- Entro al estanco, de 3 metros cuadrados, y una señora estupenda, cargada de bolsas, paraguas y demás utensilios de primera necesidad, se queda plantada en medio contestando a una llamada de móvil.
Yo intento rodearla por la izquierda, pero su bolso me lo impide. Hago un quiebro, cambio mi trayectoria… pero tampoco: tiene el carrito-la-compra pegado a su cadera derecha y no quepo. Bien. Me pongo de puntillas, atisbo a la estanquera (que también se ha puesto de puntillas dentro de la cámara acorazada esa que se gasta) y grito sin pudor:
- ¡Tres de chesssteeeeeerrrrrr!
- ¿Duro o blandooooo?
- ¡Durooooooooooooooo!
- ¡Marchandooooo!
- ¿Cuánto te debooooooo?????
- Diez con ochentaaaaaaaaaa
- Te los dejo aquí en el sueloooooo
- Vale, graciaaasssss, luego los recojoooooooooo
De locos. Me he largado y la señora seguía cimentada al suelo. No ha movido ni una pestaña de su cuerpo serrano. Menos mal que tenía el importe exacto, de lo contrario habría tenido que hacerme un avioncito de papel con el billete para que entrara en el cubil de la estanquera con el efecto necesario. Y luego dicen que las personas mayores tienen mucha más educación que los jóvenes… ¡lo que yo te cuente, morena!
- Voy al supermercado, me pongo a la cola y tengo la mala fortuna (cómo no) de topar con una señora (otra) que tarda cinco minutos y medio en meter en una bolsa una barra de pan y una docena de huevos.
Como la cajera tiene prisa por el cambio de turno, empieza a pasar los códigos de barras de todos mis productos a la velocidad de la luz (kilómetro por segundo arriba-abajo). ¡Qué suerte la mía! ¡Hoy, no se le rebela ni un código! Basta que una tenga prisa para que la del chaleco reflectante tenga que darle la lechuga a una compañera que le mire el “código de marras”, pero como quieras que tarde lo suficiente para que la que va delante de ti sea capaz de abrir la bolsa de plástico sin que se le haga una pelota, vas dada.
Ese día se forma la orgía alimentaria en el mostrador y tienes que andar con mil ojos para que la lista del cardado no te robe tus magdalenas porque “uy, me he debido de despistar, como estaba todo junto, pensaba que era mío”. Pues no, señora, usted sólo ha pagado los huevos y la barra-pan, no vaya de lista y suelte mis bollos, que yo creo que está tardando más de la cuenta para ver si me sisa algún producto mientras me despisto sacando la cartera.
- Me toca recoger del tinte la americana de mi “santo”, que acabó chorreada de aceite en la última “cena de colegas” y, cuando llego, me encuentro a otra señorona con múltiples prendas desparramadas por los tres metros de mostrador.
La dependienta tiene mala cara y ni la mira. Se gira hacia mí y me dice:
- ¡El recibo!
- ¡Como éste!- y se lo paso bajo el sobaco de la de delante.
- Espere ahí que se lo saco ahora mismo.
- ¡Aquí me quedo! (de canto, claro, porque la del mostrador sigue revisando la ropa recogida a ver si encuentra una manchita perdida entre los pliegues y me puede pillar la puerta eléctrica)
Sale con la americana envuelta en plástico y se queda parada. No sabe cómo dármela, porque la pointer sigue buscando manchas, ahora ya oliendo las prendas como el mejor sabueso. Vale, pues por encima.
- A ver, maja, estírate que te lo paso por encima de esta señora.
- ¡Ya la tengo, ya casi la tengo!
- Cuidado con el plástico, no se te vaya a enganchar con las horquillas de su moño…
- Descuide, que me subo al banco de espera y alcanzo mejor, déme un segundo…
- ¿Ya? ¿La tienes?
- ¡Sííiííí…. Parece que llegoooooooo!!!
- Vale, pues hasta otro día.
- ¡¡¡Taluegoooooo!!!
He decidido que voy a empezar a salir a la calle con una aguja escondida entre los dedos para practicar lo de “señora que me cierra el paso, señora a la que pincho”.
Aprovecharé bien el hueco que dejen al dar el salto lateral para hacer mis compras y pondré cara de “yo no he sido” sin ningún complejo.
A ver si te crees que la tienda es tuya, Doña Amable.
- ¡Tres de chesssteeeeeerrrrrr!
- ¿Duro o blandooooo?
- ¡Durooooooooooooooo!
- ¡Marchandooooo!
- ¿Cuánto te debooooooo?????
- Diez con ochentaaaaaaaaaa
- Te los dejo aquí en el sueloooooo
- Vale, graciaaasssss, luego los recojoooooooooo
De locos. Me he largado y la señora seguía cimentada al suelo. No ha movido ni una pestaña de su cuerpo serrano. Menos mal que tenía el importe exacto, de lo contrario habría tenido que hacerme un avioncito de papel con el billete para que entrara en el cubil de la estanquera con el efecto necesario. Y luego dicen que las personas mayores tienen mucha más educación que los jóvenes… ¡lo que yo te cuente, morena!
- Voy al supermercado, me pongo a la cola y tengo la mala fortuna (cómo no) de topar con una señora (otra) que tarda cinco minutos y medio en meter en una bolsa una barra de pan y una docena de huevos.
Como la cajera tiene prisa por el cambio de turno, empieza a pasar los códigos de barras de todos mis productos a la velocidad de la luz (kilómetro por segundo arriba-abajo). ¡Qué suerte la mía! ¡Hoy, no se le rebela ni un código! Basta que una tenga prisa para que la del chaleco reflectante tenga que darle la lechuga a una compañera que le mire el “código de marras”, pero como quieras que tarde lo suficiente para que la que va delante de ti sea capaz de abrir la bolsa de plástico sin que se le haga una pelota, vas dada.
Ese día se forma la orgía alimentaria en el mostrador y tienes que andar con mil ojos para que la lista del cardado no te robe tus magdalenas porque “uy, me he debido de despistar, como estaba todo junto, pensaba que era mío”. Pues no, señora, usted sólo ha pagado los huevos y la barra-pan, no vaya de lista y suelte mis bollos, que yo creo que está tardando más de la cuenta para ver si me sisa algún producto mientras me despisto sacando la cartera.
- Me toca recoger del tinte la americana de mi “santo”, que acabó chorreada de aceite en la última “cena de colegas” y, cuando llego, me encuentro a otra señorona con múltiples prendas desparramadas por los tres metros de mostrador.
La dependienta tiene mala cara y ni la mira. Se gira hacia mí y me dice:
- ¡El recibo!
- ¡Como éste!- y se lo paso bajo el sobaco de la de delante.
- Espere ahí que se lo saco ahora mismo.
- ¡Aquí me quedo! (de canto, claro, porque la del mostrador sigue revisando la ropa recogida a ver si encuentra una manchita perdida entre los pliegues y me puede pillar la puerta eléctrica)
Sale con la americana envuelta en plástico y se queda parada. No sabe cómo dármela, porque la pointer sigue buscando manchas, ahora ya oliendo las prendas como el mejor sabueso. Vale, pues por encima.
- A ver, maja, estírate que te lo paso por encima de esta señora.
- ¡Ya la tengo, ya casi la tengo!
- Cuidado con el plástico, no se te vaya a enganchar con las horquillas de su moño…
- Descuide, que me subo al banco de espera y alcanzo mejor, déme un segundo…
- ¿Ya? ¿La tienes?
- ¡Sííiííí…. Parece que llegoooooooo!!!
- Vale, pues hasta otro día.
- ¡¡¡Taluegoooooo!!!
He decidido que voy a empezar a salir a la calle con una aguja escondida entre los dedos para practicar lo de “señora que me cierra el paso, señora a la que pincho”.
Aprovecharé bien el hueco que dejen al dar el salto lateral para hacer mis compras y pondré cara de “yo no he sido” sin ningún complejo.
A ver si te crees que la tienda es tuya, Doña Amable.
24 comentarios:
Jajajaja! Y las que nunca se apartan con el paraguas cuando llueve? Y las que te empujan en un concierto -exhibición aérea - o evento similar porque tú eres demasiado alta y no las dejas ver? Y las que llegan de estrangis a la cola del súper y se intentan colar haciéndose las longuis???
Veo que tú también conoces a las personas de "segunda" velocidad. Hagas lo que hagas no acelerarán nunca....casi me apunto a tu idea, es más sutil que la de la pistola eléctrica que pensaba comprarme ( jajajaja).
Un placer seguirte.
;)
Y las señoras que tienes delante tuya en el banco, que tras media hora de espera y de escuchar: cuanto tengo en la cartilla?, me han ingresado ya? si saco 35 centimos cuanto me queda? me puede actualizar la libreta? Se va finalmente sin haber hecho nada y cuando por fin te toca la cajera cierra su ventanilla porque tenía que salir a desayunar...arggggggg
Sí, llévate las agujas ;)
Una navaja de Albacete, como las de los gitanos y los bandoleros, es lo que hay que llevar para pincharle a alguna. Encima aquí en Pamplona las más pijas y estiradas son las peores (me imagino que por el Pais Vasco serán pizca más o menos)En la perfumería me ponían negro haciendome probar en mis masculinas manos toooodas las barras de labios, eye-liner y perfiladores, para luego no llevarse ninguno porque no encontraban el un color parecido a aquel que compró allá por el año 1976 en Andorra o en Marbella, el cual me enseña, diminuto (3 cm capuchón incluido)y casi fosilizado. Y no, señora, por comprar laca Nelly no regalamos muestras de perfume o de cremas Lancôme!!
Muy buen post Esthertxu, un placer leerte!!
jajaja,que bueno esther...
yo tengo una en el 2do de mi escalera...entre sus 80 mal repatidos kilos,el carro-la-compra y la sillita del nietito acaparan todo el ascensor...así q cuando me la encuentro en el hall me salgo a tomar un cafe para darle tiempo a q suba 2 pisos...
mi consejo : lleva la aguja de estas antiguas de tejer..y q sea bien visible...es mas, amenaza con ella y veras como en el acto te hacen sitio...
jajaja me encanta , las hay por todas partes !!! alucino con aquellas que se colocan en la caja del super a intentar llevarse alguna cosa !!! es que lo hacen en tu cara y con el mayor descaro !! o aquellas que se cuelan en la cola por toda la cara ...
espero que cuando llegue a señora no me convierta en una de ellas ...
un besote
Lo que yo digo siempre, el día que legalicen los Tsssers me compro una docena para este tipo de situaciones.
A mi esto me pasa muchísimo, como además yo abulto poco... pero vamos, ahora que voy con el carro, tampoco te creas que se apartan!
¡Tienes toda la razón! Luego se quejan de los jóvenes pero no veas algunas señoronas cómo son, ¡madre mía! Tienen más cara que espalda, sobre todo en la cola del supermercado, que encima si tienes tú la razón, son capaces de ponerte colorada, malditas todas ¬¬ xD
¡Besos!
Real y verídico como la vida misma. Y las que forman un grupito en la acera impidiendo el paso y ni se inmutan ante, Por favor, me dejan pasar?. Buff, cuanta educación falta...
y las de la parada del bus?? que aun habiendo una cola hasta corren para entrar las primes?? Tu crees que con una aguja sera sufi? nose yo
Uff, sí, sí... Y ahí están, en medio, y aunque pegues dos voces, no se dan por aludidas, no...
Pa eso cuando estaba yo tan tranquilamente en la cola del autobús para subirme, y llegó la vieja con una caja de fresas y me dio un empujón.
La miré y le dije:-"Oiga, con cuidado"-. Y me salta la tía petarda:-"Pues si te molesta ir en autobús, cógete un taxi"-. Y yo, que no me callo ni debajo del agua porque ya me resbala tó, y sé que menos respeto que tienen ell@s no tiene nadie, le digo:-"No, si a mí no me molesta ir en autobús. Me molesta que la que llega la última se quiera meter la primera a base de empujones, sin educación ni respeto"-.
Bueno, pa qué contarte... Que si la juventud de hoy en día no tiene vergüenza, que si todo se está perdiendo; que qué clase de educación nos dan nuestros padres ahora... Y yo:-"Hombre, más que la que le dieron a algunas, seguro"-...
En fin... Que paciencia...
Besos!!!
Jajajaja!!!!! la verdad es que hay señoras que sacan de quicio... sobretodo las que se cuelan en la panaderia con la excusa de que tienen prisa...
... o las típicas intrépodas que cuando vas conduciendo se te cruzan e invaden toda la calzada...
En fin... señoras!!!!!
las mejores son las que se hacen que no entienden lo que está pasando... pero lo mejor es que yo he visto a mi propia madre hacer algo así cuando la cola es mu larga, la he visto colarse, y lo peor de todo es que ella considera que no se está colando, sino que la de delante no decide nada y como tenga que esperarla no nos atenderán nunca... 'pero si esa mujer sólo está enredando y no va a comprar nada, no lo ves? sólo hace que fastidiarnos...' hala, y se le cuela sin más, yo me escondo debajo de la cajera porque no quiero que se sepa que vamos juntas...
No tengon experiencias con señoras, más bien con estudiantes porque es con lo que convivo cada día.
En concreto, una que se sienta y planta su maleta encima de la mesa (que son las típicas de universidad: largas y seguidas en la fila). Llegan más compañeras y me echo hacia ella, con lo que su maleta ocupa mi espacio vital para escribir. Ni se inmutó la tia, eso sí, me lié a empujarla poco a poco hasta que la tuvo encima de su espacio vital, y entonces se dió cuenta que lo mejor sería ponerla en el suelo.
A buenas horas, bonita.
Uf...eso sí, he de confesar que hoy me he colado en el Blanco de forma descarada y me he colocado la primera. Una señora me ha dicho que si me estaba colando, le he dicho que no, me he dado la vuelta y le he pasado la prenda a mi compañera para que me la pagara...jajaja,más cara imposible, aunque ahora me siento culpable. Pero la cola era de 2 horas...
Tienes que irte a vivir a Londres. Allí la gente apenas te pasa a treinta cm que ya te dice "sorry" por invadir tu espacio personal.
Spain is different!
jajaja muy buena la entrada. Y ya ni te cuento las señoras que obstaculizan toda una calle estrecha mientras ellas van de paseo, y tu detrás achuchándolas y no hay manera de que se aparten! Voy a salir yo también con una aguja incrustada a los dedos xDD
Hay gente q se cree la dueña de la calle-tienda-banco-o cualquier lugar q se les antoje! y luego están las q encima te empujan para quitarte el sitio a tí y encima te gritan y te dicen maleducada! (si, eso me pasó en la cola del pescado, y ahora cada vez q veo a la señora en cuestión me inunda la rabia por dentro!!)
Veo que va a ponerse de moda lo de salir con una agujita camuflada entre la bisutería... jajaja deberíais escibir al respecto en vuestros blogs, porque esto es un clamor y hay que recabar firmas (o lo que sea) para que les prohiban salir a la calle si no firman un compromiso de convivencia con el resto de cívicos mortales...
Un abrazo colectivo!!!
almas gemelas en eso de tener conflictos con el projimo, veo que en tu tierra o en la mia pasan cosas iguales, te dejo un beso me diverti mucho.
Pincha pincha que funciona! jejejej O tose que parezcas "tisica" sin poner la mano, ejjejeje, eso funciona y muuucho.
Ofú...las señoras parapeto! ¿Nadie les ha hecho aún un grupo en Facebook o algo??
Arggh...yo no puedo con ellas tampoco! Te voy a copiar lo de el pinchacico! :P
1 besazo!
Sé EXACTAMENTE de lo que hablas!! Menudas!
Besos.
Como te entiendooooooooooooooo, lo he sufrido y muchoooooooooo. besos
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