¿Qué demonios les pasa por la cabeza a las madres con hijas recién paridas?
Esto empieza a ser un problema social.
Como expliqué hace un tiempo (podéis hacer memoria en la entrada “se me ha embarazado media cuadrilla“), la mitad de las féminas del grupo ha dado a luz en los últimos meses y, cada vez que nos reunimos a tomar un cafetito (se acabó lo de echar kinitos o mazarnos a base de botellines de Mahou, ahora lo que se estila es compartir una porción de tarta entre tetada y tetada, quién las ha visto y quién las ve), bien, pues eso, cada vez que nos sentamos a charlar sale el mismo problemón: los consejos de las madres. O lo que es lo mismo: los remedios de las abuelas de las criaturas.
Y es que hay cada una…
Porque a ver en qué cabeza cabe que una abuelita, que se supone que siente cierto aprecio por su nieto, recomiende a su hija-made-novata para el estreñimiento de su pequeño un poquito de perejil en salva sea la parte.
-¿Cómo que perejil?- le pregunto yo con mirada sospechosa- ¿quiere decir en el biberón?
- No, maja, no. ¡Por el culo!- grita mi amiga indignada. Dice que le eche un poquito de aceite en un extremo del tallo de perejil y que con eso… ¡le “estimule” el ojete! ¡Está loca!
- Pero… ¿eso te lo ha dicho tu madre?
- ¡Que sí! ¡Que dice que es mano de santo! Mira, de verdad te lo digo, sólo de pensar que me haya metido a mí eso de niña, ¡es que me dan los siete males!
- No me extraña… ¿y qué vas a hacer?
- Lo primero: no dejarle al niño por las tardes. He buscado una chica joven que espero que no tenga una madre “naturista” como la mía y se limite a darle fibra a manta al niño.
- ¿Y cómo se lo ha tomado tu madre?
- Pues fatal, te puedes imaginar. Pero a mí me la repanfinfla. Le he dicho que haga sus experimentos con mi padre, pero que a mi hijo ni se arrime.
- Pues mi madre hace algo parecido, pero con la variante del termómetro de mercurio- dice otra sin levantar la vista de su té con sacarina.
- ¿Qué quieres decir? ¿Que donde la madre de Encarni mete un poquito de perejil (¡anda, como Arguiñano!) tu madre introduce un termómetro de mercurio?
- Sip- dice mi amiga la teinómana.
- A mí eso me suena a sodomizar al niño, os pongáis como os pongáis- insisto yo sin dar crédito a lo que escuchan mis orejuelas.
- Ya, pero el caso es que da resultado. No falla nunca- aclara la del Earl Grey.
- Pero si ya ni venden esos termómetros, por lo tóxico que es el mercurio… cualquier día tenéis un disgusto, Amparo- auguro yo con cara de pitonisa Lola.
- ¿Y lo del anís, eh? ¿Eso no lo recomiendan vuestras madres?- pregunta Almudena con cara como de pena.
- Hombre- digo yo- si es para conseguir una resaca monumental sí, pero estamos hablando de bebés, Almu.
- No, no, si mi madre dice que es mano de santo para los cólicos del lactante.
- ¿El anís del mono?- insisto yo incrédula.
- No, el anís estrellado.
- Pues mi pediatra dice que le dé aerored y me deje de anises de esos, que están prohibidos por Sanidad desde hace tiempo- nos cuenta Encarni, quien se ve que también ha oído de esta técnica del borrachito-neonato.
- Mi madre es que es más de ginebra para los dolores de tripa…- abunda Loles como si tal cosa.
- ¿Tanqueray o Larios?- pregunto yo toda jocosa.
- Beefeater- contesta ella sin pestañear ni reírse.
- ¿Con un chorrito de tónica y una rodajita de limón?- vuelvo yo a la carga.
- Pues no. A palo seco. Al menos así es como me la han dado a mí desde pequeña.
No, si cuando yo digo que el aguante de mis amigas en cualquier competición etílica es de récord Guiness, lo digo con conocimiento de causa…
De algo les tiene que servir llevar el alcohol en vena desde su más tierna infancia. No hay tío que las tumbe a vino, cerveza o combinado-jariguay.
Lo malo es la panda de yonkarras que va a salir de entre sus vástagos…
¡Y todo por culpa de los consejos de la abuela!
Que me los imagino en plena pubertad, simulando un estreñimiento crónico para fumarse el perejil o un cólico nefrítico para ponerse morados a tontonics, y no puedo parar de reír…
Esto empieza a ser un problema social.
Como expliqué hace un tiempo (podéis hacer memoria en la entrada “se me ha embarazado media cuadrilla“), la mitad de las féminas del grupo ha dado a luz en los últimos meses y, cada vez que nos reunimos a tomar un cafetito (se acabó lo de echar kinitos o mazarnos a base de botellines de Mahou, ahora lo que se estila es compartir una porción de tarta entre tetada y tetada, quién las ha visto y quién las ve), bien, pues eso, cada vez que nos sentamos a charlar sale el mismo problemón: los consejos de las madres. O lo que es lo mismo: los remedios de las abuelas de las criaturas.
Y es que hay cada una…
Porque a ver en qué cabeza cabe que una abuelita, que se supone que siente cierto aprecio por su nieto, recomiende a su hija-made-novata para el estreñimiento de su pequeño un poquito de perejil en salva sea la parte.
-¿Cómo que perejil?- le pregunto yo con mirada sospechosa- ¿quiere decir en el biberón?
- No, maja, no. ¡Por el culo!- grita mi amiga indignada. Dice que le eche un poquito de aceite en un extremo del tallo de perejil y que con eso… ¡le “estimule” el ojete! ¡Está loca!
- Pero… ¿eso te lo ha dicho tu madre?
- ¡Que sí! ¡Que dice que es mano de santo! Mira, de verdad te lo digo, sólo de pensar que me haya metido a mí eso de niña, ¡es que me dan los siete males!
- No me extraña… ¿y qué vas a hacer?
- Lo primero: no dejarle al niño por las tardes. He buscado una chica joven que espero que no tenga una madre “naturista” como la mía y se limite a darle fibra a manta al niño.
- ¿Y cómo se lo ha tomado tu madre?
- Pues fatal, te puedes imaginar. Pero a mí me la repanfinfla. Le he dicho que haga sus experimentos con mi padre, pero que a mi hijo ni se arrime.
- Pues mi madre hace algo parecido, pero con la variante del termómetro de mercurio- dice otra sin levantar la vista de su té con sacarina.
- ¿Qué quieres decir? ¿Que donde la madre de Encarni mete un poquito de perejil (¡anda, como Arguiñano!) tu madre introduce un termómetro de mercurio?
- Sip- dice mi amiga la teinómana.
- A mí eso me suena a sodomizar al niño, os pongáis como os pongáis- insisto yo sin dar crédito a lo que escuchan mis orejuelas.
- Ya, pero el caso es que da resultado. No falla nunca- aclara la del Earl Grey.
- Pero si ya ni venden esos termómetros, por lo tóxico que es el mercurio… cualquier día tenéis un disgusto, Amparo- auguro yo con cara de pitonisa Lola.
- ¿Y lo del anís, eh? ¿Eso no lo recomiendan vuestras madres?- pregunta Almudena con cara como de pena.
- Hombre- digo yo- si es para conseguir una resaca monumental sí, pero estamos hablando de bebés, Almu.
- No, no, si mi madre dice que es mano de santo para los cólicos del lactante.
- ¿El anís del mono?- insisto yo incrédula.
- No, el anís estrellado.
- Pues mi pediatra dice que le dé aerored y me deje de anises de esos, que están prohibidos por Sanidad desde hace tiempo- nos cuenta Encarni, quien se ve que también ha oído de esta técnica del borrachito-neonato.
- Mi madre es que es más de ginebra para los dolores de tripa…- abunda Loles como si tal cosa.
- ¿Tanqueray o Larios?- pregunto yo toda jocosa.
- Beefeater- contesta ella sin pestañear ni reírse.
- ¿Con un chorrito de tónica y una rodajita de limón?- vuelvo yo a la carga.
- Pues no. A palo seco. Al menos así es como me la han dado a mí desde pequeña.
No, si cuando yo digo que el aguante de mis amigas en cualquier competición etílica es de récord Guiness, lo digo con conocimiento de causa…
De algo les tiene que servir llevar el alcohol en vena desde su más tierna infancia. No hay tío que las tumbe a vino, cerveza o combinado-jariguay.
Lo malo es la panda de yonkarras que va a salir de entre sus vástagos…
¡Y todo por culpa de los consejos de la abuela!
Que me los imagino en plena pubertad, simulando un estreñimiento crónico para fumarse el perejil o un cólico nefrítico para ponerse morados a tontonics, y no puedo parar de reír…
11 comentarios:
Pues el remedio de madre Din, en el internado de mamy, para docenas y docenas de adolescentillas-mestruonas era infusión de manzanilla con una guinda en aguardiente y vamos, alguna que yo me sé mestruaba un par de veces al mes o tres...
¡¡¡madre Din, Din, Din que nos pega en el culín!! ¡¡¡Era más buena la pobre!!!
Pues lo del termómetro también lo hemos hecho con el bichito y funciona, claro, que me ha tocado hacerselo yo al peque, que estas cosas a los papis le dan mucha grima, como si a mi no me diera. Pero es que cuando ves que lo pasan tan mal...
También es que se oye cada cosa por ahi...que telita!
Yo lo sabía con un bastoncillo de algodón untado en aceite, cosa que va bien para el extreñimiento y para los gusanos... (de eso aun tienen los crios? yo nunca pille pero mi hermana cada dos por tres...)
Pues lo del anís para los cólicos que ni se les ocurra hacerlo ;-) Es dulce les hará daño en las encías y los dientes que hay ya dentro!! Jejeje, para los cólicos, calor en la tripa con un paño caldeado con la plancha, y a aguantar el tirón...
Aaaaaaah !!... Esthertxu nos hacemos mayores... cuando te quieras dar cuenta, sois vosotras las que estareis dando los consejitos... Hay que escuchar a las abuelitas, porque tienen la experiencia.
Un beso a todas las abuelas del mundo. Muack !!
Menos mal. Al leer "ahora lo que se estila es compartir una porción de tarta" me había parecido que compartían porción de teta. Habrá sido la grafía similar o el subconsciente, pero ahí queda.
Los consejos de la abuela vienen de serie. No se puede librar una madre primeriza de ellos.
Un abrazo
Por extraño que nos parezca, las abuelas saben de lo que hablan. Todos nosotros crecimos sin tantas contemplaciones, pero ahora se lleva lo de la sobreprotección y parece que crecen encerrados en una burbuja...
Besos.
En tu blog se aprende cada cosa!
un beso
Jajajajaja, como me suenan todos esos consejillos, de hecho el del estreñimiento me lo mostró una enfermera en el hospital cuando nació mi hija, pero a mi me daba cosa y no se lo hice nunca, ajajajajaja.
Y riete tu de las abuelas, que por hacer caso a la mía ... cogí 10 kilos tras dar a luz... en cada uno de mis dos partos, ajajajajaja. Aun lucho con ellos.
Besucos.
Yo simplemente espero que conmigo no hicieran ningún experimento de ese tipo, solo de pensarlo me estremezco.
jajaja, como somos, esto va por modas mas que por edades.
saludos
http://dalecalor.blogspot.com
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