertos que a la Hayek se le ha tenido que quedar el cuello como a Nefertiti: ¡en carne viva! Tenía que costarle hasta tragar saliva, con todos esos pedrolos rozándole la nuez. ¡Me duele sólo de pensarlo! ¿Quién te mandaría vestirte de mujer jirafa, Salma?

- Que este año también hubo casos sin resolver (¡cada año encuentro alguno!) que he decidido titular: “El episodio de la chinita de porcelana que se convirtió en capote humano”. Inquietante…

Casi tanto como “la odisea de la raja que nunca acaba". Da frío solo de mirarla...

… o el turbador “misterio del paracaídas que me robaron en pleno salto”.

Por no recordar “el enigma del zapato que perdió Jim-Hobbit-Carrey”…

Sucesos todos ellos que quedarán sin resolver para los restos.
Y casi mejor …

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