- Mami, ¿me compras ese anillo?
- ¿Anillo? ¿Dónde ves tú un anillo, criatura, si estamos en el súper?
- Ahí, justo detrás de esa señora.
Veo que la cajera, conteniendo la risa, se aparta un poco para dejarme ver qué esconde su chepa y… efectiviwonder. En el súper venden anillos.
Concretamente, de la marca Durex.
- Mira, cielo, es que eso no es un anillo, es… otra cosa- le digo a la niña sacando las lechugas de la cestita y colocándolas amorosamente sobre la cinta transportadora-asesina.
- Pues ahí pone “anillo vibrador”. Y yo lo quiero. Ninguno de los que tengo vibra, así que me lo podrías regalar por mi cumpleaños, ¿eh, mami?
- Pues no. Te digo que eso no es un anillo, aunque lo diga el rótulo- pa qué coño les enseñarán a leer, me pregunto yo, con lo bien que vivíamos cuando era analfabeta.
- Mamá. ¿Qué pone aquí?
- Ehhh… “mantequilla”, ¿por?
- ¿Y es mantequilla o es “otra cosa”?- me pregunta imitando mi voz y remarcando el “otra cosa” como si fuera una palabrota que se le ha escapado a su madre.
- ES mantequilla -recalco yo-, pero lo que tú pides, aunque se llame “anillo”, no es para adornarse los dedos, ¿estamos? Deja ya de hablar y saca las manzanas de la cesta, anda, que se supone que has venido a ayudarme…
- Y, si ese anillo no se pone en los dedos,… ¿dónde se pone entonces, mamá?
Estaba esperando este momentazo.
De hecho, ha sido terminar la maldita frase y darme cuenta al segundo de que esta pregunta iba a llegar.
“No es para adornarse los dedos”, “no es para adornarse los dedos” (léase con voz repipi y burlona). Si es que no se puede ser más desafortunada, leches…
- Bueno… pues no sé, porque nunca he tenido uno, pero ya nos enteraremos. A ver si aguantas calladita un minuto, ¿eh?, que tengo que pagar la compra y me despistas con las llevadas…
- ¡Pues cómpralo, si es muy baratito!
- ¡Que no lo compro, que eso no es para chicas, que es para chicos y calla ya la bocota!
A todo esto, la cola que acumula mi caja es la más larga del súper (¡oh, sorpresa!) y todo por la función gratuita que les estamos regalando la madre y la hija. Parecemos las “Pimpinela” del hipermercado. Me da la sensación de que nos van a empezar a echar monedas en cuanto paguemos la cuenta.
- Es imposible que sea para chicos. ¿No ves que el envoltorio es de color rosa?
Que viva la lógica multicolor.
La gente gira la cabeza de mi hija hacia mí, como esperando mi revés. Y yo ya no sé qué excusas darle a la chiquilla, así que opto por algo radical para finiquitar el asunto:
- Cariño: es un anillo que se ponen los hombres en el pene y no te lo puedo comprar porque tú no tienes pene. ¿Verdad que no tienes pene?
La abuelilla que estaba detrás de mi hija, se tapa los oídos y cierra los ojos, por si el palabro en cuestión le pudiera entrar por cualquier orificio corporal y le tocara tener que confesarse nada más salir del súper.
Un grupillo de chavales con sus litronas de cerveza empieza a descojonarse y a hacer gestos obscenos contra el muestrario de anillos vibradores.
Y la señora de las mechas, que ha aguantado estoicamente un cuarto de hora de cola para pagar un triste calabacín, abandona la hortaliza en la cesta, coge un envoltorio rosa de Durex y vuelve a su sitio.
Esto es un espectáculo.
Yo ni miro a mi hija, por si le veo ojillos espantados.
Pago a toda pastilla, agarro las bolsas y avanzo hacia la puerta.
Casi llego.
Ya “huelo” la calle, cuando escucho en lontananza:
- Mamiiii, esperaaaaaa, ¿y si le compramos uno a papáááá??????
Sólo añadiré que, por no oírla más, mi santo va a recibir el día del padre un anillo vibrador de parte de sus hijos. Y los niños están tan orgullosos de su regalito…
Verás qué gracia cuando le digan que se lo ponga.
A mí, que me registren…
- ¿Anillo? ¿Dónde ves tú un anillo, criatura, si estamos en el súper?
- Ahí, justo detrás de esa señora.
Veo que la cajera, conteniendo la risa, se aparta un poco para dejarme ver qué esconde su chepa y… efectiviwonder. En el súper venden anillos.
Concretamente, de la marca Durex.
- Mira, cielo, es que eso no es un anillo, es… otra cosa- le digo a la niña sacando las lechugas de la cestita y colocándolas amorosamente sobre la cinta transportadora-asesina.
- Pues ahí pone “anillo vibrador”. Y yo lo quiero. Ninguno de los que tengo vibra, así que me lo podrías regalar por mi cumpleaños, ¿eh, mami?
- Pues no. Te digo que eso no es un anillo, aunque lo diga el rótulo- pa qué coño les enseñarán a leer, me pregunto yo, con lo bien que vivíamos cuando era analfabeta.
- Mamá. ¿Qué pone aquí?
- Ehhh… “mantequilla”, ¿por?
- ¿Y es mantequilla o es “otra cosa”?- me pregunta imitando mi voz y remarcando el “otra cosa” como si fuera una palabrota que se le ha escapado a su madre.
- ES mantequilla -recalco yo-, pero lo que tú pides, aunque se llame “anillo”, no es para adornarse los dedos, ¿estamos? Deja ya de hablar y saca las manzanas de la cesta, anda, que se supone que has venido a ayudarme…
- Y, si ese anillo no se pone en los dedos,… ¿dónde se pone entonces, mamá?
Estaba esperando este momentazo.
De hecho, ha sido terminar la maldita frase y darme cuenta al segundo de que esta pregunta iba a llegar.
“No es para adornarse los dedos”, “no es para adornarse los dedos” (léase con voz repipi y burlona). Si es que no se puede ser más desafortunada, leches…
- Bueno… pues no sé, porque nunca he tenido uno, pero ya nos enteraremos. A ver si aguantas calladita un minuto, ¿eh?, que tengo que pagar la compra y me despistas con las llevadas…
- ¡Pues cómpralo, si es muy baratito!
- ¡Que no lo compro, que eso no es para chicas, que es para chicos y calla ya la bocota!
A todo esto, la cola que acumula mi caja es la más larga del súper (¡oh, sorpresa!) y todo por la función gratuita que les estamos regalando la madre y la hija. Parecemos las “Pimpinela” del hipermercado. Me da la sensación de que nos van a empezar a echar monedas en cuanto paguemos la cuenta.
- Es imposible que sea para chicos. ¿No ves que el envoltorio es de color rosa?
Que viva la lógica multicolor.
La gente gira la cabeza de mi hija hacia mí, como esperando mi revés. Y yo ya no sé qué excusas darle a la chiquilla, así que opto por algo radical para finiquitar el asunto:
- Cariño: es un anillo que se ponen los hombres en el pene y no te lo puedo comprar porque tú no tienes pene. ¿Verdad que no tienes pene?
La abuelilla que estaba detrás de mi hija, se tapa los oídos y cierra los ojos, por si el palabro en cuestión le pudiera entrar por cualquier orificio corporal y le tocara tener que confesarse nada más salir del súper.
Un grupillo de chavales con sus litronas de cerveza empieza a descojonarse y a hacer gestos obscenos contra el muestrario de anillos vibradores.
Y la señora de las mechas, que ha aguantado estoicamente un cuarto de hora de cola para pagar un triste calabacín, abandona la hortaliza en la cesta, coge un envoltorio rosa de Durex y vuelve a su sitio.
Esto es un espectáculo.
Yo ni miro a mi hija, por si le veo ojillos espantados.
Pago a toda pastilla, agarro las bolsas y avanzo hacia la puerta.
Casi llego.
Ya “huelo” la calle, cuando escucho en lontananza:
- Mamiiii, esperaaaaaa, ¿y si le compramos uno a papáááá??????
Sólo añadiré que, por no oírla más, mi santo va a recibir el día del padre un anillo vibrador de parte de sus hijos. Y los niños están tan orgullosos de su regalito…
Verás qué gracia cuando le digan que se lo ponga.
A mí, que me registren…
25 comentarios:
De todas las conversaciones madre-hija que he leído alguna vez, ésta es -definitivamente- la mejor...
jajajaja no puedo parar de reir!
JAJAJAJAJAJAJAJA. me encanta tu hija y me encantas tu!!!! XD por favor queremos una foto de la cara de tu santo al abrir el regalo. jajajajaja
¿Sabes la que se te avecina?la de gente rara que va a llegar a ésta entrada.
Me encantan las conversaciones educativas con churumbeles en público.
jajajajaja qué buena!! XDD pues se lo compramos a papi! si problema no hay jajajja ole por tu hija
Es que tu hijaaaaaaaaaa.....
ja jaja !!!!!!
Lo peor esos momentos que ves la gente mirandolas, siguiendo ansiosa la continuacion, y saber como hacer para que la niña cambie de tema!!
Santa inocencia!
Qué duro es ser madre!!!! lo que me he reído... más que nada porque no me ha pasado a mí. Que aguante hija, que aguante.
Jeje, ese regalo seguro no se lo espera.
Ja,ja,ja :) Muy bueno.
Mujer, que si querías regalarle un anillito de esos a tu costillo no hacia falta tanto lio jajaja
Ahora en serio, el día que mis hijos abran la caja que tiene papá en la mesilla van a flipar en colores jeje (eso si no lo han hecho ya y por eo me miran así sus profesoras...jeje)
Besos
xD Qué bueno. Al final decir la verdad es la mejor opción, yo reo que es como menos haces el ridículo, al menos. Ays qué risa.
Madre mia q hartada de reir!!!!!!
lo q no te pasa a ti, no le pasa a nadie!!!!
estoy deseando q llegue el dia del padre para q nos cuentes como ha ido!!!
Buenísimo, tu hija es divina y tu marido se llevará flor de sorpresa... si es que te aguantaste sin contarle la conversación apenas llegaste a tu casa (o si no lee tu blog)
Un saludo grandote, me has hecho reír mucho :D
ummm a mi me parece una chulada de regalito!
mira QUE RISA QUE ME HE PASADO POR DIOS!! JAJAJAJAJ pero qué hija tan moderna nena!me dice eso mi madre a mi y de la vergüenza que me da no vuelvo a abrir la boca y va la tuya y te dice que le compres uno a su padre!! con dos webs. Ole esa niña y ole ésa madre por salir de ése pedazo de atolladero jajajajaja
Y yo que pensé q entraba a leer un post corazoniano sobre el ultimo regalito de Don Felipe a la Leti....
jajajajajaja, que buenoooooooooooo....
te has superau nena !!!
Simplemente genial y divertido. Saludos.
Pues te manejaste bastante bien al final. A mi una niña me pregunta para que sirve y me hundo. Tierra tragamé! Y delante de la gente! Jajajaja.
Ya solo falta que la niña se lo quiera ver puesto jajajaja
Y supo tu hija lo que era el pene ??? Huy yu yuíiii !!, a ver si va saber más de lo que tu te piensas.... Que estos micos de hoy estan muy espabilaos con todo lo que echan en la tele, mientras preparas la tortilla de la cena en la cocina, y te crees que estan viendo el Clan Tv en el salón... ;)
jejeje lo mejor será cuando dentro de unos años, sepa para que sirve y se acuerde q le quería comprar uno a su padre!!
También pasa al revés, eh? hace poco, en el vestuario del gimnasio pusieron un cartel anunciando una Cena Tuppersex, y mi madre a voces: tupersex?? q es eso? yo: nose mamá, vamos q llegamos tarde a la clase, y ella bajó las escaleras, ¿¡tuppersex!? a saber q será eso! alguna guarrería! y yo toda roja mirando al suelo.
Sorteo en http://verde71.blogspot.com/ participa antes del 6/3/10
Jajaja, me puedo imaginar la situación en el super. Lo que no puedo ya imaginarme es la cara de tu marido cuando vea el regalo, jajaja.
jajaja, yo quiero fotos de cuando papá abra el regalo!!! jajaja...eres la mejor Esthertxu
Di que sí, "toma papá, un regalo que te hemos comprado". Pagaría por ver la cara de este hombre!!
Buenísimo
Dulce inocencia infantil , dile a los profesores de tu hija que no la enseñen a leer tan bien que no puedes ni hacer la compra a gusto.
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