Ayer llegué a casa un poco tarde.
Suelo ponerme a hacer deberes con la niña en cuanto cuelgo el abrigo y el paraguas, pero anoche le tocó a mi “santo”. Y, claro, nada más entrar en casa, no desaproveché la ocasión de fisgonear y me agazapé (en plan ladina) junto al marco de la puerta del cuarto de mi hija, a ver qué tal se le daba la tarea y si el grado de paciencia de su padre estaba alcanzando el defcon-1. Que ya nos conocemos y de eso no va muy sobrado que digamos.
Pero qué va.
No se oían gritos, ni lamentaciones.
La cosa parecía discurrir sin mayores incidencias.
Hasta que escuché algo extraño que me hizo fijarme un poco más en los detalles:
- Se llama “los relojes blanditos” y es de Dalí. Memorízalo bien, que éste es de los más importantes y fijo que te cae en el examen.
- ¿Estás seguro, papá?- preguntaba mi hija con voz de “eso no te lo crees tú ni jartito de grifa”.
- Que sí, que estoy seguro. Apúntalo. Y recuerda que “blanditos” es con bé…
¿Qué oyen mis orejas?
Con lo exquisita que soy yo con los deberes de mi hija, esto me está sonando a recochineo.
Aunque no puedo entrar en el cuarto y dar un golpe de estado, porque eso dejaría al padre a la altura del betún.
Así que respiro profundamente y me aguanto las ganas, consolándome con la idea de que podré remediar el desaguisado cuando repase con ella por la mañana…
- ¿Y este otro?- escucho a la niña con voz dudosa.
- Ehh… “la cama deshecha”.
- ¿Y quién lo pintó?
- Hmmm… dame un minutito… (¿está tecleando? ¡Cagüenlamar, a que lo está buscando en Google!)… eh ehhh… ¡Van Gogh! Si ya sabía yo… sólo quería confirmar que lo habíamos escrito bien, hija… Ponlo como suena: V-A-N-G-ó-G-G-G-G-G.
Quiero morirme. Debe de tratarse de “La habitación de Arlés”.
Le va a bajar la nota media por la chorrada.
No me queda otra que actuar.
He de recurrir a mi entrada apoteósica.
- Buenaaasssss
- ¡Mamááá!- grita mi niña emocionada. ¡Qué bien! Así ya sigues tú, que papá está como cansado, ¿eh, papi???
- ¿Cansado yo? ¡Qué dices, si se nos está dando de fábula! Anda, vete tranquila, que estamos a punto de terminar- me dice convencido.
Yo miro a la niña, que, a espaldas de su padre, junta sus manitas como si lanzara una ferviente plegaria a todos los Santos y decido utilizar mi mejor baza:
- Oye, pero… ¿tú no tenías partido en la tele?
- Coñocoñocoño, ¿pero qué hora es pues?
- Las ocho y media.
- ¡Mierda! Cielo, te dejo con mamá, que sabe casi tanto como yo, ¿vale?
- Vale, papá. Muchas gracias de todas formas.
- De nada, hija, de nada- contesta él ya desde el salón.
- Bueno, pues nosotras a lo nuestro, ¿no?- le digo a la niña.
- Sí- contesta ella con la goma de Milán en la mano derecha. ¿Borro todo, entonces?
- Todo- le digo yo sin mirar siquiera el cuaderno.
- ¿Incluida “sueca desnuda en las playas de Mundaka”?- me pregunta al borde de la carcajada, mientras me señala lo que claramente es “el nacimiento de Venus” de Botticelli. No sé cómo sabía que iba a llegar yo a deshacer el entuerto, pero este hombre se ha quedado conmigo... de nuevo...
- Tu padre es increíble, ¿eh?
- Increíble, sí.
- Venga, empecemos de cero…
Suelo ponerme a hacer deberes con la niña en cuanto cuelgo el abrigo y el paraguas, pero anoche le tocó a mi “santo”. Y, claro, nada más entrar en casa, no desaproveché la ocasión de fisgonear y me agazapé (en plan ladina) junto al marco de la puerta del cuarto de mi hija, a ver qué tal se le daba la tarea y si el grado de paciencia de su padre estaba alcanzando el defcon-1. Que ya nos conocemos y de eso no va muy sobrado que digamos.
Pero qué va.
No se oían gritos, ni lamentaciones.
La cosa parecía discurrir sin mayores incidencias.
Hasta que escuché algo extraño que me hizo fijarme un poco más en los detalles:
- Se llama “los relojes blanditos” y es de Dalí. Memorízalo bien, que éste es de los más importantes y fijo que te cae en el examen.
- ¿Estás seguro, papá?- preguntaba mi hija con voz de “eso no te lo crees tú ni jartito de grifa”.
- Que sí, que estoy seguro. Apúntalo. Y recuerda que “blanditos” es con bé…
¿Qué oyen mis orejas?
Con lo exquisita que soy yo con los deberes de mi hija, esto me está sonando a recochineo.
Aunque no puedo entrar en el cuarto y dar un golpe de estado, porque eso dejaría al padre a la altura del betún.
Así que respiro profundamente y me aguanto las ganas, consolándome con la idea de que podré remediar el desaguisado cuando repase con ella por la mañana…
- ¿Y este otro?- escucho a la niña con voz dudosa.
- Ehh… “la cama deshecha”.
- ¿Y quién lo pintó?
- Hmmm… dame un minutito… (¿está tecleando? ¡Cagüenlamar, a que lo está buscando en Google!)… eh ehhh… ¡Van Gogh! Si ya sabía yo… sólo quería confirmar que lo habíamos escrito bien, hija… Ponlo como suena: V-A-N-G-ó-G-G-G-G-G.
Quiero morirme. Debe de tratarse de “La habitación de Arlés”.
Le va a bajar la nota media por la chorrada.
No me queda otra que actuar.
He de recurrir a mi entrada apoteósica.
- Buenaaasssss
- ¡Mamááá!- grita mi niña emocionada. ¡Qué bien! Así ya sigues tú, que papá está como cansado, ¿eh, papi???
- ¿Cansado yo? ¡Qué dices, si se nos está dando de fábula! Anda, vete tranquila, que estamos a punto de terminar- me dice convencido.
Yo miro a la niña, que, a espaldas de su padre, junta sus manitas como si lanzara una ferviente plegaria a todos los Santos y decido utilizar mi mejor baza:
- Oye, pero… ¿tú no tenías partido en la tele?
- Coñocoñocoño, ¿pero qué hora es pues?
- Las ocho y media.
- ¡Mierda! Cielo, te dejo con mamá, que sabe casi tanto como yo, ¿vale?
- Vale, papá. Muchas gracias de todas formas.
- De nada, hija, de nada- contesta él ya desde el salón.
- Bueno, pues nosotras a lo nuestro, ¿no?- le digo a la niña.
- Sí- contesta ella con la goma de Milán en la mano derecha. ¿Borro todo, entonces?
- Todo- le digo yo sin mirar siquiera el cuaderno.
- ¿Incluida “sueca desnuda en las playas de Mundaka”?- me pregunta al borde de la carcajada, mientras me señala lo que claramente es “el nacimiento de Venus” de Botticelli. No sé cómo sabía que iba a llegar yo a deshacer el entuerto, pero este hombre se ha quedado conmigo... de nuevo...
- Tu padre es increíble, ¿eh?
- Increíble, sí.
- Venga, empecemos de cero…
13 comentarios:
Jajaja! Menudo es tu "santo", no? Menos mal que siempre están cerca las mamis, para solucionar los "desaguisados", jejeje!
jajajajaja, hombre aprobar no aprobaría, pero las risas de la profesora se iban a escuchar bien lejos...xD
1besico!
Ja ja ja, si es que los hombres lo intentan y a veces hasta lo consiguen, pero pocas veces, no vaya a ser que les pidamos más, ja ja ja
Un besazo.
Oye, ¿pero esto es cierto? No puedo creerlo, que esto nos baja la credibilidad dos o tres puntos. Si ya digo yo que sólo valemos para pasar el aspirador.
Un abrazo
Yo no sé cómo lo sabe, pero lo sabe.
Y, esta vez, sabía que iba a acabar haciendo los deberes con mi hija y que iba a arreglar lo que él había estropeado a sabiendas... ainsss...
Eso sí, yo me hice la tonta y, al volver al salón, cuando me preguntó: "¿qué tal los deberes? ¿estaba todo bien?", yo respondí: "todo perfecto. va a sacar un 10".
No sé qué cara pondría (ni le miré, por si se me escapaba la sonrisilla delatora), ni si se levantó de madrugada a comprobar que estaba todo correcto, pero antes que reconocer que he caído de nuevo en la trampa... me callo como una muerta!!!
Saludetesssss
Es lo que tiene el arte, que se abre a multiples valoraciones e interpretaciones, verdad? El pobre loco paranoico de Vincent no hacía la cama, la musa de Botticelli era una exhibicionista y Dalí debía de andar por mi Mancha natal a finales de julio con un sol de espanto y claro, se fríen los lagartos y los relojes se ponen blanditos. Una pena!!
Eres muy buena Esthertxu... muuuuuuy buena.... ja ja ja !!. Este post, me ha producido dos efectos complementarios... entre el humor y la ternura. Fantástico sin duda.
Qué importante es tener mano izquierda para todo...
Buen finde guapetona !! ;)
Jeje, eso a mi no me pasará seguro.. con lo obsesionado que es Obi-Wan con esas cosas!
De todas formas, creo que te ha cogido el pan bajo el brazo que diríamos en Endor... te veo repasando los deberes de la niña con lupa cada vez que "ayude" el papá.
Jajajajajjajaja acabo de proclamarme fan incondicional de tu marido!!!
un beso
Hombre el profesor en cuestion se hubiera echado unas buenas risas jajajajaja
Me parece a mi que a tu marido le van a salir unos cuantos fans en blogger...vaya personaje jajaja
Besitos de caramelo
Esta entrada es inventada ¿no?, ¿exagerada por lo menos, no?.
Aunque yo soy de las que cree que la realidad sieeeeeempre supera a la ficción, esto es "demasié", eso sí, muuuuy gracioso.
Si no llegas a aparecer y además haber futbol en la tele se hubiese mascado la tragedia.
jajajaja como me he reido con este post. Es la primera vez que te leo, llevo un rato, pero con este me he partido.
Pero tu marido lo hace queriendo o qué?
La última foto es total jaja
Saludos
Cansada de besar sapos
http://frog-tired.blogspot.com/
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