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lunes, 16 de agosto de 2010

Flower Power

Chicos, estoy que no me lo creo.
Esto es puritito glamour. Auténtico rollo boho-chic.
He estado en mi primera Flower Power.

Y me da que va a ser la última…

Vamos a ver si me explico: ¿os parece muy normal que la gente vaya a un local con la parte de arriba de un bikini (tamaño “Doritos”, pa entenderse) y unos pantaloncitos que no tapan ni las alas de la compresa?

¿Que se adornen únicamente con collares de flores y abalorios y sean capaces de tragarse una botella del licor que sea en el tiempo que dura una canción?

¿Que ellas lleven unos tacones que harían palidecer a los zancos de los gigantes y cabezudos? ¿Y que bailen con ellos como posesas, agarradas a un maromo que les llega al pecho?

¿Que todo el mundo haga la señal de la paz y ponga cara de “buen kharma”, mientras se beben tu copa disimuladamente con una pajita que te cuelan en el vaso como quien-no-quiere-la-cosa?

¿Que tu marido se quede con cara de panoli por culpa de unas gogós descocadas que se pasan la noche subidas a un andamio, como si fueran la Virgen del Pilar?

¿Que no te quede claro, al final del evento, en qué década vives, porque han sido capaces de mezclarte a mil decibelios y sin ningún criterio cronológico a los Chunguitos, con Mecano y DJ-Guetta?

¿Que se hacine más gente en las zonas VIP que en la pista del vulgo?

¿Que veas marcarse un agarrao a Pocholo con Bustamante o a Iniesta con Fonsi Nieto y nadie sospeche que algo raro se cuece o que llevan la destilería puesta?

Yo iba tan contenta, dispuesta a quemar Pachá y me encuentro con un antro de perdición en toda regla, varios codazos en las mejillas (era oficialmente la más bajita de toda la isla, se ve, porque las costillas las tengo impolutas y la cara, en cambio, hecha un poema) y un resacón que no recuerdo yo ni en mis mejores épocas de garrafón universitario.

No pude ni bailar, porque tenía pegada al culo a una morena de dos metros y medio que cada vez que daba un golpe de cadera me mandaba a Formentera. Acabé en el suelo varias veces y levantarme me supuso un cristo con mi “santo”, que no me ayudaba nada, porque no podía (según me decía) apartar sus ojos de la Virgen del Pilar y le faltó el canto de un duro pa cantarle una saeta.

¡Menuda noche. Menuda fiesta. Y menuda mierda!


lunes, 9 de agosto de 2010

Estrés playero


- Mami, que dice esa señora que no le eche arena, que se le pega a la crema.
- Claro, hija, es que mira que te he dicho cien veces que no sacudas la toalla junto a la gente, que te apartes un poco y lo hagas con cuidado…

Usted perdone, ¿eh?, ya sabe, los críos…

- Si yo ya me aparto, mami, pero es que sigue habiendo gente…
- Ya, hija, pues aléjate un poco más.
- Imposible. Me perdería. Y entonces sí que te ibas a enfadar… me voy a tener que ir hasta las rocas…
- A ver, que ya te la limpio yo con cuidadito.

Señoraaa, esa arenaaaaa, que me ha rebozado el bocadillooooo

Mecagüen el estrés que dan las playas abarrotadas.

Claro, se montan la jaima completa, con sus sillas de camping, sus sombrillas de 10 metros cuadrados, el serpentín de cerveza, las mesitas auxiliares para la partidita de mus y su menú de tres platos más postre, amén de los aperitivos variados, y es imposible encontrar el espacio-vital mínimo.

Ocupan todo desde primera hora, da igual cuándo llegues. Con el alba, con el gallo o de madrugada con el cubata en la mano. Ahí están. Incólumes al sufrimiento. Estoy convencida de que la señora esa ha cocinado en plena arena los chipirones rellenos que huelo desde aquí. No encuentro otra explicación, porque desde hace seis días no la he visto moverse de ese sitio ni para ir al baño. Mismo bañador. Misma toalla. Mismo tenderete. Mismo todo.

Vamos, que se han ahorrado el alquiler del apartamento de la playa.
Viven en primera línea de mar y sin complejos.

Y yo, para variar, haciendo el pringao, pagando un carajal para hacinarnos en un apartamento de 20 metros cuadrados en tercera línea.

Seré imbécil…

domingo, 1 de agosto de 2010

Me estoy torrando. No me molesten. Si hay algo urgente, llamen a mi jefe, que lo estará deseando…


Chicos, chicas, solteros, casados, viudos, enamorados, altos, bajos…. amigos todos:

¡¡¡me las piro de vacaciones!!!

Pensaba que este día no llegaría nunca, porque se me ha hecho eterna la espera.

Iba a deciros (a los desafortunados que os quedéis frente al ordenata) que dediquéis el mes de Agosto a releer mis entradas, que yo no estaré, pero me mantengo presente en el archivo.

Pero luego, pensándolo mejor, me he dicho: deja, deja, que te van a coger manía si les pones deberes de esta forma tan “sutil”. Yo, al menos, odiaría al bloguero que me hiciera repasar sus posts, como si me fuera a hacer un examen sorpresa nada más volver de sus vacaciones. Está la cosa pa ganarse enemigos así, a lo tonto y sin sentido…

Por lo tanto, os pido… qué coño, os obligo a lo siguiente:

- A disfrutar de lo lindo, sin reparar en mamones, desgracias y demás contratiempos.
- A engordar un mínimo de 4 kilos (uno por semana, no es tan difícil; el que tenga dudas que me mande un mensaje que yo le explico cómo triunfar en este aspecto).
- A descansar la mente y el cuerpo serrano que Dios (y la vida en general) os dio.
- A leer (lo sé, soy una cabrona, pero una tiene sus vicios y quitarse uno de golpe es muy complicado), bailar (muy bueno para cualquier prótesis, no sufráis), comer (soy insistente, ¿eh?), dormir (lo de las 8 horas lo dejamos pal invierno, ¿vale?, en verano debéis ceñiros a un mínimo de 10, sin contar la siesta), nadar (como si tenéis que llenaros la bañera, me da igual: es buenísimo pa la espalda, que me lo ha dicho un amigo que tiene un vecino traumatólogo y no se hable más), viajar (opcional, según el número de agujeros que tenga vuestro bolsillo), hablar (en su justa medida, que luego me vienen con lo de los divorcios a mansalva pasado el verano y me da que es por no comunicarse durante el año y querer decírselo todo en la casa de verano de los suegros, rodeado de familia política que “barre pa su lado”), beber (pasando del agua descaradamente; yo estoy más por las claras, tintos de verano, rebujitos y demás parafernalia de chiringuito), jugar (punto importante para los que se acompañen de churumbeles hiperactivos) y, como diría Pocholo, desfasaaaarrrrrr!

Pero no penséis que os vais a librar de mí tan fácilmente…

Tengo ya un par de ideas para Septiembre, así que me llevo en la maleta tres sombreros tipo pamelón, para que mi actividad cerebral no se vea mermada ni trastocada por el sol.

Que todo puede pasar… viendo cómo se te quedan, por ejemplo, las mechas (tipo pelo-espantapájaros) o los bañadores (tenía uno verde esmeralda que acabó como grisáceo), una tiende a pensar que las circunvoluciones cerebrales, tras un duro día de playa, se podrían usar para asar espetos de sardinas. Mejor no tentar a la (mala) suerte…

En fin, que resumiendo (que me va a dar Septiembre como siga hablando): pasadlo de miedo, haced lo que os salga del nardo y sobre todo, sobre todo: ¡SED FELICES!

Que se dice pronto, pero luego, ponte a conseguirlo…

¡¡¡NOS VEMOS EN SEPTIEMBRE!!!

Y sí, lo siento.
Paso lista…


PD: si me da la ventolera y encuentro algún punto wifi gratuito en mi periplo veraniego (soy así de cutre, en mi línea), lo mismo subo algo que me dé al ojo durante este mes. ¡Pero no prometo nada!
Las reclamaciones, a Timofónica…


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