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domingo, 22 de mayo de 2011

Pasándome la jornada de reflexión por el arco del triunfo

Con la chorrada de la jornada de reflexión, la gente comete los mayores desmanes.

Mi santo ha decidido que el sábado, en nuestro dulce hogar (ahora, oficialmente, la “leonera” de la escalera), no se hace la cama, ni se cocina, ni se limpia ni una mota de polvo. Y mis hijos, que son unos listos del copón, se han sumado a la propuesta, haciendo jornada de brazos dormidos. Ni os imagináis cómo me tenían la casa cuando entré por la puerta a las 11 de la mañana (que estos van de demócratas y tal, pero el pan lo comen todos los días y la pringada de mamá es la que baja a comprarlo).

Mi hija, toda chula, en pijama (se ve que no había encontrado fuerzas ni para ponerse un pantalón) e hinchándose la tripa a ganchitos. El pequeño, con los mocos colgando (según me han dicho, los kleenex también estaban de huelga) pasándome las ruedas del cochecito teledirigido por encima de la mesa de madera de nogal que nos regalaron mis padres, también conocida como “la intocable”. Y mi santo, tan despatarrado en el sofá que me juego la merienda a que mañana tendrá agujetas en los abductores.

¿Os suena “el Guernica”, de Picasso?
Bien, pues ese cuadro parece bastante más ordenado que mi salón.
Sólo me faltaba (para completar la estampa) una madre, con los pechos al aire y corriendo con su bebé en brazos por mi casa, porque el resto lo tenía todo: el desorden, la suciedad, los destrozos (a mi hijo le encanta hacer trocitos con cualquier papel y esta vez le ha tocado al cartón del telepizza de anoche)… en fin, el paraíso de un síndrome de Diógenes.

- Ehhh… ¿qué ha pasado en los últimos 20 minutos?- pregunto asustada a mi prole.
- Nada, mami, ¿por?- me dice la niña con carita de “sea-lo-que-sea-yo-no-he-sido”.
- ¿Porque parece que os ha intentado secuestrar un comando de albano-kosovares rabiosos, quizá?- le digo toda impertinente.
- No, aquí no ha entrado nadie más que tú- confirma el pequeño.
- Que digo que a ver si os costaría mucho recoger los papelotes del suelo y levantar los pies cuando venga con la aspiradora, si no es mucho pedir, claro…- sigo en modo irónico, a ver si caen del guindo, pero me da que las sutilezas ni las notan.
- Es que nos ha dicho papá que hoy está reflexionando y que la ley le prohíbe hacer nada- me contesta la otra.
- Ya. Y vosotros os unís a la propuesta encantados, ¿no?- (déjate de ironías, so mema, que por ahí no sacas ni güito)
- Claro, no queremos que venga la policía y nos lleve a la cárcel por haber tirado de la cadena, por ejemplo.
- ¿Que ni siquiera tiráis de la cadena?- (no sé de qué me asombro)
- No, y te aviso de que el niño ha hecho “aguas mayores”, que lo he oído desde aquí- me dice mi santo sin levantar la vista del mando a distancia.
- Hijo, te habrás limpiado el culo, al menos, ¿eh, eh?- le grito a mi hijo desesperada.
- Sí, mamá, porque si no se me pegoteaba el pijama y me sentía incómodo.
- Dios… (mi cabeza deduce que ha intentado pasar de limpiarse y ha tenido que recular por la molestia, es para llorar)… pero si vosotros no tenéis edad de votar, ¿se puede saber sobre qué reflexionáis?
- Es que nosotros también estamos “indignaos”- me salta la mayor.

Tócate un pie.
Y como me ponga chulesca, me los veo organizándose en asambleas en el salón y arrastrando los sacos de dormir al pasillo.
Mejor me contengo y le doy a la escoba, que eso siempre me relaja…

- Mami, ¿dónde comemos hoy?-pregunta la niña.
- ¡Chino!-contesta el pequeño.
- ¡No, italiano!- dice mi santo.
- Ahhh, ya lo pillo- les digo- que hoy no se cocina, ¿es eso? Pues me temo que vuestras tripas también van a reflexionar. Y, además, ¡bien alto! Porque por mis muertos que en esta casa, hoy, sábado de reflexión, ¡no se come!
- ¿Cómo que no se come? Nosotros no cocinaremos, pero podemos ir a un restaurante, ¿no?- los ojos del pequeño empiezan a redondearse más de la cuenta. Él, que ya estaba casi paladeando sus rollitos vietnamitas…
- No, hijo, no. Piensa un poquito. ¿Acaso el cocinero no tiene derecho a reflexionar también? ¿Queréis que se lleven al chino al calabozo por vuestra culpa? Ni hablar. Hoy, ayuno y abstinencia, que es algo tan antiguo como la jornada de reflexión. ¡Y punto en boca!

¿No dicen que la letra con sangre entra?
Ya verás cómo no se les ocurre reflexionar tan profundamente para las generales del año que viene.

Y, total, para no votar el domingo, ¿qué te apuestas?
Porque, como nos dé la flojera, ni nos movemos del sillón, que me conozco ya el percal… No será ni la primera ni la última vez…

Pero, oye, todo por no tener que oír a la dichosa Junta Electoral Familiar.
Que más que jornada electoral, lo del domingo parece el fin del mundo.

13 comentarios:

Los tacones.. dijo...

Me encanta tu blog....No paro de reir (o llorar) con lo que escribes.......Ahí nos cuentas cuánto duro el ayuno. Bss.

pseudosocióloga dijo...

Esto¿es ficción, no?

Janton dijo...

Que consigas hacerme reir a las tres y media de la madrugada de una jodida noche de trabajo es motivo más que suficiente para que me haga adicto a tu blog...

Odalis dijo...

jajajajaja, nena, lo llevas chungo eh...si te entra la "flojera del corazon de la madre" tu cocinas hoy y hasta le limpias el culete al nene... jopin maja, q morrazo y q listos ... la q te ha caido!
yo ire a votar si se tercia... a quien ostras le votas en Madrid? estoy por pasarme por la Puerta del Sol a ver si saco algo en claro...

Cheli dijo...

Me sacaste una carcajada hasta con lagrimas!!!
Besos.

:( dijo...

Ayuno y abstinencia... nada como la sabiduría materna...

Drywater dijo...

Pero cómo se te ocurre utilizar el modo irónico, si los hombres en general y todos los menores de 7 años NO lo pillamos.
Suerte con la selva

Anónimo dijo...

Tenía que ser mejor cuadro que el guernica, deberías hacer tu una huelga de mamá y a ver que les parece, tendran morro.

rocio dijo...

jajajaja Esther lo que no te pase a ti jajaja Tu familia es un show ;) Bsos

kira permanyer dijo...

Buenisima entrada!!!!!!!!!!!! jajajajaja y mejor tu respuesta ante tanto anarquista!!!!! aunque no se yo, me da que ese comportamiento tan común en todas las casas, se produce más de una vez al año.... un abrazo!

Isa dijo...

jajajajaja

A algunos conozco yo que no necesitan la jornada de reflexión como excusa pa no hacer ni el huevo...

:-) buenísimo Forges también... como siempre!

Fer dijo...

Vaya morrazo que tienen... pobre Esthertxu, conspirando a tus espaldas... Bueno, todavía queda casi un año, para la próxima jornada de reflexión. Aprovecha ahora para vengarte como prefieras... ;)

Kobal dijo...

Esta visto que te la sabes todas, ¿Al final ayuno y abstinencia?

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