- … no envuelva los botecitos de orina del reconocimiento médico en dos o tres bolsas de plástico, hechas un nudo (que queda como más hermético), asegurándose varias veces de que lo coloca bien recto, es decir, con toda la verticalidad que el bolsillo o el bolso permita, claro...
- … no haya ensayado una canción popera frente al espejo del baño, como si fuera una Britney Spears cualquiera o una Lady Gaga en horas bajas, armado únicamente por un cepillo redondo o un bote de laca a modo de micrófono improvisado. En caso masculino, cámbiese “popera” por “roquera” y “Britney” por “Led Zeppelin, Mika o la Streisand”, estos dos últimos, por supuesto, para el colectivo gay.
- … no se haya hecho fotos pseudo-sexies con el móvil o la cámara réflex, guardándolas durante un tiempo, jurando no enseñárselas a nadie y terminando por publicarlas “por error” (seguro, seguro), oportunamente editadas, en algún mail colectivo o red social. ¡Ojo, que hablo de fotos sexies, no guarras o, directamente, porno!
- … no haya guardado un par de rotuladores fosforitos acabados, por si, llegado el momento cumbre, resucitaran y la tinta volviera a correr por sus cerdas…
- … no haya jurado por sus muertos que jamás tendría un móvil y mira tú ahora, que lo pierdes o te lo mangan y te crees morir…
- … no se haya plantado en la cola del súper después de mucho elucubrar sobre cuál sería la fila más rápida, para acabar calculando a ojímetro qué puesto ocuparía si se hubiera puesto en la fila de al lado y no en la de la cajera manca…
- … no se haya cagado en toda la prole de la señora que se lleva la última barra de pan delante de tus narices, cuando la buena mujer ni siquiera quería pan y lo compra “no sé, venga va, por si viene mi nieto de visita y le apetece un bocadillo”. Abuela, no se engañe: los chavales de hoy en día no comen bocadillos, sólo grasas “trans” ¡y a mí me está ocasionando un trastorno de tres pares, que no hay otra panadería en 3 kilómetros a la redonda y los niños me escupen el bimbo a la cara!
- … no haya dicho a los colegas “yo con dos porciones me sacio” y luego, en la intimidad de su hogar, se haya empacado la telepizza familiar de 4 ingredientes sin pestañear ni levantarse del sofá, en plan “festín individual”. Eso sí, dejando los bordes, por supuesto… que yo me pregunto, ¿para qué le ponen borde, si nadie se lo come?
- … no haya improvisado una conversación polivalente (de esas que lo mismo te cubren ante los novios por no haber acudido a su boda, que te quitan un pelma de encima) con alguien que ni te suena, pero que te habla con la misma confianza con la que te hablaría tu propia hermana siamesa.
- … no haya pronunciado, a lo largo de su vida y con mayor o menor fortuna, alguna de las siguientes frases:
. “Yo nunca llevaré pitillos y jamás de los jamases me pondré plataformas”.
. “Apago la tele y me pongo a estudiar”… y me tragué tres culebrones y dos ediciones del telediario.
. “No pienso volver a beber”.
. “Déjame a mí, que tú no sabes”… y yo tampoco supe.
. “Estoy teniendo un déjà vu”.
. “Estoy llegando”, sin haber salido siquiera de casa.
. “Vas a ir a mamá”.
Y, ahora, confesad.
¿A que no habéis levantado las manos del ratón, eh, bribones?
Lo que yo decía.
Si os tengo calaos…
- … no haya ensayado una canción popera frente al espejo del baño, como si fuera una Britney Spears cualquiera o una Lady Gaga en horas bajas, armado únicamente por un cepillo redondo o un bote de laca a modo de micrófono improvisado. En caso masculino, cámbiese “popera” por “roquera” y “Britney” por “Led Zeppelin, Mika o la Streisand”, estos dos últimos, por supuesto, para el colectivo gay.
- … no se haya hecho fotos pseudo-sexies con el móvil o la cámara réflex, guardándolas durante un tiempo, jurando no enseñárselas a nadie y terminando por publicarlas “por error” (seguro, seguro), oportunamente editadas, en algún mail colectivo o red social. ¡Ojo, que hablo de fotos sexies, no guarras o, directamente, porno!
- … no haya guardado un par de rotuladores fosforitos acabados, por si, llegado el momento cumbre, resucitaran y la tinta volviera a correr por sus cerdas…
- … no haya jurado por sus muertos que jamás tendría un móvil y mira tú ahora, que lo pierdes o te lo mangan y te crees morir…
- … no se haya plantado en la cola del súper después de mucho elucubrar sobre cuál sería la fila más rápida, para acabar calculando a ojímetro qué puesto ocuparía si se hubiera puesto en la fila de al lado y no en la de la cajera manca…
- … no se haya cagado en toda la prole de la señora que se lleva la última barra de pan delante de tus narices, cuando la buena mujer ni siquiera quería pan y lo compra “no sé, venga va, por si viene mi nieto de visita y le apetece un bocadillo”. Abuela, no se engañe: los chavales de hoy en día no comen bocadillos, sólo grasas “trans” ¡y a mí me está ocasionando un trastorno de tres pares, que no hay otra panadería en 3 kilómetros a la redonda y los niños me escupen el bimbo a la cara!
- … no haya dicho a los colegas “yo con dos porciones me sacio” y luego, en la intimidad de su hogar, se haya empacado la telepizza familiar de 4 ingredientes sin pestañear ni levantarse del sofá, en plan “festín individual”. Eso sí, dejando los bordes, por supuesto… que yo me pregunto, ¿para qué le ponen borde, si nadie se lo come?
- … no haya improvisado una conversación polivalente (de esas que lo mismo te cubren ante los novios por no haber acudido a su boda, que te quitan un pelma de encima) con alguien que ni te suena, pero que te habla con la misma confianza con la que te hablaría tu propia hermana siamesa.
- … no haya pronunciado, a lo largo de su vida y con mayor o menor fortuna, alguna de las siguientes frases:
. “Yo nunca llevaré pitillos y jamás de los jamases me pondré plataformas”.
. “Apago la tele y me pongo a estudiar”… y me tragué tres culebrones y dos ediciones del telediario.
. “No pienso volver a beber”.
. “Déjame a mí, que tú no sabes”… y yo tampoco supe.
. “Estoy teniendo un déjà vu”.
. “Estoy llegando”, sin haber salido siquiera de casa.
. “Vas a ir a mamá”.
Y, ahora, confesad.
¿A que no habéis levantado las manos del ratón, eh, bribones?
Lo que yo decía.
Si os tengo calaos…
20 comentarios:
Jajajaja, toda la razón, la leí entera!
no podía leer todo el post...
:D
te sigo, muy chulo el blog!
besitos!
http://eldiariodeshyris.blogspot.com/
No sé ni cómo he llegado aquí, perome estoy yendo por la pata abajo con esta entrada. Lo de calcular a ojímetro, a diario.
jajaja! Qué bueno! he levantado la mano más de una vez! Eres una artista!! ;D
jajajajaj lo del bote de orina prometía!!
jajaja tb lo leí del tirón, pero te juro que lo de las fotos sexies nunca lo he hecho, de verdad!!!
Besos
Cansada de besar sapos
http://frog-tired.blogspot.com/
Uhmmm! Nos tienes calados, qué previsibles somos!
jajaja, muy muy bueno y tan verdad todo... sobre todo lo de calcular a ojo la fila del súper y el bote de orina y el recopilatorio de frases del final... ¡Genial!
Has clavao lo de la cola del super, coño! Tengo un ojo especial para ponerme en la cola de:
a) las señoras que no llevan la tarjeta del DIA, Travel Club, Carrefour, Leclerc o la que sea, a mano y tienen que rebuscarla en ese pedazo monedero de señora, que parece un bolso de mano de las pijas en la alfombra roja de Hollywood
b) Le faltan 3 centimos, ven menos que pepe leches y les dicen a la cajera que le coja ella misma lo que necesite
c)No ha pesado la fruta y tiene que ir la propia cajera a pesar 4 manzanas golden y una ramita de 5 tomates canarios
d)No tienen dinero suficiente y deben decidir que productos dejan (y digo yo: porque no intentas hacer un calculo mental de lo que te entra en 5 euros??)
Soy un sufridor profundo de la cola de los supermercados, es un sinvivir
Hola, Esthertxu.
Aún no te has pasado por mi blog a dejar un comentario. Yo el tuyo no me lo pierdo, que me río mucho. Hoy lo has clavado.
Yo añadiría (con tu permiso, claro) lo de sacarse un moco en el semáforo por aquello de que "nadie me mira" y te está mirando y partiéndose la caja todo el pasaje del autobús de la EMT que hay parado a tu lado.
Vale, en vez del moco, sirve también lo de arreglarse el sujetador o cualquier otra cosa, digamos, comprometida.
ja ja ja, como para guardar secretos contigo.
Un besazo.
Mea culpa, Sr.Skywalker... ¿serviría si dijera que no tengo tiempo ni para orinar???
Me temo que no, ¿verdad? ...voy rauda y veloz a explayarme a gusto en su blog!!!
A los demás, os diré que os tengo vigilados. Os miro por un agujerito y por eso me sé todos vuestros más oscuros secretos... ¡ojito con hurgarse la nariz o sorberse los mocos, que vengo aquí y lo casco todo!!!
Un besote en general y gracias por participar!!!
yo he levantado la mano en bastantes ocasiones...!!muy buena entrada!!! :)
Yo es que no la haya levantado, es que no la he bajado en todo el rato... ja ja ja !!. Creo que se me ha quedado dormida la condenada... x Dios !!
Un besín
YO IGUAL! LO LEÍ ENTERITO! jajajajaja
jaja, molt bó!
yo he de confesar que una novia me hizo unas fotos, mmm, comprometedoras y ahora que ya no salgo con ella puede que un día me las vea publicadas en estas "nubes de dios" argggg
Mira que yo hablaba de fotos "medio sexies", no "porno-festivas"... ainssss, si es que no aprendemos, leches!!!
¿Pues no hay gente que se devuelve los regalos, fotos, libros y demás enseres cuando rompe? ¿O que se los tira a la cabeza directamente? Habría que exigir lo mismo con el material radiactivo-comprometido... he dicho...
Un saludo colectivo!!!
Que conste que mi primer móvil me lo regaló mi marido porque estaba harto de no encontrarme en casa ;-)
No no … que va. No se ha levantado ni siquiera con las frasecitas ultimas que yo jamás he pronunciado.
jajaja, Con la mano en el ratón todo el tiempo, si señor!
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