Aprovechando un viaje a Madrid con las amigas, Elvira super-star decide que es “ahora o nunca” y reserva mesa para cuatro en el brunch de un hotelazo de cinco estrellas, porque “esto es lo que hacían Carrie Bradshaw y sus amigas y fíjate qué bien les iba para el cutis y la dieta”.
A todos aquellos que acaben de quedarse in albis por mis palabras, les explicaré que un “brunch” no es otra cosa que la merendola de toda la vida, pero a unas horas (a todas luces) intempestivas. Es decir, que ese día te van a clavar lo que no tienes (ni tendrás) por unos emparedados de pepinillo y un surtido de pastas de pitiminí al ajonjolí, y, por tanto, tu objetivo vital es no desayunar al levantarte, acumular todo el hambre posible hasta el angelus, más o menos, y darlo todo engullendo pan de molde sin corteza, con la única ayuda de un bloody mary que consiga hacértelo pasar por el gaznate.
Dudo que mi cuadrilla estuviera preparada para tanto sacrificio, pero, en un alarde de glamour y saber estar (haciéndonos las chulas descaradamente) y con la cara esa de “yo esto lo hago todos los sábados desde que tomé la primera Comunión”, nos echamos al cuerpo nuestras mejores galas y nos presentamos en la puerta del hotel a la hora convenida.
En esas estábamos, decidiendo si Paqui y su abrigo de leopardo entraban los primeros o si mejor la dejábamos cerrando fila, para no cegar al resto de clientes que poblaban la recepción, cuando me percato de los ojillos de ciervo en plena berrea que me pone Elvira.
Giro el mentón hacia donde sus pupilas señalan y me encuentro con un botones alto y guapetón que, seriamente, nos abre la puerta del establecimiento.
- Pss pss - me dice Elvira- ¿has visto qué abrigo tan chulo lleva el madelman de la puerta? Con sus botones dorados, sus charreteras… le sienta como un guante, ¿eh?
- Pues sí, pero habla bajito, que nos va a oír- le digo yo susurrando.
- Bah, si no he dicho nada malo, sólo que está como un queso. Menudo cimarrón…
- Ya, pues me temo que sospecha que hablamos de él, porque le salen rayos por los ojos- digo yo tras comprobar que el adonis nos mira fijamente sin soltar el pomo de la puerta.
- Déjamelo a mí, que esto lo arreglo yo en un pis pas- dice acercándose al gachó, sin darme tiempo a detener el tsunami que se avecina.
ELVIRA: ¡Hola!
EL BOTONES SACARINO: Buenos días.
ELVIRA: Estábamos comentando mi amiga y yo que vaya un abrigo bonito llevas. Supongo que es parte del uniforme, ¿no?
EL BOTONES SACARINO: (sin cambiar el gesto) Ajá.
ELVIRA: Es que parece muy cómodo y sienta como muy bien, ¿verdad?
EL BOTONES SACARINO: (impasible) Umm…
ELVIRA: Bueno. Lo importante es que sea calentito y…
EL BOTONES SACARINO: (…)
YO: Vamos, Elvira, pasa de una vez, que no tienes quórum y ni te has dado cuenta.
ELVIRA: ¡Es que no me habla!
YO: Ya, ya… pero es que ya te he dicho que se ha debido de pensar que hablábamos mal de él. Déjalo y vámonos, que se nos va a enfriar el desayuno…
ELVIRA: ¡Ni hablar! Voy a decirle la verdad.
YO: Nooooooo- pero ya se me ha escapado, como los granos de arena entre los dedos…
ELVIRA: Mira, majo, por si con esto conseguimos sacarte el palo de escoba que se te ha metido por el culo, te confesaré la verdad: lo que estaba diciéndole a mi amiga por lo bajinis es que tienes un abrigo tan precioso que te follaría vivo. ¿Lo pillas?
EL BOTONES SACARINO: (saliendo de su estupor natural) Hmmm… vagamente…
ELVIRA: Bueno. Pues eso era antes. Ahora, para que te enteres, se me ha volatilizado el furor uterino por culpa de tu cara de boletus y ya no me pareces ni “pasable“. Un placer conocerte. Buenos días.
EL BOTONES SACARINO: Pues… buenos días.
¡Dios mío, qué vergüenza!
Ni desayuné (o bruncheé, o como se diga), ni respiré en un buen rato, ni pienso volver a ese sitio en los años que me resten.
Con deciros que salí por la rampa del parking para evitar el encontronazo con el abrigado…
¡Es la última vez que me dejo convencer por Elvira!
¡Palabrita!
Aunque, ahora que me leo…
…y a mí que esta frase me suena conocida…
A todos aquellos que acaben de quedarse in albis por mis palabras, les explicaré que un “brunch” no es otra cosa que la merendola de toda la vida, pero a unas horas (a todas luces) intempestivas. Es decir, que ese día te van a clavar lo que no tienes (ni tendrás) por unos emparedados de pepinillo y un surtido de pastas de pitiminí al ajonjolí, y, por tanto, tu objetivo vital es no desayunar al levantarte, acumular todo el hambre posible hasta el angelus, más o menos, y darlo todo engullendo pan de molde sin corteza, con la única ayuda de un bloody mary que consiga hacértelo pasar por el gaznate.
Dudo que mi cuadrilla estuviera preparada para tanto sacrificio, pero, en un alarde de glamour y saber estar (haciéndonos las chulas descaradamente) y con la cara esa de “yo esto lo hago todos los sábados desde que tomé la primera Comunión”, nos echamos al cuerpo nuestras mejores galas y nos presentamos en la puerta del hotel a la hora convenida.
En esas estábamos, decidiendo si Paqui y su abrigo de leopardo entraban los primeros o si mejor la dejábamos cerrando fila, para no cegar al resto de clientes que poblaban la recepción, cuando me percato de los ojillos de ciervo en plena berrea que me pone Elvira.
Giro el mentón hacia donde sus pupilas señalan y me encuentro con un botones alto y guapetón que, seriamente, nos abre la puerta del establecimiento.
- Pss pss - me dice Elvira- ¿has visto qué abrigo tan chulo lleva el madelman de la puerta? Con sus botones dorados, sus charreteras… le sienta como un guante, ¿eh?
- Pues sí, pero habla bajito, que nos va a oír- le digo yo susurrando.
- Bah, si no he dicho nada malo, sólo que está como un queso. Menudo cimarrón…
- Ya, pues me temo que sospecha que hablamos de él, porque le salen rayos por los ojos- digo yo tras comprobar que el adonis nos mira fijamente sin soltar el pomo de la puerta.
- Déjamelo a mí, que esto lo arreglo yo en un pis pas- dice acercándose al gachó, sin darme tiempo a detener el tsunami que se avecina.
ELVIRA: ¡Hola!
EL BOTONES SACARINO: Buenos días.
ELVIRA: Estábamos comentando mi amiga y yo que vaya un abrigo bonito llevas. Supongo que es parte del uniforme, ¿no?
EL BOTONES SACARINO: (sin cambiar el gesto) Ajá.
ELVIRA: Es que parece muy cómodo y sienta como muy bien, ¿verdad?
EL BOTONES SACARINO: (impasible) Umm…
ELVIRA: Bueno. Lo importante es que sea calentito y…
EL BOTONES SACARINO: (…)
YO: Vamos, Elvira, pasa de una vez, que no tienes quórum y ni te has dado cuenta.
ELVIRA: ¡Es que no me habla!
YO: Ya, ya… pero es que ya te he dicho que se ha debido de pensar que hablábamos mal de él. Déjalo y vámonos, que se nos va a enfriar el desayuno…
ELVIRA: ¡Ni hablar! Voy a decirle la verdad.
YO: Nooooooo- pero ya se me ha escapado, como los granos de arena entre los dedos…
ELVIRA: Mira, majo, por si con esto conseguimos sacarte el palo de escoba que se te ha metido por el culo, te confesaré la verdad: lo que estaba diciéndole a mi amiga por lo bajinis es que tienes un abrigo tan precioso que te follaría vivo. ¿Lo pillas?
EL BOTONES SACARINO: (saliendo de su estupor natural) Hmmm… vagamente…
ELVIRA: Bueno. Pues eso era antes. Ahora, para que te enteres, se me ha volatilizado el furor uterino por culpa de tu cara de boletus y ya no me pareces ni “pasable“. Un placer conocerte. Buenos días.
EL BOTONES SACARINO: Pues… buenos días.
¡Dios mío, qué vergüenza!
Ni desayuné (o bruncheé, o como se diga), ni respiré en un buen rato, ni pienso volver a ese sitio en los años que me resten.
Con deciros que salí por la rampa del parking para evitar el encontronazo con el abrigado…
¡Es la última vez que me dejo convencer por Elvira!
¡Palabrita!
Aunque, ahora que me leo…
…y a mí que esta frase me suena conocida…
12 comentarios:
Elvira es genial, a la proxima me apunto, ja ja ja.
Un besazo.
Esthertxu, no valoras suficientemente a Elvira... Para mi es una tia autentica, que dice lo que piensa y aunque a veces pueda dar lugar a situaciones un poco violentas, la sinceridad y la naturalidad es lo que mola... No la pierdas como amiga, aunque solo sea por la cantidad de nuevos post que te va a inspirar.. ja ja ja !!
Lo del Elvir es para un monumento, estoy con Fer, no la pierds que te da mucho juego (bueno, y también es tu amiga y esas cosas..).
Lo mejor la traducción que nos has hecho del Brunch, yo que vivo en otro planeta (literal) no te había entendido y estaba a punto de pasarlo por el traductor de google, jeje.
(saliendo de su estupor natural) Hmmm… vagamente…
Las neuronas del mozo no eran tan brillantes como los botones...
Eso es desparpajo y lo demás tonterias!! jajajaja
Hola a todos!!!
No hablo muy alto, porque sigo escondida cual avestruz, bajo tierra, para que no me vea el botones sacarino, no vaya a ser que le dé un ataque de lucidez inusitada y se vengue de Elvira en mi culo!!!
Qué momentazo este que os cuento.
Ojalá pudiera decir que la cara del muchacho era un poema... pero qué va!!! Yo creo que ni entendió lo que Elvira le decía, jatetú...
Que digo yo que, pa sujetar una puerta, mucho cociente intelectrual tampoco es que haga falta, no??
Pues eso...
Un saludete a todos y gracias por pasaros!!! Sois mis soles!!!
¡Buenísimo! como siempre contigo me han salido las lágrimas y se me ha corrido el rimmel...¿realmente existe Paqui? ¿lo hizo?....si es así le das mi enhorabuena, tía par de ovarios.....
AJAJAJAJ, por fa, por fa, por faaaaaa invítame la próxima vez!!! tu amiga es genial y alguien tenia que decirle al pavisoso las cosas claras. jijijij
Que bueno.
Un besete
Está claro que no todo lo que brilla es oro... ni siquiera los botones...
Pues el botones sería muy guapo, pero era un sieso. xD
Está claro que tengo que sentir envidia de Elvira, ya me gustaría a mí echarle más morro a la vida a veces...
Saludos!
Siempre hay gente estirada que no sabe apreciar un piropo...no deben ser de este planeta.
Saludos cordiales.
Jajaja! Vaya con tu amiga Elvira! Eso sí, el botones era un poco (bastante) "estirao", no? Con lo que gana un chico majete, aunque sea menos agraciado físicamente...
Un besito
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