Pues aquí estoy.
Atada a la puerta de entrada con dos cadenas y tres candados.
Tengo a los niños cerca, a unos 3 metros de mí: uno, anclado al mueble del recibidor y la otra, esposada a la mesita de café. Tienen carita de agobio, pero todo sea por la seguridad familiar.
Estamos esperando que el tifón, vendaval, huracán o la mismísima “tormenta perfecta de George Clooney” (o lo que sea que nos depare el clima) nos despeine con sus envites. Y no quiero problemas. Que la cara de la presentadora del telediario era un poema cuando relataba la que se nos venía encima.
- Llega una “ciclogénesis explosiva” para mañana- me decía mi santo con ojos dislocados.
- ¿Otra?- preguntaba yo recelosa…
- No. Esta vez es LA ciclogénesis explosiva.
- Pero si el año pasado tuvimos cuatro de esas, ¿no? ¿O no es lo mismo que ocurrió aquella vez que a mis padres se les fue el perro volando por la tapia y lo trajeron una semana después los okupas de la estación? ¿Y aquella otra vez que mi madre tenía la ropa colgada del tendal y tuvieron que bajarle las bragas los bomberos del alternador de Endesa?
- Que no. Que no has visto una como esta, leñes.
- Fijo, fijo… por eso me sé el palabro ese de la ciclogénesis mejor que el nombre de mis propios hijos. Porque como no lo he escuchado nuncaaaa…
Le he oído decir a mi santo entre murmullos que se esperan vientos de más de 120 kms/hora. Bien. Pues por nosotros que no sea, que nos hemos tragado el Mago de Oz tres veces desde anoche para saber cómo actuar en los momentos de máxima tensión. Según mis hijos, las dos cosas principales a tener en cuenta son: poner el perro a cubierto y no abrir la puerta ni la ventana a ninguna bruja de cara verdosa y barbilla picuda.
A falta de sótano o cobertizo bunkerizado, nosotros optamos por las cadenas de toda la vida. Fuertes y robustas. Hacen un poco de llaga, pero no te fallan nunca.
He tapado las ventanas y la terracita de la cocina con unos maderos recios y firmes que mi santo se ha traído del pueblo. Como no tenía los clavos adecuados, he forrado la madera de cinta americana, que he visto en las pelis que lo soporta todo. Y así, no me llevo el dedo con el martillo. Asunto ventilado.
He ido al súper y me he provisto de vituallas suficientes como para alimentar a un batallón bulímico a base de sopas de sobre y carne en lata durante todo un mes.
He mandado notitas a los profesores de los niños para que no les tengan en cuenta las ausencias durante la cicloboinas del copón, haciéndoles ver que la salud es lo primero y que prefiero tener niños tontos que mártires escolarizados. Espero que lo entiendan…
Por lo demás, ya he realizado las llamadas oportunas a toda la familia, despidiéndome de ellos y dedicándoles mis últimas palabras…
Porque como hay Dios que éstos no lo cuentan.
Mi madre ni se ha coscado del Apocalipsis que se avecina. Mi hermana se ha reído de mí en mi cara y mi hermano me ha asegurado que he debido de tragarme un telediario caducado desde hace meses, porque en el suyo esa noticia no ha salido.
Allá ellos.
Cuando los vea pasar volando por delante de mi ventana, veremos quién se ríe de quién…
(Me acabo de dar cuenta de que tengo que llamar a mi hermana para avisarle de que mañana se ponga las bragas bonitas, que se las va a ver toda España… Si cuando digo que soy un ángel…)
Atada a la puerta de entrada con dos cadenas y tres candados.
Tengo a los niños cerca, a unos 3 metros de mí: uno, anclado al mueble del recibidor y la otra, esposada a la mesita de café. Tienen carita de agobio, pero todo sea por la seguridad familiar.
Estamos esperando que el tifón, vendaval, huracán o la mismísima “tormenta perfecta de George Clooney” (o lo que sea que nos depare el clima) nos despeine con sus envites. Y no quiero problemas. Que la cara de la presentadora del telediario era un poema cuando relataba la que se nos venía encima.
- Llega una “ciclogénesis explosiva” para mañana- me decía mi santo con ojos dislocados.
- ¿Otra?- preguntaba yo recelosa…
- No. Esta vez es LA ciclogénesis explosiva.
- Pero si el año pasado tuvimos cuatro de esas, ¿no? ¿O no es lo mismo que ocurrió aquella vez que a mis padres se les fue el perro volando por la tapia y lo trajeron una semana después los okupas de la estación? ¿Y aquella otra vez que mi madre tenía la ropa colgada del tendal y tuvieron que bajarle las bragas los bomberos del alternador de Endesa?
- Que no. Que no has visto una como esta, leñes.
- Fijo, fijo… por eso me sé el palabro ese de la ciclogénesis mejor que el nombre de mis propios hijos. Porque como no lo he escuchado nuncaaaa…
Le he oído decir a mi santo entre murmullos que se esperan vientos de más de 120 kms/hora. Bien. Pues por nosotros que no sea, que nos hemos tragado el Mago de Oz tres veces desde anoche para saber cómo actuar en los momentos de máxima tensión. Según mis hijos, las dos cosas principales a tener en cuenta son: poner el perro a cubierto y no abrir la puerta ni la ventana a ninguna bruja de cara verdosa y barbilla picuda.
A falta de sótano o cobertizo bunkerizado, nosotros optamos por las cadenas de toda la vida. Fuertes y robustas. Hacen un poco de llaga, pero no te fallan nunca.
He tapado las ventanas y la terracita de la cocina con unos maderos recios y firmes que mi santo se ha traído del pueblo. Como no tenía los clavos adecuados, he forrado la madera de cinta americana, que he visto en las pelis que lo soporta todo. Y así, no me llevo el dedo con el martillo. Asunto ventilado.
He ido al súper y me he provisto de vituallas suficientes como para alimentar a un batallón bulímico a base de sopas de sobre y carne en lata durante todo un mes.
He mandado notitas a los profesores de los niños para que no les tengan en cuenta las ausencias durante la cicloboinas del copón, haciéndoles ver que la salud es lo primero y que prefiero tener niños tontos que mártires escolarizados. Espero que lo entiendan…
Por lo demás, ya he realizado las llamadas oportunas a toda la familia, despidiéndome de ellos y dedicándoles mis últimas palabras…
Porque como hay Dios que éstos no lo cuentan.
Mi madre ni se ha coscado del Apocalipsis que se avecina. Mi hermana se ha reído de mí en mi cara y mi hermano me ha asegurado que he debido de tragarme un telediario caducado desde hace meses, porque en el suyo esa noticia no ha salido.
Allá ellos.
Cuando los vea pasar volando por delante de mi ventana, veremos quién se ríe de quién…
(Me acabo de dar cuenta de que tengo que llamar a mi hermana para avisarle de que mañana se ponga las bragas bonitas, que se las va a ver toda España… Si cuando digo que soy un ángel…)
13 comentarios:
Jajajajaja, me acabo de acordar cuando a mi madre casi le salió volando la fregona!!!! es lo q tiene dejarla en la terraza!
Ciclogénesis no sé, pero ventoleras del carajo en el Cantábrico hemos tenido de siempre, que era yo muuuy joven cuando vi cómo se me iban volando los Levi's para posarse como si tal cosa sobre un tejado de cinc con unos tornillacos oxidados que metían miedo por la pata. Ni qué decir tiene que salté al patio a recuperarlos, que yo por mis 501 (casi me) ma-to.
Jajajajajaja, CICLOGÉNESIS ???, Oye pues yo tampoco he oido nada, pero si pasa por tu casa ... antes pasa por la mía... guardare a mis perrucos tambien ... por si acaso, pero yo tenía idea de ir a grabar la costa... si no te vuelvo a comentar es que salí volando y lo mismo aterrizo en Cornualles ( que debe estar más omenos frente a Santander, no??)
Besucos.
Esos vientacos a mi Mancha natal llegaban ya un poco descafeinados, pero en mi Pamplona adoptiva ya soplan ya, que voy dando bandazos con la bici y sembrando el pánico entre niños y abuelillas. Y no me quiero ni acordar de la primera ciclogénesis que hubo hace un par de años, que venían mis amigos a verme en Semana Santa, con visita programada a San Sebastián con baño-relax en la Perla y la brisa esa que llegó se llevó la mitad del chiringuito. Ni Donosti, ni pintxos, ni Perla ni hostias, antes de llegar a Vitoria cayó una nevada de espanto y venga, de vuelta a la vieja Iruña...lo que digo yo, una tormente del copón!!!
Yo no sé por dónde tu vives pero aqui en Endor estamos más acostumbrados a la ciclogénesis esa quepaqué! es más, las solemos denominar "ese vientecillo que rompe las ramas de los árboles y hace que caigan encima de los coches"... Aqui en Endor comenzó el lunes, acompañada de una lluvia algo estupida pues no sabia si llover o no, si ir hacía un lado u otro y las rachas de aire nos ponian como sopas!
Ánimo y... ya tienes tema de conversación en la ofi cuando vuelvas..
¡Uh! He recordado cuando el año pasado fui a Barcelona y me llevaron al parque Güell... que miedo pasamos, porque hacia muchísimo viento y esta hacia caer a los arboles :S
Aquí sigo.
He dado un poco de cuartelillo a los niños y ya tienen sus cinco metros de correa para moverse por casa con mayor soltura, porque no veo yo que esto vaya a mayores...
Si nos veis yendo al baño en línea, atados con sogas unos a otros y esperando a que el primero de la fila acabe la faena...
Veremos en qué acaba todo esto...
Bah !! eres una exagerada mujer, pobres niños ahí metidos en casa, aburridos... Yo a mis hijos les dejo salir al parque a jugar, eso si, con sus buenas botas de buzo de 50 kilos cada una y unas bolas de cañon metidas en los bolsillos de los pantalones. Se quejan de que no meten tantos goles pero seguridad ante todo.. ;)
Que risa!!!!
Esperemos que no sea nada.
Besos.
jejejeej muy gracioso el post!! me ha gustado mucho jajajaaj
cicloboinas... genial! jajajaj
jolin......... ciclogenesis??? Esta vez no he escuchado nada en la tele. Pero si que hace vientaco, si.
jajajaja...pero mira que eres...!!!
oye,eso de la ciclogenesis q h... es?
Que bonita la meteorología esta. Antes en invierno nevaba y no pasaba nada, ahora son Olas de frio. Antes entraba una tormenta y era eso una tormenta ahora se llaman ciclo génesis explosivas… si yo creo que lo hacen para asustar.
Publicar un comentario