Bien, pues ya estoy en ello.
Me he preparado un plan estricto de comidas de aquí a Navidad, con el que me he propuesto quitar unos kilillos. No diré cuántos por no herir susceptibilidades.
Y lo voy a llevar a rajatabla.
Le hago a mi “santo” comer a escondidas y me hincho a lechuga como si fuera una vaca a punto de entrar en hibernación.
Nada me tienta. No pienso flaquear. Voy a mantenerme firme en mis propósitos aunque me cueste sudores y cabreos monumentales.
Aunque, salvo un par de conatos, tampoco es que haya llegado la sangre al río…
Hasta esta mañana, que iba yo tan tranquila por El Corte Inglés a hacer unos recaditos y me asalta una tiparraca de forma abrupta y sin avisar:
- ¿Quiere usted flis flis probar nuestro flis flis flis nuevo perfume flis flis, que está de ofertaaaaa flis-flis flis-flis-flis?
¿Que si quiero probarlo, cabrona, que me has echado ya medio litro aprovechando la coyuntura? ¡Y en todo el ojo! Mira que yo no quería enfadarme, ¿eh? ¡Pero es que me obligan!
Y que a estas no las pille la policía, que diría mi madre….
La he apartado de un manotazo (Dios, si todavía me huele el pelo a pachuli y eso que han pasado ocho horas desde el ataque tierra-aire) y he seguido toda digna hasta la sección de prensa, a comprarme el periódico y las revistas de la semana.
Mientras leía las noticias y desayunaba tranquilamente mi té con sacarina, noto como una presencia extraña sobrevolando mi hombro. Me vuelvo y el hombrecillo sentado detrás de mí gira abruptamente el cuello y se pone a mirar fijamente el cenicero. Sin pestañear.
Bien, no parece que quiera nada, así que yo sigo a lo mío.
Pasan treinta segundos y vuelvo a notar el poltergeist . Paso de hoja, me giro a velocidad defcon-3 y ahí está, el abuelillo, a medio camino entre arriba y abajo, estirando la cabeza hacia mí y con el culillo en pompa. Me suelta:
- ¿Te importa volver un momentito a la página anterior, que no me has dado tiempo a acabarme el artículo sobre el Ibex35?
- Lo que usted quiera, caballero. ¿Le pido también un carajillo y un Farias?
- Hombre, pues sería un detallazo, bonita.
La gente no tiene piedad. Y, además, es inconsciente por defecto.
Si supieran el peligro que corren tocándole los muñones a una hambrienta en su primera semana de régimen, se andarían con más ojo…
Mejor ni os digo lo que le he contestado al salado este… ¡me da hasta vergüenza!
Si es que a veces, no me reconozco…
Me he preparado un plan estricto de comidas de aquí a Navidad, con el que me he propuesto quitar unos kilillos. No diré cuántos por no herir susceptibilidades.
Y lo voy a llevar a rajatabla.
Le hago a mi “santo” comer a escondidas y me hincho a lechuga como si fuera una vaca a punto de entrar en hibernación.
Nada me tienta. No pienso flaquear. Voy a mantenerme firme en mis propósitos aunque me cueste sudores y cabreos monumentales.
Aunque, salvo un par de conatos, tampoco es que haya llegado la sangre al río…
Hasta esta mañana, que iba yo tan tranquila por El Corte Inglés a hacer unos recaditos y me asalta una tiparraca de forma abrupta y sin avisar:
- ¿Quiere usted flis flis probar nuestro flis flis flis nuevo perfume flis flis, que está de ofertaaaaa flis-flis flis-flis-flis?
¿Que si quiero probarlo, cabrona, que me has echado ya medio litro aprovechando la coyuntura? ¡Y en todo el ojo! Mira que yo no quería enfadarme, ¿eh? ¡Pero es que me obligan!
Y que a estas no las pille la policía, que diría mi madre….
La he apartado de un manotazo (Dios, si todavía me huele el pelo a pachuli y eso que han pasado ocho horas desde el ataque tierra-aire) y he seguido toda digna hasta la sección de prensa, a comprarme el periódico y las revistas de la semana.
Mientras leía las noticias y desayunaba tranquilamente mi té con sacarina, noto como una presencia extraña sobrevolando mi hombro. Me vuelvo y el hombrecillo sentado detrás de mí gira abruptamente el cuello y se pone a mirar fijamente el cenicero. Sin pestañear.
Bien, no parece que quiera nada, así que yo sigo a lo mío.
Pasan treinta segundos y vuelvo a notar el poltergeist . Paso de hoja, me giro a velocidad defcon-3 y ahí está, el abuelillo, a medio camino entre arriba y abajo, estirando la cabeza hacia mí y con el culillo en pompa. Me suelta:
- ¿Te importa volver un momentito a la página anterior, que no me has dado tiempo a acabarme el artículo sobre el Ibex35?
- Lo que usted quiera, caballero. ¿Le pido también un carajillo y un Farias?
- Hombre, pues sería un detallazo, bonita.
La gente no tiene piedad. Y, además, es inconsciente por defecto.
Si supieran el peligro que corren tocándole los muñones a una hambrienta en su primera semana de régimen, se andarían con más ojo…
Mejor ni os digo lo que le he contestado al salado este… ¡me da hasta vergüenza!
Si es que a veces, no me reconozco…
15 comentarios:
Mientras usted salga airosa, tranquila y desahogada, buenísimo =D
ÁNIMO!!!!
Que ya verás qué monas y estilizadas vamos a estar cantando villancicos...y así hacemos huecos para los turrones y demás productos del diablo navideños..
Suerte!! y a ver si me contagio, que llevo la intencion pero siempre lo dejo para mañana...soy pura palabreria, todos los dias digo: a partir de mañana salgo a andar..ja jajaj, es que no se cuando es mañana...jajajaja
mientras tanto el culete crece y crece.....
Es lo que tiene ...ya lo decia la biblia de las hambrientas hablaba al decir:por su humor las reconocereis!!11
que te has puesto a regimen???!!!
joé... tu que eras mi inspiración por aquello de " me gusta comer,y al que no le guste q no mire "...
pasa la dieta q a mi me sobran algunos tb...aunq ,maja,lechuga y te???..ostras tu,esa si q es drástica...
debería tomar ejemplo, no flaquees y cuéntanoslo a ver si me animo...
Otra anécdota corteinglesa: Siempre que compro pantys, cuando me dispongo a pagarlos, la dependienta de turno, supongo que aleccionada para ello, inquiere a mi señora esposa acerca de la idoneidad de la talla elegida, en mi caso siempre tallas 4 o XL, por lo que ella se ve obligada a justificar la aparente disparidad con el consabido argumento de que son para una amiga, algo que con el tiempo creo que dejará de colar.
Me imagino que la dependienta ya se imagina quién es el usuario final de los pantys y calla por decoro profesional, pero alguna vez se va a acabar con esta pantomima, en cuanto reuna el valor suficiente para afrontar mi lado femenino.
¡Qué él que compra los pantys soy yo¡¡¡ Preguntame a mi, me dan ganas de decirle...
Por cierto, te recomiendo los Body Touch de DIM...lo más cómodo en pantys en el mercado ahora mismo...
Madre mía, que se aparten todos xD A mí me dijo alguien una vez que si la gente me decía borde por decir lo que pensaba, que se jodieran. No sabes lo bien que me siento desde entonces, haz tú lo mismo xD
¡Besos!
JAJajajjaja!! Ayyyyy, cómo se nota que estamos en la época que estamos: este mes y enero, son los típicos de empezar dieta y apuntarse al gimnasio.
Mira, por si te sirve de consuelo, te diré que yo también estoy a dieta y destrozádome en el gimnasio, que para dentro de un par de meses quiero volver a ponerme mis vaqueros de la talla 38, con algo de diognidad (y si el flotador que me sale ahora). Y sí, la primera semana es jodida no, lo siguiente. Pero el cuerpo se acostumbra rápido. Así que no desesperes.
Lo más duro es resistir a las tentaciones. Sobre todo cuando te estás comiendo esas "deliciosas" espinacas hervidas con una gotita de aceite y la pechuga a la plancha, y a tu lado, tu querido novio poniéndose ciego de bravas o paella.
Pero yo sigo ahí: RESISTIRÉ!!!!
Mucho ánimo, ya ves que no estás sola. ;)
Besos!!
Personalmente creo que las personas a dieta, asi como las que están dejando de fumar deberían llevar una placa distintiva (estilo la L en conductores noveles) porque teneis además de mu mala leche mucho mucho peligro;P
Lo de los perfumes en el corte ingñés... no tiene nombre... y siempre las miro con cara de asesina y así no se me acercan.
Lo del venerable anciano... a mi me pasó en el autobús un día con un libro, y no supe ni cómo reaccionar!
Ánimo, con la dieta, que seguro merecerá la pena!
Dicen que aquellas que quieren bajar de peso y dejan lisa y llanamente de comer se generan muchos desequilibrios partiendo por el desajuste emocional, es decir la pena y la ira reemplazan a la comida. ¡Con respecto al prójimo mejor mantente lejos mientras estés a dieta!
Te dejo un saludo fraterno desde el confín austral!
Jajajaja, se esque para meterse con una mujer a dieta o embarazada hay que tener huevos! Mucho ánio en tu régimen.
Por cierto te invito a que te pases por mi blog, que he lanzado un experimento, tiene que ver cn la música, si te gusta, a ver si me puedes ayudar.
Muak
Buenas!!
Pues mira justo a Dan y a mi nos pasó ayer algo también parecido...
Una mujer se sienta al lado nuestro en el restaurante donde vamos a comer a veces y, absolutamente todo el rato estaba mirándonos fijamente...
Yo, tentada de preguntarle: señora, es que quiere algo, tanto mirar? Me aguanté hasta que la mujer preguntó si teníamos un cigarro y se lo dimos...
Pero es que la mujer seguía mirando!
Al final menos mal que se fue, porque ya empezaba a pensar que quería robarnos o algo... :S
Hay q ser dura con tod@s ell@s!
Bss :)
Me troncho!!!!
Si te sirve de ánimo, yo llevo desde finales de agosto... y ya quepo en mis estupendos pantalones del año pasado ;-)
Jejej, veo que lo llevas genial, eh?
Ala, ánimo y pa'lante!
Besos.
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