
… prometo no arriesgar mi integridad con vestidos imposibles ni escotes pseudo-pornos, como hicieron J-Lo y Maraya el año pasado. (Ver No sin mis Oscars!!! para acabar de fliparlo)
… evitaré sesiones botulímicas de última hora, que te dejan la cara más tiesa que la mojama en salazón. Y si, por la razón que fuera, este punto se me olvidara, me comprometo a revisar las fotos de Nicole o Reneé de ediciones anteriores, para así reconducirme sin dudar.
… prometo no llorar en los agradecimientos, ni sorberme los mocos, ni hacer aspavientos innecesarios, ni nombrar a la familia del pueblo, ni, ya puestos, emular a Escarlata, gritándole al cielo de Tara que jamás volveré a pasar hambre, pues sé de sobra que estaría jurando en falso...
… llevaré (por mis muertos) unas manoletinas en el bolsito de fiesta. Porque los zapatroncos están muy bien para la alfombra roja, pero en la fiesta posterior, cuando venga Sean Penn a darme la enhorabuena por mi premio, no me gustaría que, intentando escalar hasta mis mejillas, me pisoteara los juanetes con su andar beodo.
… evitaré posar con gente como Heidi Klum o Nicole Ritchie, que nunca se sabe por qué demonios se presentan a este evento y provocan que la gente se pregunte si eres otra chupacámaras a la búsqueda del encuadre perfecto.
… no experimentaré con peinados desarrapados ni moños de exposición, sino que iré sobria y elegante tras las veinte pruebas de maquillaje y peluquería preceptivas.
… emularé a Meryl, tan campechana ella, descalzándome nada más llegar al asiento del Kodak Theatre. Y ya me pasará los Louboutin… hmmm… Jack Nicholson (por nombrar uno al azar) cuando tenga que subir al escenario.
Amén.
Pues eso.
Por si no se me había notado, igual que el año pasado y así sucesivamente, estoy ansiosa perdía con la llegada de la Ceremonia de los Oscars el próximo 27 de febrero que, para más INRI, es la víspera de mi cumpleaños…
Voy a tener que ponerme las velas de la tarta en los ojos, para sujetármelos por el insomnio. Porque como hay Dios que yo esa noche no pego ojo.
He empezado a organizarme las listas de nominados y a memorizar los títulos de las películas (en inglés, ¿eh? que una es cosmopolita), no vaya a ser que me llamen los del plus a esas horas intempestivas para preguntarme la opinión en directo.
Odiaría no dar la talla como contertulia de última hora…
Por lo demás, sólo espero que la gala de este año sea amena y divertida. No aspiro a mucho más. Teniendo en cuenta el bodrio que se cascaron Steve Martin y Alec Baldwyn en la pasada edición, no será difícil superar la audiencia este año. A poquito que hagan…
A ver qué tal se les da a James Franco (mal apellido se gasta, el pobre) y Anne Hathaway.
He consultado mi bola de cristal y auguro un número musical de ambos y otro más de algún famosete multidisciplinar.
Veremos en qué queda la cosa…
