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miércoles, 31 de marzo de 2010

Pies, para qué os quiero



Os escribo con los pies en remojo.

Los he tenido que meter en un combinado de agua templada, aceite de romero y sales de baño, porque me estaban matando.

La temporada de bodas no ha hecho más que comenzar y yo ya tengo los quesos al roquefort. No falla. Es ponerme un tacón y gritar internamente para que no se me note, porque, si mi “santo” me oye quejarme, me empieza a llamar tonta por llevar plataformos. Algo parecido a lo de las hemorroides y aquello de sufrirlas en silencio. Calcadito.

Pero yo no concibo la vida sin ellos. Y más desde que tuve una rotura fibrilar en el gemelo izquierdo por llevar unas Converse, planitas ellas. Deberían prohibirlas, os lo aviso, porque el pie no está hecho para ir a ras de suelo, que me lo ha dicho el traumatólogo. Hay que meterle taconazo, que es como mejor funciona. Y, además, hace que tu culo se proyecte, tus piernas se estilicen y tu pecho se ensanche, con lo cual, tienes la partida ganada desde el principio, a lo tonto y sin darte cuenta. Que lo he leído, ¿eh? No me lo invento...

¿Sabéis la sensación esa de quitarte el zapato en el baño de la sala de fiestas y notar cómo laten los pies? ¡Me podría tomar las pulsaciones si acerco la mano a la almohadilla esa que sale en la planta, junto a los dedillos! Sí, sí. ¡Resulta que mis pies tienen corazón! ¿No es enternecedor? Con razón lloro tanto, ¡es que soy doblemente sentida!

Y luego, cálzate de nuevo. ¡Menudo dramón!. El pie que no quiere, el zapato que no puede, las plantas que te arden como si hubieras pasado cual fakir por encima de una cama de brasas ardientes. ¡Qué horror! Lo mejor es salir descalza y seguir de mambo a lo Carmen Amaya manejando su barca. Te mirarán raro, pero la gente se suele apiadar de ti e intenta no pisarte, que sería la repanocha si encima te hacen la apisonadora en pleno "Paquito el chocolatero".

Mi costumbre viene de antiguo y la culpa la tienen las amigas que me he echado. Son todas como torres y siempre llevan bailarinas. “Es que me encanta ir planita”, me insisten. Claro, planita, dicen ellas desde su 1,80 de estatura. ¡Yo, planita no sé andar! ¡Parezco zamba! Los pies se me cruzan, empiezo a hacer la cuña y los gemelos se me cargan horrores. Quita, quita. A mí dame mis 8 cms de tacón (como mínimo) y me haces feliz. Incluso embarazada, yo iba tan pichi con mis botas con plataforma. Ni las sentía. Así me ha salido la niña, que tiene un estilazo que no se puede aguantar!!!

Por tanto, no me queda otra:

___________________________________________________
VENDO CONVERSE SEMI-NUEVAS, CASI A ESTRENAR, 1 ÚNICA PUESTA.
NÚMERO 37. COLOR NEGRO.
INTERESADOS, APUNTARSE AQUÍ DEBAJO…
NEGOCIABLE : TRUEQUE POR UNOS JIMMY CHOO CON PLATAFORMA, DE NUEVA COLECCIÓN.
ADJUNTO FOTO.

3 comentarios:

♥ Ana ♥ dijo...

Yo en mi propia boda me quité los tacones y me planté las zapatillas de deporte, recién lavaditas para que estuvieran blancas y relucientes. Total con el vestido ni se veían.

Trasto dijo...

Si es que los tacones tan un estilazo increible! A mi me encanta llevarlos, y te sientes hasta mas segura y todo con ellos ¿o soy solo yo...? Asi que las converse no me interesan jeje.

Besos!

Esthertxu dijo...

No hay boda a la que vaya sin alpargatas, pero con un poquito de cuña, eh? Que si son planas, se me tuercen los tobillos... jejeje
Un besote a las dos!!!

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