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sábado, 10 de abril de 2010

Padres cabrones

El título lo dice todo.

Hay padres que no merecen otro calificativo.

Pero, como a veces las palabras no bastan, basaré mi afirmación en una serie de ejemplos gráficos, que siempre se fijan mejor en el subconsciente:





Ojito a la cara de la chiquilla, que no entiende nada. ¿A qué mente retorcida se le ocurre llevar a la chavalería a una despedida de soltera-guarra? Espérate a que empiece la mujer a trabajarse el siguiente ”miembro”, el oscurito que aparece al lado, y ya verás, ya… La tipa, toda sudorosa, dándolo todo, sin disimulo ninguno… fijo que en su casa no se esfuerza tanto. Se van a poner los niños a sacar fotos con el móvil para enseñársela a los compañeritos en el colegio y te van a hacer cantares, ¡pervertida!.


¡Qué fuerte! ¡No se ha salvado ni el pollo! Con las marcas que deja en la pared la cinta aislante… ¡el crío va a acabar desollado al arrancársela de la piel!. ¿Cómo se puede uno llamar a sí mismo “padre” cuando lo que eres es un delincuente de marca mayor?

De este tipo hay varios casos:


Y la madre descojonada en una esquina mientras ve a su bebé pasándolo como el culo y temiéndose lo peor… somos una raza cruel, como diría la madre de Bridget Jones.¡Pero si es que el niño planea mejor que una avioneta! ¡Lo tiran a 3 metros de altura sin paracaídas ni nada! ¡Parece un frisbee humano!

Y no te digo nada cuando llega carnaval y las maldades paternas afloran cual champiñones al sol que más calienta… es entonces cuando se ve lo peor de cada uno.
Porque hay que ser malvado y perverso para vestir así a un menor:


Y la niña contando en la escuela que se iba a vestir de Ariel, la sirenita… será más bien la porno-sirenita, porque tú dirás, ¡semejantes melones no los calza ni la mismísima Pamela Anderson! Y el chaval menos mal que todavía no tiene conciencia, porque le han dicho que va de Espinete y en realidad va de punky-gay.

Luego tenemos el apartado “ven chaval, que te voy a pegar tal susto que de esta te ahorras el estirón”. Ejemplos variados:




Tela-telita con el álbum familiar de este tipo de familias. Debe ser una especie de “pasaje del terror infantil”.

¿Vuestros padres, en qué modelo encajan? ¿En el perverso? ¿En el cruel? ¿En el terrorífico? ¿O, más bien, en el de “comodones”?

viernes, 9 de abril de 2010

¡Viva la incultura!

Jueves. 9:15 de la mañana. No llego, no llego.
Salgo corriendo de mi casa, con el pelo húmedo y el abrigo a medio-poner. Llamo al ascensor y, mientras lo espero, algo en la pared llama mi atención:



¡Anda! No tenía ni idea que los del segundo se apellidaran “Villa”.
Y ¿qué habrá pasado? ¿Les han secuestrado al niño? ¿Al perro? ¿Al abuelo???
¿Quién coño se llama Bon, que no sea el mismísimo 007, claro?
No me lo creo… ¿han puesto eso en la pared sin pasarle el auto corrector siquiera? ¿Se puede ser más cenutrio? Que yo entiendo que, si vas con prisas, (como voy yo habitualmente) se te puede pasar. Pero ese letrero está repasado a boli 2 veces, que se nota un huevo, por favor, ¡si hasta se han parado a hacerle “moñas” a la F mayúscula!.

Cojo la moto (hipando todavía de la risa), tiro hacia la oficina, me paro en un STOP y…. ¿qué ven mis ojos? Espera, espera, que esto lo tengo que fotografiar yo, porque si lo cuento sin pruebas que me avalen, no me cree nadie:



¡Manda huevos que hayan mandado al disléxico a rotular las calles! Me da que los jerifaltes del Ayuntamiento son una panda de cachondos que, cuando se levantan con el día salao, no tienen parangón a la hora de mandar hacer cosas a los más indicados. ¿Que hay que pintar un STOP gigante a la salida del pueblo? Arreglado, mandamos a Paco-el-chapuzas, que verás qué bonito lo deja y las risas que nos echamos cuando le despidamos por analfabeto. Si os fijáis bien, el pobre Paco lo había pintado bien al principio, pero por algún motivo, una vez seca la pintura, dudó de su cociente intelectual y optó por taparlo con brea y reescribirlo un poquito más abajo, para que quedara claro y limpio. Menuda cagada.

Me aguanto las risotadas como puedo y sigo, que llego tarde al curro.
Casi he llegado, pero tengo que sacar el móvil de nuevo, porque esto que veo no tiene desperdicio:



¡Qué jartá de reír me estoy pegando! Y yo que salía de casa sin ninguna expectativa…

jueves, 8 de abril de 2010

¡Qué bonita es la feria!


Se acercan peligrosamente los días de calorcito, de feria, de barracas a trillón y de música bakalata. Ya se huele en el ambiente. Me llegan hasta la ventana el aroma a churros recalentados y los gritos de los feriantes montando los cacharritos.

Mi hija se pone como loca pensando en todas las atracciones a las que va a subir, mientras su hermano, mucho más cauto, la mira escéptico y niega con la cabeza. Yo le pregunto:

-¿Qué pasa, hijo, no te quieres montar este año en las barracas?
- Mmmmm no, mami, este año, no- me dice convencido.
- ¿Y eso?
- No me quiero caer- dice él sin apartar la vista de sus Gormitis.
- Pero, hijo, ¿por qué te vas a caer?- yo insistiendo, como si regalaran los viajes.
- Porque están muy altas y las sujetan con palos- dice sin inmutarse.

Pues lleva razón el chaval. No conozco feria en la que los autos-de-choque no estén sujetos por ladrillos, bidones de cerveza y palitroques varios, pero nunca sucede nada, ¿no?. He llegado a pensar que muchos edificios podrían calzarlos así, porque parece que no hay Dios que lo tire y abarata los costes una barbaridad.

El caso es que este año tenemos nuevos feriantes. Anoche, llegaron familias y familias de rumanos al barrio. Era como una riada humana que, martillo en ristre, montaba y desmontaba hierros y tornillos. En una sola noche, han montado el tenderete frente a nuestro portal. Como el niño me dejó preocupada, me he acercado esta mañana a ver qué pinta tenían las diversas atracciones. Me he encontrado con esto:



Cágate lorito, que eso es una montaña rusa. No tiene ruedas, no tiene barreras, no tiene nada. Se han mangado dos bancos del parque infantil que hay un par de manzanas más allá y los han enganchado con cuerdas (que no hacen heridas ni nada con la fricción, cagüentó) a una especie de puerta que hace las veces de suelo y que a su vez va soldada a una barrera de obra que han chorizado a la constructora de la esquina. El precio por montar 1 vez en este prodigio de la Ingeniería más vanguardista es de 5 euros. Si compras el bono de 10 viajes, te sale a 49,50 euros. ¿Qué tipo de broma es esta? Espera, espera, que pegadito a la montaña rusa, estaba el carrusel infantil. Ojito al parche con los cables camuflados para evitar las descargas:



Pobres críos…. Se les van a quedar las piernas en carne viva. Estas pseudo-motos, al menos, llevan el sillín acolchado, pero si las vierais de cerca, os sorprendería la cantidad de golpes que les han metido en pleno eje para conseguir la curvatura del carrusel de marras. El precio, el mismito que la montaña rusa, con su bono-ganga y todo.

Pero esperad, que falta la atracción principal. Podríamos llamarla “los cestos voladores”:



Joder, pero si no se han molestado ni en bajarlos del camión. Pues no van a potar los críos en esa cosa … No tienen ni asientos, ni protectores de dientes, ni nada que te haga suponer que los niños no van a salir volando al primer golpe de dinamo del camión. No quiero ni imaginarme los traumatismos que va a haber en estas fiestas que se aproximan.

He vuelto a casa horrorizada y les he dicho a los niños que este año no hay barracas. Que las notas no han sido todo lo buenas que deberían ser y que mejor lo dejamos para otra vez. La niña ha montado en cólera y se ha ido a su cuarto a llorar a gusto. El otro, en cambio, ha venido, me ha dado un beso y me ha dicho:

- Gracias, mami. Llevaba sin dormir 2 noches pensando que me tenía que subir a la montaña rusa.

Pobrecito mío. Si es que, a veces, les metemos en cada embolao

miércoles, 7 de abril de 2010

Miguel Bosé y el Ayurveda


Leo, hechizada, que Miguel Bosé ha perdido más de 20 kilos en menos de 5 meses mediante la dieta Ayurvédica, que ahora se siente como un chaval y que tiene las bioenergías como en la vida. Me parece fetén.

El hombre se ha pasado meses sin probar (dicen) ni la carne, ni el pescado ni los huevos. Sólo empacaba frutas, verduras y legumbres. Como un plantígrado cualquiera. Esto, unido a unas extrañas pócimas a base de hierbas de no-sé-dónde, le ha permitido desprenderse de 22 kilos de anatomía que, para mi gusto, le hacían bastante más humano que ahora. Porque, a ver, ¿es normal que un señor de 54 años parezca, en 5 meses escasos, un chaval de 35? No, ¿verdad? ¿Y me tengo que creer que, a base de jengibre a mordiscos, tisanas de perejil y rezos a los astros, se baja un kilo por semana (sin parar y constantemente) durante los 5 meses que se ha tirado a dieta? Ya, ¿y las arrugas, cómo se adelgazan? ¿Y la barba, a partir de cuántos kilos comienza a ponerse oscura en lugar de canosa? Mmmm…. Tengo mis serias dudas sobre la dieta Ayurvédica milenaria de las narices…

A ver, a ver, que yo no digo que no haya adelgazado, que eso es evidente para cualquiera que tenga un par de ojos con los que mirarle. Y que se habrá hinchado a manzanas y kiwis tampoco lo dudo. Pero que me quiera hacer comulgar a mí, doctorada en dietas hipocalóricas, con ruedas de molino, eso sí que no se lo consiento. Que una tiene ya unos años y de tonta, ni un pelo. Tú te has combinado una dieta bestial con masajes a 4 manos, lipoesculturas estratégicas, botox hasta en los sobacos y tintes capilares a mansalva. Que a mí no me la das. Que no te veo yo los colgajos por ninguna parte y 22 kilos dan para varios bolsos-bandolera. Que lo sé yo.

A mí que no me vengan con que el yoga te adelgaza y la meditación te tonifica. Eso es un camelo. Tanto como que la tila de baba de caracol indio te rejuvenece o las bayas del Tíbet maceradas te rellenan los surcos nasogenianos. Pamplinas. Otro sacacuartos.

Lo que quieren es que todas las señoras pierdan la prótesis de rodilla por salir corriendo a comprar gummybayas para parecer 2 meses más jóvenes. Que esto pasa muy a menudo cada vez que un iluminado te cuenta lo efectivo que es su método.

Señoras, que está todo inventado. Que la comida ligera y el ejercicio constante son muy baratos aunque no tengan el glamour del “entrenador personal” o de los menús “a base de hierbas, servidos directamente en su domicilio”. No se dejen engañar ni se vayan en peregrinación a la India en busca del Sensei que les arregle la vida y el cuerpo. Que tenemos la operación bikini a la vuelta de la esquina y se me están perdiendo en chuminadas… Centrémonos en lo que sabemos y podemos hacer y dejemos a los cantamañanas con sus historias, a ver lo que le dura al Bosé su nueva tripa extraplana o sus muslos fibrosos. Veremos…


martes, 6 de abril de 2010

Norte y Sur


Esta es mi recomendación del mes. Se trata de una mini-serie de la BBC, basada en un libro de Elizabeth Gaskell, que yo me he tragado enterita en Youtube.

Lo sé. Soy una cutre. Mira que verla en Youtube en trocitos de 10 en 10 minutos… pero es que soy carne de cañón en lo que se refiere a las mini-series de la BBC. Me las veo todas, desde que caí bajo el influjo de Orgullo y Prejuicio (la de Colin Firth, no confundir con la de Keira Knightley) y no todas merecen la pena, así que cuando una me gusta lo suficiente como para pasar la prueba de Youtube, me la compro instantáneamente. Es el caso.

Al leer el título, podríais pensar que hablo de aquella otra serie sobre la Guerra de Secesión americana que protagonizó el difunto Patrick Swayze allá por los ochenta. No, no y no. Nada que ver. Esta es una serie inglesa, del año 2004, que se compone de 4 capítulos. Pero vamos, que si te engancha como a mí, te la ves en una tarde-noche (unas 5 horas te harán falta).

No quiero destriparos mucho el argumento. Sólo diré que transcurre en plena revolución industrial, en la Inglaterra más triste y oscura. A la ciudad de Milton llegan Margaret y su familia huyendo del sur y en busca de una nueva vida. Allí conocerá al señor Thornton, dueño de una fábrica textil, con quien chocará nada más encontrarse. Ella siente un rechazo absoluto por la forma de ser y de actuar del protagonista y él …hmmm…. bueno, él es así:





Supongo que lo verdaderamente razonable sería leerse la novela antes de ver la serie. De hecho, es lo que siempre recomiendo y me aplico. Sin embargo, en este caso, he de reconocer que yo no la he leído. No puedo decir si es mejor o peor que su adaptación, pero puedo asegurar sin ninguna duda que la serie es espectacular. Es genial, dura, conmovedora, tierna cuando debe serlo y exquisita en el cuidado de la ambientación. Lógico: es la BBC. Saben lo que se hacen.

Así que, si tenéis un ratito y no sabéis qué hacer con él, si confiáis en mi palabra y, sobre todo, si alguna vez os habéis emocionado con una novela de época bien hecha, tenéis que verla. Hacedlo. Creo que no os defraudará.

Y, luego, venís y me lo contáis, por favor, que eso me encanta…

lunes, 5 de abril de 2010

Ni se te ocurra :



  1. Acudir al Ayuntamiento, para cualquier trámite, sin 3 fotocopias compulsadas de tu Dni, de tu partida de nacimiento, de tu cartilla de vacunación, de tus notas de la EGB o de tus capitulaciones matrimoniales. Da igual que las hayas entregado media docena de veces ese mes. No guardan nada. O lo guardan todo, pero les encanta desesperarte. Es indiferente. Tú llévalas y no preguntes.

  2. Lo mismo si donde acudes es al Inem, al edificio de Hacienda o a la reunión de vecinos de tu comunidad de propietarios. Vete cargadito de papeles, porque si no, te toman por un mindundi cualquiera.

  3. Prescindir de las alpargatas cuando vayas a una boda. Mételas en el coche y las sacas cuando tus pies griten tanto que no te dejan oír los berridos de Lady Gaga desde los bafles. Me lo agradecerás.

  4. Cuestionar los métodos de enseñanza de la profesora de tus niños. Los profesores de Primaria se creen el último botellín de agua del desierto en la cadena educativa de nuestros chavales, así que, si no quieres colgarle el cartelito de “panoli oficial de la clase” al crío, cállate la boca, asiente en las reuniones escolares y ofrécete con soltura para organizar los talleres de escritura creativa del colegio.

  5. Tragarte el programa ese de “El club del chiste”. Lo hice una vez y me encontré con una panda de sosos contando chistes viejos de Jaimito. Para eso, prefiero otra reposición de “Verano Azul”. Al menos, sé que con el Piraña me echaré unas risas.

  6. Intentar imitar los pasos de baile de Shakira cuando quedes con las amigas en el bar. O, ya puestos, los de Beyoncé. Tengo a una amiga haciendo reposo absoluto por este tema. Encima de la situación embarazosa que nos hizo pasar a todas dada su arritmia patológica, ahora tenemos que turnarnos para hacerle la compra todas las semanas.

  7. Colgar tus fotos de “bodas-del-año” en el Facebook, si pretendes repetir el modelo en eventos sucesivos. Especialmente, si tus amistades del Face están también invitados a dichos eventos. Te expones a pasar por “pobretona” y no podrás arreglarlo ni modificando los complementos.

  8. Creer a los que insisten en que se vuelven a llevar los tupés cargaditos de laca. Estoy viendo ahora mismo desde mi ventana a una señora en la calle peleándose con una familia de palomas que han decidido anidar en su cardado. Se han acercado otras dos a ayudarla, pero han salido corriendo cubiertas de caca de palomo. Pobrecita. Cómo grita. Qué daño han hecho a este país las lacas extrafuertes…



domingo, 4 de abril de 2010

¡Al rico tattoo!

Mirad lo que me he encontrado esta mañana en la piscina:



Creo que esta no era la idea que tenía la señora cuando, de jovencilla, se tatuó unas letras chinas monísimas que había visto en una revista de moda.
Nadie le avisó que, al llegar a la edad adulta, se convertirían en letras de alguna lengua muerta que tendría que buscar entre los pliegues de su piel.

Cada vez que voy a la playa en verano y me cruzo con una jovenzuela con su chihuahua, por ejemplo, tatuado en la clavícula, mi mente genera la foto-del-futuro y siempre me imagino que el perrillo (pobre) se convertirá en una especie de morsa a la altura de las caderas. Esperpéntico. Ponte a buscar el chihuahua 50 años después. A ver si lo encuentras.

Atrás quedaron los famosos “Amor de madre” o “Mari te quiero” sobre el corazón.

Ahora lo que se lleva es tatuarse los nombres de tus niños en camboyano en el omoplato izquierdo. Al más puro estilo Angelina Jolie. O el nombre de tu “santo” en el interior de la muñeca. Para luego tener que versionarlo si cambias de pareja, tapándolo con otras letras o con un asterisco, pongamos, si te pilla en tu época “festivalera”. En breve empezarán a venderse los láser-quita-nombres caseros, ya lo verás. Porque no hay cuerpo que aguante 7 tatuajes, uno sobre otro, si no es borrando primero. Que te queda un manchurrón que no hay Dios que lo entienda…

¿Y esos signos tribales (así creo que los llaman) en la zona lumbar? Yo pensaba que eran las calcamonías que te regalan en las bolsas de los ganchitos y pelotazos, pero qué va, ¡son tatuajes perennes! ¡Y he visto a chavalillas de no más de 15 años con ellos sobre las tiras del tanga! ¿Esto cómo funcionará? ¿La niña te aprueba las 10 asignaturas del bachiller y le regalas el tattoo? ¿Y ya, cuando te aprueban la selectividad, vienen las tetas postizas? Vaya un mundo de locos…

A la niña de la vecina de mi prima Maruja le iban a regalar una orca en el tobillo por su Primera Comunión. Era la ilusión de la chiquilla. Pero como en el pueblo no tenían tatuadores de fiar, se vinieron a la capital a buscar uno que le hiciera una Willy en condiciones.

Resulta que el hombre no sabía hacer orcas y la niña ha acabado con un Bob Esponja amarillo-limón a la altura del empeine. El día de la Comunión, el cura ni la dejó entrar a la Iglesia, porque decía que el Bob Esponja ese asomaba por encima de las bailarinas de la cría y que eso no era de recibo. Un disgusto que pa qué. La niña a todo llorar, diciendo a su madre que a ver para qué se había tragado 3 años de catequesis, la madre corriendo a comprar unos calcetines a juego con el velo… ¡Qué lástima, de verdad, qué lástima!

sábado, 3 de abril de 2010

VPO = Vivo en un Pasillo Ordenado

Mi pobre Paqui... Está pasando las de Caín, porque su suegra le ha regalado por su cumpleaños un reloj de cuco tamaño “falla de Valencia” y no sabe dónde ponerlo.

Resulta que a Paqui le tocó un piso de VPO en un sorteo del Ayuntamiento. El pisito mide unos 19 metros cuadrados útiles. Sólo tiene una habitación, con su mini-aseo separado por una cortinilla de plástico. La cocina, el salón, la entrada y el pasillo son un único espacio que se confunde con el armario. Guarda la ropa de temporada en la despensa y la de fuera de temporada en el capó del coche, porque el supuesto armario (dejémoslo en “supuesto”) está ocupado por una lavadora-secadora, un horno y un microondas colocados en columna, apilados de mayor a menor. La nevera la tiene puesta de cabecero de cama y lo que cuelga de la pared, que parece un cuadro modernista, es en realidad la tostadora cromada que le regalamos las amigas en Navidad. Queda bien mona. Qué buen gusto tuvimos al elegirla. Si se la ven los de ARCO, se la compran por un porrón, porque no veas cómo luce colgadita de su alcayata a juego.

Ayer fue su cumpleaños y la suegra llamó para felicitarle y le preguntó a qué hora iba a estar en casa porque le iba a llegar un pedido que le había enviado de regalo. Paqui se echó a temblar. Cuando vio aparecer al repartidor con un cajón tamaño ataúd casi se hace la tonta diciendo que ella no era Paqui, que se habían confundido de dirección. Así que, cuando hemos ido hoy a tirarle de las orejas, hemos tenido que entrar en grupos de dos y dejar los bolsos, abrigos y zapatos en el rellano. Menos mal que se quedaban las demás esperando fuera y vigilaban las pertenencias de las que entraban, porque vive en una comunidad peliaguda, donde la gente no respeta lo ajeno, aunque desconozco dónde meten lo que roban. En fin.

Le hemos ayudado a desempaquetar el regalo. ¡Qué horror! Es un reloj viejo de madera con un cuco afónico que sale cuando le da la gana. Pa mí que la señora quería deshacerse de él y no sabía cómo, hasta que le dijeron que Paqui vivía en la casita de Pin y Pon y decidió que era el mejor momento para hacerle la vida imposible. Dice mi amiga que el cuco la despierta por las noches y no pía, qué va, hace un ruido tipo estertor, como si acabara de fumarse un paquete de Ducados sin filtro, luego se revuelve en su nido y se pone a roncar. Lo que faltaba. Le han regalado un pájaro yonki de madera que tiene un chaletazo más grande que el cuchitril de su dueña.

Con lo que es Paqui con las mascotas, que tuvo que regalar el perro a su novio porque el bicho se quejaba de falta de espacio, ahora resulta que tiene un cuco insomne que se le pone a hablar por las noches con una voz a-lo-Sabina de preocupar… Lo que no le pase a ella…


viernes, 2 de abril de 2010

Las series y sus consecuencias

Esta mañana, mientras mi hermana y yo desayunábamos juntas comentando las mejores jugadas de la semana, alguien ha dejado un periódico en la esquinita de la mesa en la que nos encontrábamos.

Al principio, no le hemos hecho ni caso, pero en el ratito que me he escapado al baño, mi hermana lo ha cogido y se ha puesto a pasar páginas. Al salir, me la he encontrado ojiplática y hablando sola. Me dice nada más sentarme:

- Han encontrado a un abuelillo ahogado en el lago del parque San Bartolomé.
- ¿Lago? ¿Tenemos un lago en el parque? ¡Primera noticia!- me asombro yo.
- Sí, bueno, más que un lago, es una charca, porque aquí dice que mide 60 cms en su parte más profunda…
- Un momentito… ¿se ha ahogado el buen señor en 60 cms de agua?
- Sí, eso parece.
- Hija, pero si con que se hubiera sentado, prueba superada, ¿no?
- Eso he pensado yo, pero he seguido leyendo y veo que el abuelillo tenía las piernas atadas con los cordones de los zapatos.
- ¡No jodas! ¿Tan largos tenía los cordones?
- Síp… lo malo es que sigo leyendo y veo que es el tercer caso en los últimos 5 años.
- ¿Qué se han ahogado ya 3 señores en 60 cms de agua por culpa de unas deportivas mal atadas?
- Nooo, que se han ahogado 3 señores en el lago, sin más…
- ¡Pues a ver si ponen una barandilla, que ya les vale a los del Ayuntamiento!- digo yo toda reivindicativa.
- Lo que me hace pensar… hmmm… ¿será un suicidio? ¿Un asesinato? ¿Un accidente? Porque si alguien se quiere suicidar, no se tira en una charca, ¿no crees?
- A ver, a ver, no te pongas a hacer el CSI, que te conozco. Ya lo publicarán cuando le hagan la autopsia, no te adelantes.
- … y si le querían asesinar atándole los cordones para inmovilizarle, supongo que le habrán dado un golpe para aturdirlo, o algo así, pero aquí no dice nada de eso…- sigue ella a lo suyo, como si yo no estuviera.
- Que ya lo dirán cuando…
- … y si ha sido un accidente, hmmmm…. pues tampoco me cuadra, porque si te caes a una charca tan poco profunda, te levantas y sólo te llevas el remojón, porque si te das un golpe, se vería claramente y, como te digo, aquí no dice nada de un golpe…- ella erre que erre…
- Que te calles ya, leñe, que no vas a saber tú más que la Policí….
- … ¿y no dicen nada de que esto puede ser obra de un asesino-en-serie? Porque eso me cuadraría del todo, aunque se ha esperado 5 años para ir matando abuelitos y a este ritmo le van a dar las uvas, que está la ciudad llena, aunque la mayoría llevan ya zapatillas con velcro, así que le va a costar más inmovilizarlos…
- ¡Serás plasta! ¡Pues ya me has dado el día! ¡Anda, vámonos, que se me está revolviendo el café con churros por tu culpa!
- … pero si me pongo en la piel del asesino-en-serie, lo mejor es espaciar las muertes, para que te pillen más tarde y…
- ¡Dios, ahora hemos pasado de CSI a “Mentes criminales”, esto es una locura! ¡Que lo dejes, te digo!
- … me lo estoy imaginando y veo que el abuelillo debía ir un poco bebido, porque si no, le habría dado con el bastón al asesino-en-serie en cuanto se le acercara más de la cuenta…
- ¿Ahora te has convertido en “El Mentalista”??? Esto es el acabose!!!
- Coge el bolso, que nos vamos- me dice ella con la mirada perdida.
- Sí, vámonos a la oficina, que me tienes frita con tus…
- … Nonono, vamos al parque San Bartolomé, que quiero revisar la escena del crimen.
- ¿Crimen??? ¿Qué crimen??? ¡Si sólo se ha caído un abuelo despistado y se ha dado tal golpe que el pobre no ha podido ni levantar la cabeza para respirar!!!
- Eso es lo que quieren que creamos, pero voy a revisar bien la zona, porque aquí hay datos que no cuadran. Yo peino la zona Oeste y tú la Este. Ten, una bolsa de plástico para no dejar huellas. Te la pones en la mano, como si fuera un guante y cualquier cosa sospechosa que veas, te la echas al bolso. Y, con este bastoncillo de las orejas que tengo para cuando las niñas me dicen que no me oyen, frotas bien en el fondo del lago y haces lo mismo, pal bolso.
- ¿Te has vuelto loca??? ¿Qué pretendes, que me meta en la charca apestosa esa???
- Es necesario. Los abuelillos nos lo agradecerán cuando demos con el asesino-en-serie - me dice toda convencida.
- Mira, guapa, no meto yo mis botas de ante en ese agua verde ni aunque me pagues por ello.
- Mmmmm…. Creo que me voy a pasar por la oficina a por un rollo de cinta americana y así silueteamos la figura del cadáver en el fondo del lago y nos hacemos mejor a la idea…

Paso. Ya ni le echo cuentas. No pienso ir. Que haga de Jessica Fletcher ella solita. Es que ni me escucha. Está metida en una vorágine detectivesca sin sentido y no pienso pagarle la fianza cuando se la lleven los Municipales por saltarse el cordón policial y ponerse a recoger pruebas como si fuera un barrendero del Ayuntamiento. Ni hablar. Tengo que hablar con su marido muy seriamente: se acabó eso de tragarse todas las series de policías y ladrones que echan en la tele. Es que se pone a pasar canales y se ha llegado a ver 8 capítulos en la misma noche. Esto va a acabar con la familia, mira lo que te digo. ¡Si se está gastando la nómina en aparatitos de la Tienda del Espía! Es agotadora…


jueves, 1 de abril de 2010

Cualquier tiempo pasado fue... anterior...

Sin más. No vayamos a decir que fue mejor, porque sería exponerse a mentir.
Y, si no me creéis, preguntadle a la buena de Demi Moore.

Esta era la Demi de los ochenta que todos hemos borrado de nuestras memorias. Con sus gafitas, su papada, sus dientes nicotinados y sus cejotas alborotadas:



Y esta es la Demi versión 2.0 y subiendo... a mí que me lo expliquen como pa tontos...



¿Qué? ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo?
Esto debe ser lo que el Gobierno llama "memoria histórica".

Pobre Demi. Supongo que habrá quemado todas las fotos de la época, porque como se las pillen sus hijas, se las publican en twitter y acaban con su reputación. Yo lo haría.
Menudo cabreo si mi madre aparenta 15 años menos que yo. Eso es imperdonable. ¡Pero si se ha gastado la herencia de sus hijas en implantes, ácido hialurónico y dientes con cobertura de lejía! ¿Cómo no la van a mirar mal, las pobres hijas? Y, para rematar, va y se echa un marido acorde con su nueva fisionomía: cachas, buenorro y joven. Hija, Demi, si ya sabes lo mal que se pasa en la adolescencia, no les des motivos de más para cogerte tirria, por Dios, que parece que te has propuesto que te odien a conciencia.

Casos como el de Demetria los hay a patadas. Unos más desafortunados que otros. Como el de Esther Cañadas, que me da yuyu tanto antes como ahora:



O el de la parienta de Pierce Brosnan, que otea desde el mar, cual cachalote en celo, a todas las lagartas-bicho-palo que le quieren usurpar el puesto:



¡Qué maja es esta chica!, ¿verdad? Así, sin complejos de ningún tipo, comiendo a dos manos y con un marido-cañón que le endulza el postre. ¡Qué alegría! Fue casarse y, venga, dadme los platos de tres en tres, que ya tengo todo el pescado vendido. ¡Qué gozada de pareja! Él, todo apolíneo. Ella, tragando mojicones sin masticar para poder pasarlos más rápido. ¡Qué bonito es el amor! Alguna ya dirá: “pues al Brosnan le han dado gato por liebre”. No, mona, no. Di más bien que le han dado ballenato por boquerón. Y él, tan contento. Pero si da gloria verlos… No seáis envidiosas, que se os nota…

Hay casos espectaculares. Como el de la mutante Lisa Rinna (sólo la conocerán los forofos de Melrose Place, como la menda-lerenda). Sé que es ella por el remolino del pelo, que es de las pocas cosas que te acompañan hasta el final de tus días. Por lo demás, podría ser cualquiera. Incluso la Veneno después de un régimen cetogénico bestial.



Pero el premio al “peor pasado que el tuyo no se lo he visto yo ni a Joselito el pequeño ruiseñor” se lo lleva, sin lugar a dudas, Elsa Pataky.


Por 10.000 eurillos del ala (dicen las malas lenguas), se ha convertido en otra, directamente y sin pasar por la pubertad. Lo que antes era un cromo de Pokemon, ahora se ha convertido en un cutis extrafino con pómulos erguidos mediante poleas internas. ¿Que tienes cara de zambomba? Nada, nada, suelta la chequera, que te voy a rebanar las mejillas con láser de alejandrita y verás qué cambio. ¿Que tus dientes se apiñan sin control como una manada de polillas buscando la luz? Ven pacá, que te los separo yo a base de tornillos de platino por un módico precio. ¿Que te llaman nariz-de-patata en el colegio? No sufras más, chiquilla, que te pongo una nueva que me acaba de llegar y …

…No sigo, que me agoto…




miércoles, 31 de marzo de 2010

Pies, para qué os quiero



Os escribo con los pies en remojo.

Los he tenido que meter en un combinado de agua templada, aceite de romero y sales de baño, porque me estaban matando.

La temporada de bodas no ha hecho más que comenzar y yo ya tengo los quesos al roquefort. No falla. Es ponerme un tacón y gritar internamente para que no se me note, porque, si mi “santo” me oye quejarme, me empieza a llamar tonta por llevar plataformos. Algo parecido a lo de las hemorroides y aquello de sufrirlas en silencio. Calcadito.

Pero yo no concibo la vida sin ellos. Y más desde que tuve una rotura fibrilar en el gemelo izquierdo por llevar unas Converse, planitas ellas. Deberían prohibirlas, os lo aviso, porque el pie no está hecho para ir a ras de suelo, que me lo ha dicho el traumatólogo. Hay que meterle taconazo, que es como mejor funciona. Y, además, hace que tu culo se proyecte, tus piernas se estilicen y tu pecho se ensanche, con lo cual, tienes la partida ganada desde el principio, a lo tonto y sin darte cuenta. Que lo he leído, ¿eh? No me lo invento...

¿Sabéis la sensación esa de quitarte el zapato en el baño de la sala de fiestas y notar cómo laten los pies? ¡Me podría tomar las pulsaciones si acerco la mano a la almohadilla esa que sale en la planta, junto a los dedillos! Sí, sí. ¡Resulta que mis pies tienen corazón! ¿No es enternecedor? Con razón lloro tanto, ¡es que soy doblemente sentida!

Y luego, cálzate de nuevo. ¡Menudo dramón!. El pie que no quiere, el zapato que no puede, las plantas que te arden como si hubieras pasado cual fakir por encima de una cama de brasas ardientes. ¡Qué horror! Lo mejor es salir descalza y seguir de mambo a lo Carmen Amaya manejando su barca. Te mirarán raro, pero la gente se suele apiadar de ti e intenta no pisarte, que sería la repanocha si encima te hacen la apisonadora en pleno "Paquito el chocolatero".

Mi costumbre viene de antiguo y la culpa la tienen las amigas que me he echado. Son todas como torres y siempre llevan bailarinas. “Es que me encanta ir planita”, me insisten. Claro, planita, dicen ellas desde su 1,80 de estatura. ¡Yo, planita no sé andar! ¡Parezco zamba! Los pies se me cruzan, empiezo a hacer la cuña y los gemelos se me cargan horrores. Quita, quita. A mí dame mis 8 cms de tacón (como mínimo) y me haces feliz. Incluso embarazada, yo iba tan pichi con mis botas con plataforma. Ni las sentía. Así me ha salido la niña, que tiene un estilazo que no se puede aguantar!!!

Por tanto, no me queda otra:

___________________________________________________
VENDO CONVERSE SEMI-NUEVAS, CASI A ESTRENAR, 1 ÚNICA PUESTA.
NÚMERO 37. COLOR NEGRO.
INTERESADOS, APUNTARSE AQUÍ DEBAJO…
NEGOCIABLE : TRUEQUE POR UNOS JIMMY CHOO CON PLATAFORMA, DE NUEVA COLECCIÓN.
ADJUNTO FOTO.

martes, 30 de marzo de 2010

La conga eterna


Sigo con las bodas, que parece que ha empezado la temporada.

Vengo de una, con una tortícolis de escándalo y una semi-lumbalgia que me está haciendo acordarme de los novios cosa-mala.

El caso es que todo empezó más o menos bien. Con la ceremonia, las fotos y los besos de rigor a la salida de la Iglesia. Ahora bien, fue llegar al cóctel y todo se desencadenó a velocidad supersónica. Algunos espontáneos, todavía sobrios (que es lo que más me escandaliza) se arrancaron con las jotas. ¡Y estábamos todavía con los canapés! Se avecinaba una gorda.

Allá por el segundo plato, un exaltado (tú dirás, si no) se subió al escenario que habían montado para el baile posterior y, micrófono en mano, gritó aquello de “cooooongaaaaaaaaa”. Entonces empezó la debacle.

Yo estaba tan a gusto, con la merluza en salsa mirándome con carita de deseo, cuando, de pronto, una marabunta me arrebató el tenedor y me arrastró hacia la pista con la servilleta atada a la pechera y los zapatos quitados. Yo miraba a mis compañeros de mesa con ojos de “sujetadme, por Dios, que se me llevan”, pero todos disimulaban y miraban al plato como si no me hubieran visto en la vida. Mi “santo” jugueteaba con el iphone como si tuviera a un Ministro al aparato y no pudiera cortarle la llamada y mi hermana, caritativamente, intentaba ponerme un zapato a la vez que se escondía bajo el mantel. La señora que tiraba de mí insistía en lo de “venga, tontaaa, que es muy divertidoooo” y yo no conseguía zafarme de sus garras enjoyadas.

- “Ahoraaaa, la manita izquierdaaaa en la oreja derecha del de delanteeeee”- berreaba el del micro. La señora, que se había pegado a mi culo, tiraba de mis lóbulos como si estuviera colgada de unas anillas olímpicas. Yo buscaba entre el pelo de su prima y, como no paraba quieta, acabé con su pendiente entre los dedos. Un señor gritaba: “de quién es este audífonoooo”, mientras serpenteábamos entre las mesas. Qué estampa.
- “La mano derechaaaa, entre las piernas y sujetando la mano izquierda del de atrááásss"- insistía el pesado. Levántate el vestido, pasa la mano, tócale las tetas a la señora agachada, dale la mano toda sudada, déjate sobar las tetas por su prima, con su tanga a la altura de tus ojos…¡Qué falta de intimidad!
- “Como estamos, sin movernos, peroooo… a la pata cojaaaaa y marcha atrááásss”… la prima me pisoteaba los juanetes descalzos, la señora se apoyaba en mis riñones para mantener el equilibrio y yo miraba de reojo hacia mi mesa, mientras veía que se llevaban mi merluza y mi gente se lo estaba pasando bomba haciéndome fotos y señalándome. Que os den, pensaba yo. Porque yo me lo estoy pasando de vicio y vosotros sois una panda de aburridos.

En un despiste de la prima, conseguí separarme del grupo y volví a mi mesa, con el tocado arrancado y el moño destrozado. Me siento y vuelve a la carga otra señora intentando levantarme tirándome del sujetador. No, no, esta vez sí que no. Me agarro al mantel y grito: ¡¡¡un momentitoooo, que tengo que ir al bañooo!!! Ahí estuve rápida de reflejos, porque la señora cambió automáticamente su target y se lanzó a por mi hermana, que me miraba como debió mirar Abel a Caín cuando le vio con la navajita alzada. Bien, que baile ella un ratito, que la estaba notando un poco mustia.

En fin, después de la conga vinieron la trainera (no veas cómo hacían como que remaban todos en el suelo) y otros muchos chicharrillos, tipo “Desde Santurce a Bilbao” o “Los cuatro puntos cardinales de Otxarkoaga”. ¡Y todo ello antes del vals!. Fue una boda agotadora. Si lo llego a saber, me preparo desde días antes yendo a hacer footing, porque acabé con una arritmia de preocupar.

¿Por qué esa obsesión por la conga en las bodas? ¿Por qué ese proselitismo, que parecen todos Tom Cruise intentando meterte en la Cienciología? Vamos a ver, ¿no te das cuenta que los que se quedan sentados hacen como que no te ven? ¡Pero si algunos se hacen incluso los ciegos o los cojos! ¿Por qué demonios tienes que ir tú a dudar de su palabra? Déjales tranquilos, por favor, no insistas. Que hay gente introvertida que lo pasa mal con tanto contacto humano. No hagas que les absorba la cadeneta humana, porque se sienten como engullidos por un agujero negro. Un poquito de compasión, por el amor de Dios…

lunes, 29 de marzo de 2010

¡Que me han dado un premio... como a Penélopeeee!!!!



Pues sí, ni yo misma me lo explico, pero Trasto me ha concedido un premio! Ha tenido a bien premiarme por mi (supuesta) creatividad. Todavía estoy dando palmas con las orejas desde que me enteré.

He estado investigando esto de los premios entre blogs y resulta que (esto lo cuento para los incultos-blogueriles, como la menda) si te conceden un premio, lo que toca es hacer un Meme. En este caso, el meme consiste en hacer una serie de confesiones (7 en concreto) sobre mi persona. Uyyyy, 7 cosas relevantes sobre mí... Pues no sé si tengo tantas, pero lo voy a intentar.

Veamos:

  1. Leo novelas románticas. Continuamente. Obsesivamente. Incautamente... soy rosa de corazón, de sentimientos y de carácter. Qué le voy a hacer si me parieron así... he de reconocer que algunas me dan vergüenza ajena, con esas portadas, esas letras doradas, esos resúmenes cargados de topicazos... Hasta el punto de que he llegado a mandar a mi "santo" (ahora entenderéis lo de "santo") a comprármelas, porque a él no le da vergüenza. Si le veis leyéndome por el móvil las sinopsis, os echáis a llorar... de la risa, claro... si es que tiene el cielo ganado...
  2. De pequeña quería llevar gafas. Me encantaban. A día de hoy, sigo sin necesitarlas, pero no descarto acabar comprándome unas PRADA de montura roja sin graduar, porque dan un estilazo a la mirada, que lo flipas. Creo que hasta te hacen los ojos más "almendrados" y todo...
  3. De pequeña me mordía las uñas. Arrastré el vicio hasta los 16 años. Ahora lo pienso y me da una grima que pa qué te cuento nada...
  4. Me da repelús la gente que mueve los dedos de los pies como si fueran los de las manos. Mis dedos son estáticos. Casi-casi palmípedos. Me sujetan y punto. Suficiente. No me hace falta coger la cuchara de la sopa con ellos. Gracias. Para eso ya tengo los de arriba.
  5. Sólo dejo que me hagan fotos desde un plano superior. Como pille a alguien agachándose cámara-en-mano, salgo corriendo y me escapo del encuadre. Que viva el picado. Muerte al contra-picado, que hace parecer a la gente una familia de gnomos regordetes adictos a las ensaimadas.
  6. No soporto las mallas. No comprendo qué tipo de persona pudo perpetrar semejante atentado contra la estética más elemental. Me da igual que ahora las llamen leggins, jeggins o "mallins". Sigue siendo la misma cutrada escondida bajo un falso barniz de glamour. No me engañan.
  7. Se me ha olvidado cómo se hacían las raíces cuadradas. ¡Malditas calculadoras, que nos derriten el cerebro! Voy a tener que repasarme las Mates de primaria, porque tampoco recuerdo bien aquello de los conjuntos y mi hija se acerca peligrosamente a esa etapa. Como se dé cuenta de mi ignorancia, me muero de la vergüenza. Va a dejar de respetarme ¡y eso sí que no! Tengo tal angustia con este tema que ya he empezado a repasarme los ríos de España con todos sus afluentes. Me van a faltar horas en el día...

Bien. Creo que me han salido 7 confesiones, pero no muy relevantes. Lo que está claro es que me retratan fielmente.

Ahora, el premio tengo que dárselo a otras 6 personas. Como soy novata en estas lides, lo mismo ya lo recibieron hace tiempo, pero yo igualmente se lo doy, porque sus blogs son de obligada visita para mí. Enhorabuena a los premiados, que son:

domingo, 28 de marzo de 2010

Fin de fiesta

Hoy la cosa va de vídeos. En concreto, de este que me ha mandado una buena amiga y que es firme candidato al premio “Olé tus vídeos” en la categoría “Vaya prima cateta y borracha te has echao a la espalda”. No tiene desperdicio.





Desde luego... Pobres novios, pobres invitados…. Pobres todos. La de las gafas no da crédito. La borracha acaba desaparecida en combate. Y la novia con la cara ensangrentada. Qué espectáculo. Menuda mierda de carpa con columnas de cartón-piedra. Los camareros la sujetan como pueden (la carpa, digo, no a la borracha, que esa es ingobernable) y no sabemos nada del grupillo musical que aparecía tocando en una esquina. Siguen sin volver a casa desde entonces y su familia se teme lo peor.

¿Puede haber un fin de fiesta más triste y patético? Y, ¿cómo levantas el ánimo de la concurrencia a partir de ese momento? Porque tú dirás... ¿Quién es el guapo que se pone a bailar después de ver a la novia-radiante con los churretes de sangre y la cara amoratada? Lo único bueno es que la barra-libre ha quedado inoperativa. Veremos cómo aguanta el tipo la de rojo a base de botellines de agua... qué papelón, madre, qué papelón...



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(Por si alguien no puede ver el vídeo, os adjunto la secuencia-cutre en mini-fotos, para que al menos sepáis de qué estoy hablando...)


sábado, 27 de marzo de 2010

¡Dichosas redes sociales!



Ya no soy yo.
Soy otra.
Una desconocida cualquiera que va por el mundo haciendo cosas raras.
Como os lo cuento:

Voy por la calle catalogando todo por etiquetas. Veo una faldita de nueva temporada en ZARA y pienso… “Me gusta”. Miro un poco más allá y me encuentro otra con el color de moda y pienso de la anterior… “Ya no me gusta”.

Saco una foto de mis hijos y, directamente, les corto las cabezas (en la foto, ¡no seáis burros!) para poder postearlas en el álbum de mi perfil sin temor a que me entrullen con la ley del menor en la mano.

Voy a la pelu y me fijo especialmente en la sección de “permanentes”, para sacar una foto a escondidas con el móvil a la señora con el pelo liláceo y colgarla en el grupo ese de “señoras con el pelo azul”. Hago lo mismo cuando llueve y salen todas con la bolsa del Carrefour en la cabeza para que no se les baje la intensidad del tinte caoba.

Me pongo a hacer una tortilla de patatas y saco fotos del paso-a-paso para colgarlas en mi blog bajo el título de “Así se hace una tortilla de patatas”. Tengo el móvil llenito de churretones de aceite, porque esto mismo lo repito cada vez que cocino algo, sea una chorrada (como una ensalada de tomate) o algo complicado (mis galletas de mantequilla, por ejemplo).

Si, en plena comida, alguien suelta algo gracioso, le amenazo con aquello de “cuidadín, que esto lo llevo yo al blog como está mandado, ¿eh?”. Así me he cargado ya varias conversaciones, porque la gente odia que le plagien y prefiere quedarse calladita.

Tengo “titulitis”. Una amiga me cuenta, por ejemplo, que se le ha escapado el periquito, que se lo ha comido el gato y que tiene una depresión de caballo y yo me pongo instintivamente a titular su drama: “Devorado por un siamés sin escrúpulos”. O mejor: “Gato que salta, periquito que te levanta”.

Me manda el Banco el estado de mis cuentas y, sin querer, lo “comparto” con mis 385 amigos del Facebook. Pensarán… “¿esta imbécil se ha gastado 3500 euros en un ataúd con wifi?” Pues sí, qué pasa, espero seguir posteando desde el otro barrio, pues no tengo yo vicio ni nada...

Me llama mi prima pidiéndome el teléfono de un psicoanalista, porque lo está pasando fatal y necesita ayuda profesional y yo la mando directamente a mi “muro” para que entre todos le alegremos el día y le demos soluciones “reales” a su problema. Asunto arreglado. Y mi prima, tan contenta.

Me paso la vida regando coliflores, arando campos y comprando gallinas y cerdos. Mando regalos extraños a mis amigos, como un boniato con lazo o un tractor color rosa. Con lo que yo he sido, madre mía, ahora sólo quiero recibir materiales para terminar mi establo, que me falta un puto clavo y no hay Dios que me lo mande. Por cierto, tengo exceso de tablones de madera y de herraduras de caballo. De eso no me mandéis más.

Me invitan a multitud de eventos y me da la sensación de que me paso el día de farra, cuando lo cierto es que estoy en mi salón, con mi taza de café y el portátil-enano bajo mis dedos. Ya no tengo vida social. Sólo tengo red social.

Si no estás en mi lista de “agregados”, no eres mi amigo. Así que ni me hables. Lo que me quieras decir, me lo comentas por el Face. Estoy harta de recibir llamadas de gente preguntándome cómo me va la cosa. ¿Que cómo me va? Pues te conectas, me solicitas amistad y ahí tienes el histórico de mi vida de los últimos 2 años, ¡ea! Con sus fotos y todo. No me hagas perder el tiempo, que tengo que hacer un test para saber “qué dibujo animado de los 80 me retrata”, coño ya!

viernes, 26 de marzo de 2010

Mi vecina tiene un novio gay

Acaba de subir a verme mi vecina Maripaz. Estaba eufórica perdida, porque resulta que se ha echado un novio de catálogo de agencia de modelos. Dice que está como un queso, que mide 1,90, que siempre viste de marca y que además la tiene gigante.

- Me dejas boquiabierta, Maripaz- le digo yo. No sabía que le dabas tanta importancia a los “detalles”.
- Chica, cuando una tiene carencias, se fija en cualquier “cosilla”…
- ¿Carencias tú? Si tal-que-ayer-mismo me pareció ver salir por tu puerta al anterior cargado de cajas…
- Ya, pero es que ese se lo montaba fatal, no tenía las “herramientas” adecuadas…
- Pues los gritos los oía yo por el patio de luces que daba gloria, tenía que taparles las orejas a los críos y todo.
- Sí, pero el que gritaba era él.
- ¿Era él? ¿Esos aguditos que yo oía eran de él?
- Efectivamente. Una nenaza…

Me cuenta que su nuevo novio la pasa a buscar en su deportivo color champán (¡!), se presenta con flores, bombones o colgantes de Tous, la lleva al ballet y se queda con ella en casita los viernes-noche para ver acurrucaditos bajo una manta el Sálvame-Deluxe… pa mí que es gay, quedaos con lo que os digo, pero no se lo comento a Maripaz para no darle un disgustazo. Que se lo tire unos días y ya caerá ella misma en la cuenta, digo yo… ¿no?

Os preguntaréis por qué lo afirmo tan segura. Bien. Me ha enseñado una foto. Está sacada con el móvil, pero se ve lo suficiente, creedme. Los heteros que conozco huirían despavoridos de:

- la camiseta ultra ceñida estilo-David-Beckham con las mangas arrancadas como a mordiscos
- los vaqueros Diesel, de tres tonos de púrpura, desgastados y rotos por 8 sitios
- los calzoncillos Armani asomando sobre el roto superior
- el cinturón Dolce&Gabbana con calavera plateada
- la medallita de la primera comunión sobre la camiseta ultra ceñida de mangas arrancadas a mordiscos
- la pulserita de cuero multicolor en la muñeca derecha y la de eslabones de plata en la izquierda
- el pañuelo de seda natural pintada a mano atado despreocupadamente al cuello
- las botas de cowboy con brillantina

A mí no me harían falta más detalles, pero Maripaz está obnubilada. Va cacareando por el vecindario que si no puede ni andar del tute que le meten, que si va a tener que comprarse otro piso para guardar los regalos de su novio, que si la va llevar a un hotelazo en la playa por su primer mensiversario y se va a dejar las pagas extraordinarias en una sola noche de amor y lujo. En fin. Un no-parar. La portera ya me ha advertido: “como la vuelva a oír gritar desde abajo, llamo a los municipales para que hagan la prueba de decibelios, que mi marido se está quedando sordo del oído derecho por salir a fumar al patio”.

Pobre Maripaz. La que le espera.
Y la que me espera a mí cuando se percate.

jueves, 25 de marzo de 2010

¿Por qué lo llaman "raro" cuando quieren decir "friki"?

Ya sé que la palabra friki está bastardeada. Que, en su origen, se inventó para encuadrar y definir a todos aquellos fanáticos de un tema muy específico, ya fueran los cómics, los videojuegos o la ciencia ficción. Lo sé. Pero es que hay veces, de verdad os lo digo, que no encuentro otra palabra que echarme a la boca.

Porque, a ver, ¿cómo llamarías tú a un tío que, vestido de Chewbacca, se presenta a las puertas del colegio a recoger a su niña?. Pues friki, ¿verdad? A que no dirías… “¡pues vaya un tío raro, que se ha presentado sin el bocata de chorizo ni nada!”. ¿Verdad que no? Eso no es raro, eso es tener una pedrada en condiciones, que decía mi madre. O sea, un friki. En el sentido más peyorativo de la palabra, como diría Rosa-bocachancla-Díez.

¿Qué son, por ejemplo, Carmen de Mairena, Leonardo Dantés o Yola Berrocal? Tú me dirás… ¿retrasados? Pues no. Lo que son es un hatajo de frikis de tres palmos de narices. Nada de “gente rarilla, con problemas, que a saber por lo que habrán pasado los pobres, o si sus madres los abandonaron nada más hacer la primera Comunión”… Ese tipo de comentarios sólo los hacen las señoras esas que se montan la tertulia en un corrillo de sillas a las puertas de su casa en plena carretera nacional. Que, por cierto, vaya panda de frikis son también éstas, todo sea dicho de paso… pudiendo reunirte en el club social del centro cívico de tu pueblo, leches, te tienes que ir a sentar “en batería” en pleno arcén de la N-4. Luego dirán que ocurren desgracias…

A lo que íbamos. Estamos hablando de una especie distinta, que vive en un universo paralelo al nuestro, con una idiosincrasia propia e intransferible: el friki. Ese extraño objeto de deseo. Porque mira que llama nuestra atención, ¿eh? Que yo le estoy dedicando un post entero…

Bien. Llegados a este punto, me encuentro con lo siguiente: esta mañana, mi ordenador ha dicho “basta”. Se ha puesto a brillar, cubriendo todo el espectro de colores del arcoiris para, finalmente, hacer un ruidillo parecido a pfiiiufff y terminar con un fundido-en-negro. Casi me dan los siete males. Menos mal que mi compañero de cubículo estaba enfermo y he podido utilizar su máquina mientras los del departamento de informática se enfrentaban a duelo con la mía.

Estaba yo intentando instalar el Explorer, porque el “raro” de mi compi (hasta hoy, era “raro” a secas) no lo tenía instalado, (cómo navegará, me preguntaba yo toda ignorante) cuando, de pronto, me salta el Google Earth a los ojos. Casi se me mete la costa escarpada de Nueva Zelanda en el lagrimal. He estado rápida y me he apartado a tiempo. Pa haberme hecho una brecha...

Debería haber cerrado el programa en ese momento y seguir a lo mío, pero la curiosidad (esa cabrona que mató al gato, aun no sé bien cómo) ha ganado la batalla y me he puesto a investigar en el mapamundi ese que sube y baja. Ya me parecía “raro” (otra vez esa palabra) que los países se vieran de lejos como amarillos. ¿Será que existe un Google Earth sólo para China? Ya me extraña... He metido el zoom a tope y me he encontrado con múltiples chinchetas de ese color esparcidas por toda la geografía terrestre. Uyyy, qué “rarooo”… ¿qué habrá considerado tan importante mi compi en el mapa como para hincharse a clavar tachuelas a destajo?

Aumento el zoom. Más. Más. Un poquito más…. dale sin miedo... ¿Qué veo ahí? Aparta, chincheta, que me tapas lo que parecen ser…. hmmm… pera a ver… dos tetas, un tanga y…. un balón de playa??? Un momentito, que no me centro…. Todas estas chinchetas… ¿señalan tías en bolas en todas las playas del mundo-mundial? ¿Puede ser posible? ¿Pues no estoy viendo a una corriendo tras su perro por la orilla con todo al viento? ¿Y esta otra, con un gesto bastante obsceno, encaramada a la tumbona, dándose crema hasta en la cuscusilla?

No me digas... ¿Se ha tirado el colega meses… qué coño meses, años enteros buscando tías en pelota-picada por las playas del globo entero en las posturas más inverosímiles??? ¿Se puede ser más friki?

Así que, desde ahora, al que me diga que Arturito es un poco “raro” le pienso contestar con la verdad-por-delante: no es “raro” y vale ya con la palabra tonta esa… es un friki-de-la-pradera en toda regla!!!!! ¿Que no????


miércoles, 24 de marzo de 2010

Posados desafortunados

Hay veces que bendigo a San PhotoShop.

Nos evita un montón de imágenes groseras y antiestéticas, que para eso ya tenemos a la Esteban en horario prime-time.

No estoy hablando de esos posados ya asumidos por repetitivos o porque el personaje nos tiene acostumbrados, tipo:


No, qué va. Estas imágenes ya ni nos sorprenden. Resbalan por nuestras retinas como el aceite del bocata-anchoas por nuestras barbillas. Son el pan nuestro de cada día.

Hablo, más bien, de imágenes que chocan, que duelen, que te impactan por innecesarias. Por desafortunadas. Porque ahí estás tú, en tu sofá, preguntándote como puede ser que el fotógrafo no se diera cuenta de lo mal que quedaban. O, si se dio cuenta, por qué no me avisa antes de emitirla, para ahorrarme el sufrimiento. Por ejemplo:


Ambas pertenecientes a la incólume Mo’nique. Esta mujer decidió un buen día que ella pasaba de depilarse las piernas, porque no estaba dispuesta a semejante sacrificio por una razón meramente estética. Bien, bien. Si eso me parece genial. Pero entonces el sacrificio… ¿lo tengo que hacer yo por ella? ¿Tengo que hacer de tripas-corazón porque la vagaza esta no se pasa la gillette ni para ir a los Globos de Oro? Porque, no contenta con hacernos tragar a todos con su decisión, se arremanga el vestido y nos lo muestra a cámara. Y ahí es donde entra el fotógrafo cabrón al trapo, la retrata y me la muestra en todo su esplendor-gorilero a la hora de comer. Casi escupo los garbanzos. Prefiero mil veces al Sánchez Dragó en bolas dando de comer a su gato Soseki. Te lo juro.

La gente, ¿no piensa antes de actuar? ¿No repara en las consecuencias de sus actos?¿Es que no había ni un alma caritativa que avisara a la pobre Katy Perry que ESO se iba a malinterpretar? ¿Ni uno?


¿Tampoco nadie le dijo al enanito-chino que esto no iba a dar bien en pantalla?

¿Es que la pobre niña no tiene padres? ¿O es simplemente que son malas personas y publican esto por toda la red para hacerla más fuerte de cara al futuro?



Por no hablar de los chapuzas. Vamos a ver, buen hombre, ¿te tiras meses construyendo una fuente y no te das cuenta de que te ha salido una auténtica cagada? Y ahora, ¿en qué parque lo pones? ¿En el de la Mansión Playboy? ¿No te has parado a pensar, so canuto, que no te lo va a comprar nadie que no tenga una mente enferma?



Y ya, de los anuncios, mejor ni hablar. Hay padres que no sé dónde tienen la cabeza.
Mandan a la niña a un casting de polos de naranja.
Va la chiquilla con toda la ilusión.
Con su maillot zanahorio y su compañerita de clase…
¿Y la dejas posar así?

¿Estamos rodeados de inútiles o, por el contrario, son muy listos y lo hacen para provocarnos?

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