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jueves, 25 de marzo de 2010

¿Por qué lo llaman "raro" cuando quieren decir "friki"?

Ya sé que la palabra friki está bastardeada. Que, en su origen, se inventó para encuadrar y definir a todos aquellos fanáticos de un tema muy específico, ya fueran los cómics, los videojuegos o la ciencia ficción. Lo sé. Pero es que hay veces, de verdad os lo digo, que no encuentro otra palabra que echarme a la boca.

Porque, a ver, ¿cómo llamarías tú a un tío que, vestido de Chewbacca, se presenta a las puertas del colegio a recoger a su niña?. Pues friki, ¿verdad? A que no dirías… “¡pues vaya un tío raro, que se ha presentado sin el bocata de chorizo ni nada!”. ¿Verdad que no? Eso no es raro, eso es tener una pedrada en condiciones, que decía mi madre. O sea, un friki. En el sentido más peyorativo de la palabra, como diría Rosa-bocachancla-Díez.

¿Qué son, por ejemplo, Carmen de Mairena, Leonardo Dantés o Yola Berrocal? Tú me dirás… ¿retrasados? Pues no. Lo que son es un hatajo de frikis de tres palmos de narices. Nada de “gente rarilla, con problemas, que a saber por lo que habrán pasado los pobres, o si sus madres los abandonaron nada más hacer la primera Comunión”… Ese tipo de comentarios sólo los hacen las señoras esas que se montan la tertulia en un corrillo de sillas a las puertas de su casa en plena carretera nacional. Que, por cierto, vaya panda de frikis son también éstas, todo sea dicho de paso… pudiendo reunirte en el club social del centro cívico de tu pueblo, leches, te tienes que ir a sentar “en batería” en pleno arcén de la N-4. Luego dirán que ocurren desgracias…

A lo que íbamos. Estamos hablando de una especie distinta, que vive en un universo paralelo al nuestro, con una idiosincrasia propia e intransferible: el friki. Ese extraño objeto de deseo. Porque mira que llama nuestra atención, ¿eh? Que yo le estoy dedicando un post entero…

Bien. Llegados a este punto, me encuentro con lo siguiente: esta mañana, mi ordenador ha dicho “basta”. Se ha puesto a brillar, cubriendo todo el espectro de colores del arcoiris para, finalmente, hacer un ruidillo parecido a pfiiiufff y terminar con un fundido-en-negro. Casi me dan los siete males. Menos mal que mi compañero de cubículo estaba enfermo y he podido utilizar su máquina mientras los del departamento de informática se enfrentaban a duelo con la mía.

Estaba yo intentando instalar el Explorer, porque el “raro” de mi compi (hasta hoy, era “raro” a secas) no lo tenía instalado, (cómo navegará, me preguntaba yo toda ignorante) cuando, de pronto, me salta el Google Earth a los ojos. Casi se me mete la costa escarpada de Nueva Zelanda en el lagrimal. He estado rápida y me he apartado a tiempo. Pa haberme hecho una brecha...

Debería haber cerrado el programa en ese momento y seguir a lo mío, pero la curiosidad (esa cabrona que mató al gato, aun no sé bien cómo) ha ganado la batalla y me he puesto a investigar en el mapamundi ese que sube y baja. Ya me parecía “raro” (otra vez esa palabra) que los países se vieran de lejos como amarillos. ¿Será que existe un Google Earth sólo para China? Ya me extraña... He metido el zoom a tope y me he encontrado con múltiples chinchetas de ese color esparcidas por toda la geografía terrestre. Uyyy, qué “rarooo”… ¿qué habrá considerado tan importante mi compi en el mapa como para hincharse a clavar tachuelas a destajo?

Aumento el zoom. Más. Más. Un poquito más…. dale sin miedo... ¿Qué veo ahí? Aparta, chincheta, que me tapas lo que parecen ser…. hmmm… pera a ver… dos tetas, un tanga y…. un balón de playa??? Un momentito, que no me centro…. Todas estas chinchetas… ¿señalan tías en bolas en todas las playas del mundo-mundial? ¿Puede ser posible? ¿Pues no estoy viendo a una corriendo tras su perro por la orilla con todo al viento? ¿Y esta otra, con un gesto bastante obsceno, encaramada a la tumbona, dándose crema hasta en la cuscusilla?

No me digas... ¿Se ha tirado el colega meses… qué coño meses, años enteros buscando tías en pelota-picada por las playas del globo entero en las posturas más inverosímiles??? ¿Se puede ser más friki?

Así que, desde ahora, al que me diga que Arturito es un poco “raro” le pienso contestar con la verdad-por-delante: no es “raro” y vale ya con la palabra tonta esa… es un friki-de-la-pradera en toda regla!!!!! ¿Que no????


5 comentarios:

♥ Ana ♥ dijo...

Yo no sé si friki o enfermo mental, porque todas estas cosas me dan mucho respeto. Alguien puede estar bien de la cabeza si se dedica a buscar tías en bolas en un mapa?
Besos

Esthertxu dijo...

¡Eso digo yo! ¿Os parece normal???
Pues tenía la pantalla a rebosar de chinchetas señalizadoras!!! Y en el día-a-día parece normalito, eh??? Hasta "paradito", diría yo!
Si ya lo decía mi madre... líbreme Dios de los mosquitas muertas!!!
Un abrazo!

Pilu dijo...

Miedo me da tu compañero!. Yo que me consideraba rara por mis deportes autoctonos y apego a lo japonés! A todo hay quien nos gane....

Anónimo dijo...

Creo que frikis hay a montones y de todas las categorias, tipos rarisiiimos andan pululando por esos mundos de Dios.¿ Sabes que pienso ?
que el mejor piropo que le puedes decir a una persona es que es NORMAL, empieza a ser un raro espécimen dífícil de localizar

Louisianee dijo...

Dios mío... Qué miedo.

¿Cómo te pasan esas cosas?

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