Pincha +1 si te gusta el blog... ;-))

lunes, 30 de mayo de 2011

Muerte de un viajante

Tres meses.

Ese es el tiempo que le ha durado a Elvira su nuevo novio.
Y esta vez no ha sido por haber dado con un gañán, un jeta, un garrulo o un desaprensivo.
Ni porque el chaval fuera un sucio, un tanto lento o, directamente, un vago de campeonato, como en otras ocasiones.

Esta vez el “pero” lo ha encontrado en su agenda.

- A ver, tú dirás- me espeta, convencida hasta el tuétano de haber hecho lo correcto. Un tío que se pasa el día viajando, ya me contarás de qué me sirve…
- ¿No estarás exagerando, Elvi? Que las dos sabemos que cuando te pones a fantasear…
- Que no. Que me acaba de llamar desde Montevideo, para informarme de que aterriza en Barajas a las 12 de la noche y coge otro vuelo a Berlín a las 8 de la mañana. ¡Es un fiera del puente aéreo!
- Bueno, será que esta semana la tiene complicada, mujer, dale una oportunidad…
- ¿Una oportunidad? ¡Pero si en los últimos 20 días ha estado en 7 países de 3 continentes distintos! ¡Si por culpa del jet lag se me queda dormido en los momentos más inoportunos! ¡Si cada vez que me suena el móvil, corro a por el globo terráqueo, no vaya a ser que me pille en un renuncio!
- ¿Y eso?
- Hombre, tú dirás… A ti te llama un pavo al que estás conociendo y te pregunta, por ejemplo, que a ver qué quieres que te traiga de Gambia, ¿y tú qué le contestas? ¿Que un kilo de langostinos? Tía, acuérdate de tus tiempos jóvenes, cuando era más importante dejar el pabellón bien alto que contar las verdades del barquero. A ningún ligue incipiente le interesa saber que roncas, te sudan las rodillas o estás pez en Geografía. Tu imagen ha de estar impoluta y repleta de glamour... El misterio es lo que vende, chata, que para verle a alguien las uñas negras, te pones una peli de Clint Eastwood y santas pascuas.
- No puede salir nada bueno de una relación tan estresante, Elvira, mira que te lo tengo dicho.
- Quita, quita, que con todo lo que he aprendido, al menos algo he sacado de todo este absurdo. Ahora ya sé que lo que hay que pedir a alguien que va a Lombok es un batik, si el viaje es a Ayers Rock, pues un didgeridoo y si se pira a Montevideo, cualquier detallito de artesanía en cuero o totora.
- Bueno, por lo menos te está dejando la casa decorada al detalle.
- Sí, pero no. A ver si te lo sé explicar: ¿te imaginas que tuvieras colgadito en tu armario un Armani de la talla 34? Flamante, nuevecito, del color de rabiosa actualidad, con todos sus complementos a juego deseando que te los embutas a la primera ocasión… ¿Qué pasaría por tu mente?
- Joder
- Efectivamente. Pensarías “j-o-d-e-r, me ofrecen las llaves del paraíso y, cuando llego, está cerrado por obras”. O algo peor. ¿A que sí?
- Pues sí.
- Piensas: está claro que éste no es pa mí.
- Creo que voy pillando los matices de tu drama. Algo así como que te regalen un par de Jimmy Choos de la talla 35 sin ticket de compra, que sólo te brota maldecir.
- Qué va…
- ¿Qué va?
- Que a mí lo que me brota es pensar “ya habrá otra que se lo calce, ya lo verás”…
- Ya… Te copio, te copio
-Pues eso. Como veo que lo has pillado, ya estás contando a todo el que te quiera escuchar que estoy libre como un taxi. De nuevo.
- No sufras, Elvi. Déjalo a mi cargo. A partir de ahora, sólo aceptaremos solicitudes de machos alfa de esta zona. Nada de intrépidos aventureros, ni WillyFogs culo-inquietos. Ya verás cómo encuentras prontito la horma de tu zapato.
- Sí. Fijo. Prontito… Total, como sólo llevo esperando treinta y siete años, un poco más no me va a hacer daño, ¿verdad?
- Ese es el espíritu, Elvira. Ese es el espíritu.

Ahora sólo me resta hacerle ver que, si nos circunscribimos a 20 kilómetros a la redonda, la cosa pinta fea.
Muy fea.

Pero eso mejor lo dejo para otro día, porque como se cierre en banda al tema "viajes", nos estropea la escapadita a Ibiza que han organizado las de la cuadrilla para el próximo mes… Que ésta, cuando se obceca, es más terca que una mula.


sábado, 28 de mayo de 2011

Mis carteles favoritos (III parte)

Podéis echar un vistazo a las entradas anteriores, dedicadas a los carteles mejor "perpetrados" del mundo aquí y aquí.

Sigo sin dar crédito a lo que me encuentro por la calle o por la red, pero es superior a mí: tengo que sacarle punta o todo, o no sería yo misma.



Yo me imagino a esos pobres clientes del Alcampo, haciendo la digestión de un puñado de bolas de “polispan” (como bien reza el cartelito de marras) y me duele todo. A quién se le ocurre entrar al súper con las tripas rugiendo… si ya me lo decía mi madre: ¡nunca vayas a hacer la compra con hambre, porque lo querrás todo!
Hombre, hasta cierto punto, mamá.
Que una come piedras, pero no literalmente, no sé si me explico…


Ya estamos otra vez con las bromas del curita graciosón.
A ver quién es el guapo que consigue meter la lismona y al difunto en un sobrecito de 16 centímetros de largo…
Quizá si fuera uno de esos almohadillados… siempre y cuando le metas la limosna en el bolsillo al finado, claro, de otro modo es impensable…


Chaval, yo no quiero desanimarte, de verdad te lo digo, pero… ¿y si te “regularizas” tú primero y luego ya, “si eso”, te pones a enseñar a otros?
Además, si no saben leer… es tontería gastarte la pasta en un letrero, ¿no crees?
Decidido: hemos vuelto a dar con el alumno más aventajado de la clase… no falla, tengo un ojo...


¡Qué asco, Virgen del Aceite de Oliva-Idem!
Al menos, tienen la decencia de no exponerlos abiertamente en el escaparate.
Habría sido la pera: una piernecita a juego con su paletilla, unos riñones y sus manitas… ¡menuda escabechina!


- Buenos días, buen hombre. ¿Me da un “para haceaugero”?
- Por supuesto, ¿lo quiere para “augerosuperió” o mejor “augeronmedio”?
- No, no, es para “augeronmedio”, que arriba se chocaría con el embellecedor.
- Vale, vale. ¿Y lo quiere “grismetálico” o de “pasticorroPVC”?
- “Grismetálico”, por supuesto.
- Me lo temía. Pues no nos quedan de esos. Pero me acaban de llegar unos para “hacerpuntosoldadura” que se los están llevando a puñaos. ¿Quiere probarlos?
- Venga. Si son tan buenos… póngame un par.
- ¡Marchando! ¡Verá cómo no se arrepiente!
- Veremos…


Lo que faltaba.
Como hay pocos, ¿verdad?
Ahora ponte a meterlos a todos en un tarro, en su jugo y por un módico precio.

Vamos, que nos van a faltar botes.
Yo no digo más, que luego todo se sabe...

jueves, 26 de mayo de 2011

Le llamaban Anquetil


Con la llegada de la primavera y el calor, mi ciudad se convierte en un circuito.
Los ciclistas toman las calles y, soñando con ganar la maglia rosa, se permiten trayectos complicados y pedaladas imposibles a su edad.
Y así les va.

Voy tan campante por mi ruta habitual, pensando en mis musarañas (que para eso son mías) y hablando con mis adentros (que son los que mejor me comprenden), cuando me adelanta un hombre impecable a lomos de una BH.

Y digo “impecable” porque lo es. A ojos de cualquiera.
O, mejor dicho, lo era.

Luce una americana entallada, de esas que sólo se ven en las revistas de moda, unos pantalones de pinza estrechos (ideales para montar en bici) y unos zapatos de cordones en tono “caramelo” que le hacen juego-perfecto con el cinturón de piel que me parece vislumbrar bajo una camisa planchada con tiralíneas.
Vamos, un auténtico figurín.

Y no es que yo me fije, ¿eh?
Es, simplemente, que me habría llamado menos la atención el mismísimo Carlos de Inglaterra subido a una Orbea.
A este, al menos, no le aletean las orejas…

Le noto un pedaleo inseguro. No se debe de notar cómodo a bordo de semejante potro metálico- pienso por lo bajinis- porque zigzaguea en exceso y no le veo soltura en las muñecas.

Hasta que me percato de las dos señoras que, desconocedoras del trance que les depara el destino, se toman tranquilamente un bitterkas y una salobreña al solecito, en una terraza a mitad de calle.

En ese momento preciso, el hombre del traje exquisito comienza una serie de movimientos catatónicos de izquierda a derecha y de arriba abajo, tendentes a evitar a las viejas y a salvar, al menos, las perneras del pantalón, que deben de valer un pico...
Pero qué va. No lo logra ni de broma.

Tanto esfuerzo culmina con sus huesos entre el macetero recién puesto por el Ayuntamiento (ay, si esos maceteros hablaran, Ángela María… suerte que son mudos) y la alcantarilla.
La bici dudo que pueda servir ni de paragüero.
Y el hombre no se mueve (yo creo) por miedo a que le pregunten si es que está borracho.

A todo esto, las señoras no se han coscado de nada.

Sólo al ver a la gente corriendo hacia el accidentado se percatan de que hay un hombre en el suelo, abrazado a una rueda pinchada y con una pierna en una postura no sólo antiestética, sino fisiológicamente imposible.

- Hay que ver, MariPaz, la juventud de hoy día, cómo anda de mal… ¡van como locos con sus bicis!
- Y tanto, JuanaMari, y tanto…
- Cualquier día nos matan en un descuido.

Si ellas supiesen que hoy casi catan el paraíso por “un descuido”…

El caso es que este hombre de joven tiene bien poco.
Yo le echo unos… ¿45? No sabría decir bien… con los chorretes de sangre que le caen por las mejillas y el gesto de dolor, no se puede saber a ciencia cierta. Pero no es un jovencillo, eso está claro, porque un chavalillo no tiene pasta para el conjunto que me lleva este paisa. Que de otra cosa no sabré, pero de ropa… ¡no se me escapa un detalle!

Le levantan como pueden del suelo y un señor le pregunta si está bien, o si necesita que llamemos a una ambulancia. Pero él ni pestañea.
Creo que está muerto de vergüenza.
Sólo repite sin cesar: mis gafas, mis gafas, quiero mis gafas...

- No, no lleva usted las gafas puestas, caballero- le dice el que le sujeta por los sobacos.
- Pues por el suelo tampoco se ven, aunque vaya usted a saber, entre tanto tubo roto…- afirma una señora con cara de pocos amigos.
- Eh… las tiene ahí… ahí mismito…- le indico yo, señalándole la entrepierna.

Y es que, por completar el bochorno, las Rayban Aviator de espejo (ideales de la muerte) se le han hecho un ocho y han quedado anudadas a la hebilla del cinturón.

Entonces, sin previo aviso y dejándonos a todos boquiabiertos, el pobre desgraciado rompe a reír.
Estentóreamente.
Histriónicamente.
Podríamos decir que parece un aborigen en plena danza de la lluvia, con los brazos abiertos hacia el cielo y dando pequeños botes sobre una sola pierna (la otra la tiene pal arrastre).

En esta mañana de Mayo, el tiempo se para.
Los pájaros enmudecen y no se oye zumbar ni a una mosca.

Sólo se escucha a un dandy desastrado, sucio y enajenado, que grita al viento…

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Mierdaaaaaaaaaaa-a-a-a-aaaaaaa!!!!!!!!!

martes, 24 de mayo de 2011

Y que siempre me asalten las mismas dudas...

- ¿Por qué siempre que voy al baño el “generoso” que me ha precedido me ha dejado una sola vuelta de papel higiénico y me tiene que tocar a mí ir con el culo en pompa, buscando un nuevo rollo por toda la casa, mientras rezo en alto para que no aparezcan los niños de pronto por mi habitación o se acerquen las visitas a ver qué son esos ruidillos extraños del pasillo?

- ¿Es normal que cada vez que leo “Nerja” en cualquier cartel de la carretera o anuncio del periódico, me venga a la cabeza la tonadilla silbada de la serie y le explique al que tenga al lado: ¡“Mira, donde rodaron Verano Azul”!? ¿Le pasa a todo el mundo o soy la única simple? ¿Y si, además, me entra como nostalgia recordando al pobre Chanquete, palmándola en pleno verano, qué soy? ¿Tontalculo? Que menuda muerte más chunga, ahora que lo pienso, con “la caló” que debe de hacer por ahí abajo en esa época del año…

- ¿Sólo yo me pregunto cuántos años lleva Jordi Hurtado presentando "Saber y Ganar" en la 2? De hecho, ¿cuándo coño se creó la cadena? ¿No es el presentador anterior (incluso) a dicha fecha? ¿O es una imagen creada por ordenador? ¿Un holograma, quizá? En fin, misterios catódicos de ayer y de hoy…

- ¿Por qué, por mucho que me lo diga a mí misma y se lo prometa a mi santo, nunca recuerdo desconectar la alarma durante el fin de semana? ¿Tendré que levantarme ya siempre a las 7:45 a.m., aunque sea un sábado del mes de Agosto o esté ya jubilada y con los niños emancipados? ¿Es una venganza de la vida, que me hace pagar ahora todas las mañanas que me “fumé” en la Uni? Y que a mis vecinos les ocurra lo mismo… ya es casualidad, ¿no?

- ¿Tengo que atinar siempre con la baldosa suelta que, en pleno día de lluvia torrencial, me deja la pernera del pantalón como si me la hubiera meado una vaca? ¿No podría, alguna vez, tocarle al de delante, para que yo lo vea y me anticipe al desaguisado? ¿O es que todas las baldosas se sueltan cuando llueve y no hay forma de librarse, hagas lo que hagas?

- ¿Cómo es posible que acabemos insultándonos (la animadversión es mutua) el contestador de mi operadora telefónica y yo misma, cada vez que llamo para hacer un trámite y me obligan a dar mis datos y demás parafernalia a una grabación que no entiende mi idioma? Si al menos pudiera acogerme al atenuante de “extranjero con poco conocimiento del español más puro” o “cogorza de la menda en horas de trabajo”, pues bueno. ¡Pero qué va! ¡Es una grabación y me toma el pelo! He llegado a dudar de si se trata de una persona con muy mala baba, que se esfuerza con denuedo por no comprenderme…

- ¿Es normal que, ante la frase hecha (ya sabéis, esas palabritas que se dicen al aire, sin pensar y con el único propósito de “llenar hueco”) de “ay, abuela, estoy en un sinvivir… que no sé a quién votar”, la susodicha me conteste toda cabreada: “¿pues a quién vas a votar, memita? ¡A quien diga tu marido, como debe ser!” Ya ves tú la tontería... Siglos y siglos de lucha y reivindicación enviados por el retrete de la forma más tonta.

- ¿Será la frase “esto lo cuento yo por ahí y no me cree ni Dios” una de las más repetidas del planeta? ¿O es que sólo yo la pronuncio, eh?

domingo, 22 de mayo de 2011

Pasándome la jornada de reflexión por el arco del triunfo

Con la chorrada de la jornada de reflexión, la gente comete los mayores desmanes.

Mi santo ha decidido que el sábado, en nuestro dulce hogar (ahora, oficialmente, la “leonera” de la escalera), no se hace la cama, ni se cocina, ni se limpia ni una mota de polvo. Y mis hijos, que son unos listos del copón, se han sumado a la propuesta, haciendo jornada de brazos dormidos. Ni os imagináis cómo me tenían la casa cuando entré por la puerta a las 11 de la mañana (que estos van de demócratas y tal, pero el pan lo comen todos los días y la pringada de mamá es la que baja a comprarlo).

Mi hija, toda chula, en pijama (se ve que no había encontrado fuerzas ni para ponerse un pantalón) e hinchándose la tripa a ganchitos. El pequeño, con los mocos colgando (según me han dicho, los kleenex también estaban de huelga) pasándome las ruedas del cochecito teledirigido por encima de la mesa de madera de nogal que nos regalaron mis padres, también conocida como “la intocable”. Y mi santo, tan despatarrado en el sofá que me juego la merienda a que mañana tendrá agujetas en los abductores.

¿Os suena “el Guernica”, de Picasso?
Bien, pues ese cuadro parece bastante más ordenado que mi salón.
Sólo me faltaba (para completar la estampa) una madre, con los pechos al aire y corriendo con su bebé en brazos por mi casa, porque el resto lo tenía todo: el desorden, la suciedad, los destrozos (a mi hijo le encanta hacer trocitos con cualquier papel y esta vez le ha tocado al cartón del telepizza de anoche)… en fin, el paraíso de un síndrome de Diógenes.

- Ehhh… ¿qué ha pasado en los últimos 20 minutos?- pregunto asustada a mi prole.
- Nada, mami, ¿por?- me dice la niña con carita de “sea-lo-que-sea-yo-no-he-sido”.
- ¿Porque parece que os ha intentado secuestrar un comando de albano-kosovares rabiosos, quizá?- le digo toda impertinente.
- No, aquí no ha entrado nadie más que tú- confirma el pequeño.
- Que digo que a ver si os costaría mucho recoger los papelotes del suelo y levantar los pies cuando venga con la aspiradora, si no es mucho pedir, claro…- sigo en modo irónico, a ver si caen del guindo, pero me da que las sutilezas ni las notan.
- Es que nos ha dicho papá que hoy está reflexionando y que la ley le prohíbe hacer nada- me contesta la otra.
- Ya. Y vosotros os unís a la propuesta encantados, ¿no?- (déjate de ironías, so mema, que por ahí no sacas ni güito)
- Claro, no queremos que venga la policía y nos lleve a la cárcel por haber tirado de la cadena, por ejemplo.
- ¿Que ni siquiera tiráis de la cadena?- (no sé de qué me asombro)
- No, y te aviso de que el niño ha hecho “aguas mayores”, que lo he oído desde aquí- me dice mi santo sin levantar la vista del mando a distancia.
- Hijo, te habrás limpiado el culo, al menos, ¿eh, eh?- le grito a mi hijo desesperada.
- Sí, mamá, porque si no se me pegoteaba el pijama y me sentía incómodo.
- Dios… (mi cabeza deduce que ha intentado pasar de limpiarse y ha tenido que recular por la molestia, es para llorar)… pero si vosotros no tenéis edad de votar, ¿se puede saber sobre qué reflexionáis?
- Es que nosotros también estamos “indignaos”- me salta la mayor.

Tócate un pie.
Y como me ponga chulesca, me los veo organizándose en asambleas en el salón y arrastrando los sacos de dormir al pasillo.
Mejor me contengo y le doy a la escoba, que eso siempre me relaja…

- Mami, ¿dónde comemos hoy?-pregunta la niña.
- ¡Chino!-contesta el pequeño.
- ¡No, italiano!- dice mi santo.
- Ahhh, ya lo pillo- les digo- que hoy no se cocina, ¿es eso? Pues me temo que vuestras tripas también van a reflexionar. Y, además, ¡bien alto! Porque por mis muertos que en esta casa, hoy, sábado de reflexión, ¡no se come!
- ¿Cómo que no se come? Nosotros no cocinaremos, pero podemos ir a un restaurante, ¿no?- los ojos del pequeño empiezan a redondearse más de la cuenta. Él, que ya estaba casi paladeando sus rollitos vietnamitas…
- No, hijo, no. Piensa un poquito. ¿Acaso el cocinero no tiene derecho a reflexionar también? ¿Queréis que se lleven al chino al calabozo por vuestra culpa? Ni hablar. Hoy, ayuno y abstinencia, que es algo tan antiguo como la jornada de reflexión. ¡Y punto en boca!

¿No dicen que la letra con sangre entra?
Ya verás cómo no se les ocurre reflexionar tan profundamente para las generales del año que viene.

Y, total, para no votar el domingo, ¿qué te apuestas?
Porque, como nos dé la flojera, ni nos movemos del sillón, que me conozco ya el percal… No será ni la primera ni la última vez…

Pero, oye, todo por no tener que oír a la dichosa Junta Electoral Familiar.
Que más que jornada electoral, lo del domingo parece el fin del mundo.

viernes, 20 de mayo de 2011

Nos están meando y dicen que llueve

Con la que está cayendo ahí fuera, mejor me quedo aquí, calentito y en buena compañía…
-Bin Laden, 1 de Mayo de 2011, 23:35 pm-


Bien, pues como vengo haciendo desde hace un tiempo, voy a alegraros el día con las búsquedas más inverosímiles que uno se puede echar a la cara, ya que veo que os gustan y os motivan a comentar.

Haceos cargo que esta gente (se supone) iba buscando emociones fuertes y acabó recalando en mi blog. Imaginaos el gesto de espanto e incredulidad que se les debió de fijar en sus ojos perplejos. Habría pagado por verles por un agujerito…

Eso sí: no me responsabilizo de las faltas de ortografía que la gente perpetra en Google. Una asume determinadas culpas, pero a tanto no llego. Que bastante tengo ya con lo mío, no me vaya a caer también el marrón de la muerte de Manolete…

- Mujeres teniendo sexo con pulpos: bueno, esta vez comenzamos a lo grande. Para qué andarnos con zarandajas. Mira, majo, esto, además de aberrante y antihigiénico, es imposible. Que me imagino a la rubia rodeada de tentáculos, con las ventosas pegoteadas por toda su anatomía y no le veo fundamento… Porque se refiere a pulpos vivos, ¿verdad, caballero? No estará usted hablando de un pulpo a la gallega (por ejemplo), ¿no? Eso sí que sería asqueroso. Con sus cachelos, su pimentón picante, su aceitito de oliva virgen… restregado por ahí-donde-te-digo… Dios mío, y que me toquen a mí siempre los mismos degenerados. ¡Dudo que vuelva a pedirme una tapa de pulpo en mi vida! Con lo que me gustaba…
- me ago la tonta pero soi muy lista: tese nota, bonita, tese nota… ¡qué perspicacia, qué astucia la tuya, menudo ingenio el que te gastas, eso es dominar la gramática y no lo del mamarracho de Vargas Llosa! En fin, como dijo Jesulín, “dejad que los lúcidos se acerquen a mí”…
- Si todos los caminos llevan a Roma, cómo coño se sale de Roma?: éste era, claramente, el gracioso de la clase. No se habrá comido collejas ni , el salao de él…
- Cirugía de apéndice, imágenes graciosas: hombre, graciosas, lo que se dice graciosas… Tan gracioso como que te amputen la mano derecha cuando la gangrenada era la izquierda, o que te extirpen los genitales en lugar de un grano infectado. Vamos, una fiesta.
- Compré un alargador de pene y me enviaron lupas: otro cachondo. Debe ser el primo del que sigue en Roma porque no encuentra la salida. Angelito… Pues a ver dónde te enganchas la lupa, chavalote. Te van a hacer cantares…
- mallas ballet caliente coño: este telegrama me ha dejado pensativa un buen rato… ¿se referirá a que ha encontrado un maillot que te calienta la zona inguinal? ¿Será el título de la secuela de “cazador blanco corazón negro”? ¿O es el nuevo grito de guerra, al estilo Tejero y su “se sienten, coño”, pero como más artístico? Un misterio por resolver…
- definición mandril de tres muelas: mira por dónde que hoy os vais a acostar sabiendo una cosa más. Este erudito (porque tiene pinta de haberse sacado por lo menos tres carreras) no se está refiriendo a un mono desdentado. Para nada. Él pregunta por una pieza cilíndrica utilizada (entre otros) por los torneros fresadores para asegurar aquello que van a pulir. Para que luego digáis que los blogs no aportan nada nuevo. Yo ya me he sacado un cursillo de encofrador por la cara, no os digo más…
- pitufo fumando marihuana: que yo me pregunto cuántos canutos debe de llevar el chaval encima para que su colega le parezca un ser pequeñico y azulado, embutido en unas mallas blancas con su gorrito a juego… hay que estar muy colgao para confundir a tu amigo con pitufo cascarrabias. Incluso con Gargamel habría tenido más sentido…
- ¿es verdad que los gnomos te pueden quitar los calcetines sin quitarte los zapatos?: ¡por Dios, que alguien le quite el porro a este joven, que está sembrao! Sí, hijo, sí. Te quitan los calcetos sin quitarte los zapatos. Y, como te despistes, te birlan también el diu sin arremangarte las bragas siquiera. Ver para creer...
- Como aquí no hay nadie creo que me voy a tirar un pedo: pues haces bien. Aprovecha, que ni te oímos ni te olemos. Tu parienta me agradecerá que haya creado este espacio de asueto y reunión para que vengas tú a echarte tus cuescos a placer. De verdad os digo, yo ya no sé ni pa qué carajo me esfuerzo. Cualquier día aparece el blog llenito de mierda porque la gente se ha acostumbrado a venir aquí a aliviarse. Un respeto, por el amor de Dios.
- bull terrier tirando de bombona de butano: no sé tú, pero yo me encuentro a un perro con carita (falsa) de despistado, con sus hociquito en forma de corazón y su cola al viento, arrastrando una bombona de butano y te juro que desconfío. Pero tú verás, ¿eh? Lo mismo es que yo soy un tanto quisquillosa...

- cómo saber si te has convertido en su follamiga: veamos. Esto es mejor analizarlo concienzudamente. ¿Sois amigos? Si la respuesta es afirmativa, ¿folláis de forma casual, aleatoria y/o expuesta? Si tu contestación sigue siendo un “sí” como un piano, sólo me queda una última cuestión: ¿sabes que la palabra “follamiga” viene de follar+amiga? ¿No? Entonces, ¿eres rubia natural? Esta última pregunta no precisa respuesta. Gracias. Fin del test.

miércoles, 18 de mayo de 2011

La Menda's Worldwide Tour

PAQUI: ¿Qué, te vienes a tomar algo con las chicas este sábado?
LA MENDA: Ya lo dudo…
PAQUI: ¡Anda, mujer, anímate! Si hemos organizado una quedada femenina de lo más divertida. Empezaremos con un masaje con pedicura, seguiremos con una cenita en el nuevo local que han abierto en el centro y lo remataremos con unas copichuelas en el SuperCool, que lo han inaugurado esta semana y debe estar de escándalo.
LA MENDA: Que te he dicho que no. No insistas. Es imposible.
PAQUI: ¿Y eso?
LA MENDA: Porque este sábado me toca viaje a Badajoz, a ver a mis suegros.
PAQUI: Vaya por Dios, qué mala pata… ¿Y si les digo a estas que lo cambien para el siguiente?
LA MENDA: Pues tampoco.
PAQUI: ¿Tampoco quieres o tampoco puedes?
LA MENDA: Que también es impensable, digo. Sólo me faltaba “echar el resto” el sábado y llegar comatosa al domingo, que es cuando tengo que hilar 3 comuniones en una mañana, tú dirás…
PAQUI: ¿Y eso?
LA MENDA: Pues que nos han invitado a 3 fiestas el mismo día a la misma hora y mi hija se niega a faltar a ninguna. Empezaremos la jornada por casa de Maruchi, su amiga del alma, que hace la Comunión con su hermano mayor y nos ha invitado a todos. Seguiremos con el convite de la vecina, que sólo ha invitado a la niña, así que el niño y mi santo aprovecharán el rato para verse las carreras de la tele (la que toque, les da igual, ellos no criban…) y terminaremos la faena empapuzándonos a tarta en la Comunión de Adelita, una compañera de gimnasia rítmica de la niña.
PAQUI: Qué bien…
LA MENDA: Sí, genial. Y el siguiente fin de semana nos vamos a la boda de una prima del marido de la hermana de mi cuñada. Ahí es nada…
PAQUI: Pero, en tu familia, ¿hasta qué grado de consanguinidad os invitáis a los saraos?
LA MENDA: Hasta el infinito y más allá. Si eres capaz de establecer una conexión lógica y verbalizable, date por muerta, que te va a tocar apoquinar pal regalo. Es igual que se case tu hermana melliza que la vecina del primo de la mejor amiga de la hermana de tu suegra.
PAQUI: Ya, ya…
LA MENDA: Cosa distinta sería que no se pudiera expresar sin palabras malsonantes. En ese caso, no es obligatoria la invitación.
PAQUI: No sé si lo entiendo bien…
LA MENDA: Sí, mujer. Si, por ejemplo, la que te invita es la arpía putona que te levantó el novio en la secundaria y encima se casa nada más y nada menos que con el mejor amigo del “eso” de tu sobrina política (el “eso” es el no-novio, o el amante, o el que se está tirando en esos momentos, igual da), entonces (y sólo entonces) puede que te libres de la invitación, más que nada porque el remite quedaría como “feo”. Aunque tampoco te lo garantizo al 100%.
PAQUI: J-o-d-e-r… en tu casa destinaréis una partida especial a gastos para pseudo-familiares y sus festolinas, ¿no?
LA MENDA: No lo sabes tú bien…
PAQUI: ¿Y si lo pasamos a Junio?
LA MENDA: No te lo recomiendo. Lo tengo casi peor que Mayo. Con decirte que bajo dos veces ese mes hasta Cartagena, a un Bautizo y a un aniversario de boda.
PAQUI: ¿Cartagena… de Indias?
LA MENDA: Ojalá… ¡Cartagena de Murcia! Bautizan a los gemelos del primo de mi santo. Y el aniversario de boda es de un compañero de mili de mi suegro. ¿Cómo te quedas?
PAQUI: Arruinada a estas alturas del cuento…
LA MENDA: Ya ves. Si cuando me quejo de desorientación, es por algo…
PAQUI: Tía, decirte que te mueves más que la-compresa-una-coja es quedarse corta. ¡Pareces Lady Gaga in concert! Menuda agenda…
LA MENDA: No, si yo de eso ya no uso.
PAQUI: ¿El qué? ¿Compresas?
LA MENDA: No, mema, ¡agenda! Ahora clavo chinchetas en el globo terráqueo, que es como más visual.
PAQUI: No me extraña…
LA MENDA: Bueno, te dejo que todavía no he comprado el regalito de Comunión de Maruchi y ando apurada, porque me han dicho que, como no me dé prisa, me quedo sin Nintendo, que las señoras se prostituyen con el de la planta cuarta de El Corte Inglés a cambio de accesorios para la DS.
PAQUI: ¡Pues hasta otro año, hija, a ver si para enero nos buscas un hueco!
LA MENDA: ¡¡¡Lo prometooooooooo!!!

lunes, 16 de mayo de 2011

No comment


Sigo sin mis queridos comentarios.
Esto ya empieza a pasarse de castaño oscuro.
Vamos, que lo veo negro.

"Que lo que tus seguidores te dieron no te lo quite Blogger", debe rezar el refrán.
Y yo sin enterarme...

En fin, el miércoles, día 18 de mayo, se publica la siguiente entrega de "Si me lo cuentan no me lo creo", porque como intento mantener la máxima de publicar los días pares, pues eso, que cae en miércoles la cosa,  y paro ya de hablar, que me estoy enrollando y ya ni sé lo que digo...

Me voy a comprar un disco duro externo para guardarme un back up de mis entradas, y de los comentarios que me llegan por correo electrónico, y de las actualizaciones de mis 3 readers favoritos, y de las imágenes que subo en plan "complemento", y de las entradas "descarte", y de... en fin, que me va a hacer falta espacio "para por si acaso"... visto lo visto, una nunca sabe de dónde le va a venir el tartazo, así que mejor prevenir.

Y no es que me esté quejando, ¿eh?
¡Dios me libre de semejante ingratitud por mi parte!

En cualquier caso, siguiendo fielmente a la incólume Bridget Jones cuando dice aquello de "Cuando estés criticando las tonterías que diría un imbécil conservador, calvo y gordo de los suburbios acomodados de clase media alta, asegúrate de que no haya ningún imbécil conservador, calvo y gordo de los suburbios acomodados de clase media alta presente", yo remato: ¡Que viva Blogger y sus secuaces!



sábado, 14 de mayo de 2011

A ver si es cierto...

Dicen que lo están resolviendo.

Que, poco a poco, los post perdidos irán publicándose de nuevo y que los múltiples comentarios de los lectores, perdidos hasta este momento en una especie de limbo blogueril, aparecerán como por ensalmo.

Yo no sé si creérmelo, pero digamos que quiero tener fe en Blogger y les tomo la palabra.

Al menos, la entrada del día 12, que había estado missing durante casi 48 horas, acaba de materializarse ante mis ojos perplejos. No así vuestros comentarios.
Como no me los devuelvan intactos, se va a rifar una tanda de collejas de no-te-menees...

Entenderéis que no publique hasta que la normalidad se instaure en Blogger, porque sería trabajar en balde.

Hasta ese momento, sigo escribiendo, que no quiero "perder comba" ni quedar en el olvido.

Un abrazo para todos y... paciencia.


viernes, 13 de mayo de 2011

Esas cosillas que nos confunden...


Sí, me refiero a esas expresiones que no por ser más escuchadas son menos complicadas.
Con lo fácil que sería expresarse sin ambages, que para eso tenemos una lengua rica en adjetivos y sus complementos... Pues no. Tenemos que complicarnos la existencia con las composiciones gramaticales más rebuscadas. Ayyy...

Porque, a ver, ¿qué es una "idea peregrina", sin ir más lejos (que me agoto)? ¿Un planazo al Rocío, en plan "yo iba de peregrina y me cogiste de la mano"? ¿Una ocurrencia en forma de paloma? ¿Qué?

Como cuando en el telediario te hablaban de "fuerte aparato eléctrico" y, contra todo pronóstico, no se referían al horno pirolítico de la cocina ni al portentoso miembro viril de mi vecino, sino a simples tormentas cuajaditas de rayos y centellas. ¡Qué lástima de expresión desaprovechada, Virgen de la Encarnación perpetua! Con lo que prometía...

O cuando te hablan de una "frase lapidaria" y te brota buscar un escondite para librarte de la lluvia de pedruscos que se avecina. Mi hermana, por ejemplo, me confesó hace unos años que ella siempre creyó que se referían " a eso que escriben en las tumbas de los muertos".
Traducción simultánea: el epitafio de las lápidas del cementerio. Ya veis que no era tan fácil la cosa...

Recuerdo con cariño a mi abuela, persiguiendo a mi primo por el pasillo, ensaladera en mano, porque la buena mujer había oído decir a mis tías que el primo Ambrosio "perdía aceite" y no quería que se desaprovechara sobre las baldosas. La pobre...

Además, luego se pasan vergüenzas innecesarias ante las amistades, como cuando Paqui me soltó aquel "menuda noche murciana he pasado por culpa de mi vecina".

- Será toledana- corregí yo a mi amiga.
- Pues no. Creo que es de Cáceres, ¿por qué?
- No, que digo que se dice "pasar una noche toledana".
- ¿Y por qué no puede ser murciana? ¿Es que en Toledo se inventó el ruido, o qué?
- Ni idea. Desconozco el origen de la expresión, pero que es toledana lo tengo clarinete.
- Melapela... el caso es que no he pegado ojo. Yo, que duermo siempre como un hurón.
- Lirón.
- ¿Cómo dices? ¿Alirón? ¿Es que me estás animando?
- No, digo que el animal que duerme a la pata la llana es el lirón.
- ¿El hurón es insomne, entonces? Qué lástima...
- Oye, que yo no he dicho eso.
- Me la sigue pelando. He utilizado esa frase desde hace mil años y no la voy a cambiar ahora.
-  Mil años, así, sin exagerar, ¿no?
- Pues sí. Lo he calculado "a ojo de buen lucero".
- “Cubero“, Paqui, se dice cu-be-ro.
- ¿Y qué coño es un cubero?
- Espera, espera, que lo busco en la RAE… me lo temía, se trata de un vendedor de cubas.
- Vamos, el mejor para calcular a ojímetro, con el cogorcio que llevará encima… deja, deja, yo sigo con mi lucero, que fijo que tiene mejor ojo y no ve doble.
- Tú misma.

En fin, lo dicho: que nos complicamos la vida a lo tonto.
Desde aquí, mi compromiso: a partir de ahora, intentaré hablar en plata, no a la buena de Dios, ni más que un sacamuelas, ni de oídas. Ni siquiera hablaré por hablar.
Seré somera, sucinta y austera. Práctica y un tanto siesa.
Casi casi monacal en mi expresión.

Vamos, que no me lo creo ni yo...


martes, 10 de mayo de 2011

El que avisa no es traidor


Siempre me he preguntado quién sería el ridículo que se dedicaba a pegar los famosos carteles de “prohibido fijar carteles”. Me lo imagino con una cara de cenutrio preocupante…

Pues, por si fuera poca ocurrencia, ahora descubro que en multitud de productos de uso cotidiano aparecen leyendas e instrucciones tan ingeniosas como integrarle ceniceros a tu Vespa. Algunos, los he visto con mis propios ojos. Otros, me los han contado, o los he leído por la red. Y yo que pensaba que estas cosas sólo pasaban en USA, donde (al parecer) te avisan en los microondas de que meter al gato puede no ser del todo bueno para tu mascota…

Se supone que en el origen de esta sinrazón estaba la típica abuelita-rompetechos, quien, para ahorrarle un resfriado innecesario a su minino, introducía al animal recién bañado en el programa suave del aparato, para acabar encontrándose en su interior una bullabesa gatuna de difícil digestión. Aunque cuenta la leyenda que la abuelita era despistada, pero no tonta y procedió a demandar al fabricante por no avisar en su embalaje de lo inútil del procedimiento, sacándose una jugosa jubilación de todo esto.

Bien.
Que digo yo que una cosa es que la abuela americana fuera una avispada montajista y otra bien distinta es que nos hayamos vuelto gilipollas. Porque de lo contrario, no se entienden las siguientes instrucciones (verídicas, o eso dicen):


· No planchar la ropa sobre el cuerpo (Instrucciones de una plancha Rowenta): Vaya. Pues es una lástima. Y yo que pensaba ahorrarme la tabla de planchar… ahora me voy a tener que hacer con el kit completo. ¡Menudos aguafiestas, con la crisis que hay!

· Importante: mantener fuera del alcance de los niños y las mascotas (Marca de cuchillos de cocina coreanos): Una cosilla… ¿de qué tipo de mascotas estamos hablando? ¿De Doraemon o así? Y el tonto de mi perro, que no sabe ni abrirse un botellín…

· Instrucciones de uso: abrir el paquete; comer los frutos secos (en una bolsita de anacardos de British Airways): y, ojo, que les ha faltado indicar que ha de ser en ese orden. A ver cómo te lo montas si no…

· No intente detener la sierra con las manos o los genitales (instrucciones de una sierra eléctrica sueca): qué cachondos estos nórdicos, no me digas… ¿a cuántos habrán capao con la rotaflex sin querer?

· Puede contener partes difíciles de tragar (teclado para ordenador): ¡Bah, qué exagerados! Si sólo hay que apartar el ENTER y la barra espaciadora, que lo demás pasa como la seda…

· Aviso: puede contener restos de tuercas (en los ingredientes de una caja de bombones): Claro, claro, porque los restos de tornillos los reservan para los yogures con trocitos. Total, ahí te tragas lo que sea pensando que es fibra…

· No usar en situaciones de peligro real (en un flotador con forma de patito): ¡Qué consideración la del fabricante! Y todo para que no se rían de ti en pleno naufragio. Di que sí. El ridículo, mejor en casa…

· Retire al niño antes de plegarlo (en un carrito para bebés): Ya decía yo que esa forma de llorar no era normal…

· El llevar este disfraz no te proporciona la capacidad de volar (en un disfraz infantil de Superman): seres sin entrañas… no sabéis el disgusto que le habéis dado al chaval. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Mandarle al niño la cabeza del ratoncito Pérez envuelta en papel de regalo? Romperle así el corazón…

· No conduzca coches ni opere maquinaria después de usar este medicamento (en un jarabe infantil para la tos): joé, este va a ser el chaval del disfraz de Superman, que volar, no volará, pero por lo visto conduce camiones de gran tonelaje y maneja con soltura la maquinaria más compleja. ¿Será nórdico?

Mundo de locos este…


domingo, 8 de mayo de 2011

Pelillos a la mar

- Mira, toca toca- me dice Carlota levantando la pierna como si fuera la Paulova a punto de espatarrarse en plena “Muerte del cisne“…
- ¿Qué quieres que te toque, so loca?
- Las piernas, qué va a ser. Me estoy haciendo la depilación láser y estoy entusiasmada. Mira qué tersura, qué suavidad, qué piel de terciopelo…¡Y eso que hace ya un mes de la última sesión!

Yo la miro, la remiro, toco como con miedo todos esos pelos rabiosos por salir a la luz del sol, con sus cañones a flor de piel y los poros oscurecidos por lo que, a ojos vista, es un vello pantojil de no te menees y le suelto tan contenta:

- Uyyyy, pues te está quedando de miedo, ¿eh?
- ¿A que sí?- me dice al borde del delirio.
- Sísisí, ¿ y cuántas sesiones dices que llevas?
- Ocho. Una cada dos meses, aproximadamente.
- Ya, ya… vamos, que llevas casi año y medio dedicada en cuerpo y alma al despelleje, ¿no?
- En realidad, casi dos años, porque en verano no puedo hacérmela, ya que te prohíben tomar el sol.
- Dos años… y te faltarán lo menos… ehhh...
- Nada, una sesión más y acabo.
- ¿Acabas?¿Quieres decir que ya te has hartado y vas a abandonar?
- Nooo. Digo que con una sesión más, lo damos por erradicado.
- ¿El qué? ¿El dinero?
- ¡No, so mema, el vello!
- Aaahhh puesss…¡qué bien! Me alegro por ti. Nada, nada, a disfrutarlo…

Cualquiera le dice que raspa más que una cama de velcro.
¿Qué engaño es este?
¿Por qué todas aquellas que me cuentan sus éxitos con el diodo o la alejandrita acaban reconociendo que lo del láser “definitivo” es cualquier cosa menos “definitivo”?
A ver, so melona: si tienes claro que no es cierto lo que te venden, ¿por qué te lo haces?
¿Por qué pagas las cantidades ingentes que te piden por ello?
¿Por qué juras y perjuras que ya no sabes lo que es pasarte la Gillette, si llevas dos años dándole a la cuchilla cada vez que te toca sesión de espada láser?

Menudo invento del tebeo este de la depilación permanente.
Luego vas y te lees el contrato que te hacen firmar y, ahí, en la letra pequeña, a pie de página y más perdida que un pedo en un jacuzzi, aparece la frasecita de marras: “no se garantiza la desaparición total del vello y, en cualquier caso, se hace constar que multitud de estudios avalan la teoría de que el pelo tiene un ciclo vital de 7 años, tras los cuales, vuelve a brotar”.

Estupendo.
Me paso dos años dándole al cuerpo con el aparatito, revisándome las pantorrillas y axilas como si se me fuera la vida en ello, voy a la playa con las ingles en carne viva, me excuso ante la gente que mira con espanto mis trenzas de espiga en los muslos con un “es que me toca láser la semana que viene y no puedo quitármelo por mis propios medios”, pago la intemerata y media por un tratamiento supuestamente indoloro que me hace llorar en silencio… y todo esto para conseguir vivir tranquila un máximo de… ¿cinco años?

Pues tampoco.
Porque, por lo visto, los pelos van apareciendo cuando quieren.
Vaya, que son rebeldes porque el mundo les ha hecho así.

Unos te vuelven a salir a los tres años, otros a los cuatro, y así aleatoriamente…
En una palabra: un timo.
Pero, oye, Carlota está como loca.
Convencidita perdida de que su piel se ha convertido en alabastro y que el esfuerzo lo vale con creces.

- Y encima, me han hecho gratis los dedos gordos y el monte de Venus-me dice en bajito, como si fuera pecado mortal tener pelos en los pulgares.
- ¡Anda! Nunca me había fijado en que tuvieras vello en las manos, qué cosas…
- ¿Estás tonta? ¡En los dedos gordos de los pies!
- Ahhhh, claro claro… (¿como los hobbits? ¿pero qué invento es este?) bueno, te dejo, que tengo que ir a recoger a los niños al cole,, ¿eh? ¡Hasta mañana!

Cualquiera le pregunta dónde está el monte peludo ese.
Yo es que con la geografía, reconozco que soy bastante nula…


viernes, 6 de mayo de 2011

Yo también googleé a Alexei Kurkovski, me comí una goma de MILAN para ver si sabía a NATA y me zampo los donuts de dos en dos porque así me lo enseñó mi madre…

PAQUI: Chicas, qué mal lo he pasado esta mañana. Se me ha ocurrido pesarme y la báscula marcaba dos kilos más que cuando me fui de vacaciones. ¡Maldita Semana Santa! Claro, como llovía tanto, me he pasado los días dándole al maxilar para aplacar el aburrimiento… Ojalá ejercitara los muslos tanto como las mandíbulas.
LA MENDA: A mí me ha pasado lo mismo. Reconozco que me he subido seis veces para sacar mejor “media”, pero ni por esas. Tres kilos. Te gano con creces…
PAQUI: Pero, ¿te has subido bien? ¿En bolas, sin respirar, con un pie primero y posando muy suavemente el otro y después de pasar por el váter?
LA MENDA: Que sí, que sí. Que lo he hecho fetén. Si hasta me he cortado las uñas antes de subirme por sexta vez, no fueran a ser ellas las culpables. Pero qué va…
CARLOTA: Pues yo he de confesar que no me he pesado porque ya me había puesto el rimmel y no me apetecía acabar con la cara llena de churretones de la llantina. He metido la báscula en el armarito del baño, no os digo más…
ELVIRA: Ya, pero es que lo mío es mucho peor. Anoche, confieso que metí la cabeza en el congelador prometiéndome que “sólo iba a ser un ratito para refrescarme” y acabé metiendo la cuchara sopera que llevaba en la mano “por casualidad” en un helado Häagen Dazs de dulce de leche con extra de caramelo que alguien había dejado allí, abandonado a su suerte. Si me vierais… yo, a escondidas dentro del congelador, para que nadie me diera el alto… Qué vergüenza…
CARLOTA: Uyyy, si supieras la de cosas que me he comido yo a escondidas…
ELVIRA: Ya, pero es que yo vivo sola.
CARLOTA: Pues sí que va a ser grave lo tuyo, sí…
ELVIRA: Con lo bien que llevaba la operación bikini… pero se jodió el invento. El bikini sólo voy a poder usarlo como monedero, para meter las vueltas de las cervecitas del chiringuito. Para el resto del cuerpo, mejor me hago con una túnica mona. Me han dicho que van a ser lo más este verano…
LA MENDA: Es desolador… aquí donde me veis, voy enfajada hasta el tuétano. Me he puesto una braga con doble refuerzo caderil, que encima te eleva los glúteos. Y eso que yo no quería elevarme nada, en todo caso aplanármelo. Pero chica, es que el efecto es conjunto y no te puedes llevar uno y dejarte el otro. Y ya, por rematar la jugada, en la zona abdominal llevo un body de lycra con triple banda elástica-recauchutante que te asegura una cintura de abejorro que ni en tu mejor época. Que yo me pregunto: si yo no he tenido cintura ni cuando me vestí de primera Comunión, ¿adónde voy ahora, vendada cual momia? ¿A quién quiero engañar? De verdad os lo digo: no lloro porque se me hincharía la cara y ya sería lo que me faltaba, que para la jeta no existen fajas…
CARLOTA: Cómo te entiendo… ¿y cuando te ponen delante, a mala-baba, una bandeja llenita de bombones y tienes que coger un puñado soltando la frase esa de “son para una amiga”, para que los demás no te llamen “tragaldabas”?
PAQUI: Que te crees tú que no te lo llaman… como cuando bajas a desayunar con los compañeros del curro al bar de siempre y te pides “namás un pinchito de tortilla, que así ya no como en casa”. Seguro, seguro. Entrante, dos platos y postre. Namás
LA MENDA: Sísisí. Yo también lo he hecho. Lo asumo. A mí, a diferencia de todas esas “finas” que engordan del aire y lo arreglan tomando Activia, lo que me infla es lo que dejan mis hijos en el plato. Bueno, eso y lo que había en el mío, claro.
ELVIRA: A todo esto… ¿qué pinta la Machi anunciando Activia? ¿Alguien cree que le haya hecho efecto a ella? ¿La notáis deshinchada? Cada vez que la veo, globo en mano, pontificando las bondades del bífidus activo, me da la risa. Es como ver al cuñao anunciando Binaca. Como que no te cuadra…
CARLOTA: Ya tía, yo he pensado lo mismo. Que por qué demonios le llaman “sentirse hinchada” a lo que todos sabemos que es “tener sobrepeso”. Malditos eufemismos…
ELVIRA: No hay duda. Cuando una empieza a tener más estrías que canas es que la cosa se está poniendo seria, chicas.
PAQUI: Calla, calla y pásame los cacahuetes, que ya, total, empiezo el lunes…
LA MENDA: Amén, hermana. Qué sería de nosotras sin estas terapias metabólicas que nos montamos cada fin de semana, ¿eh?
ELVIRA: Nidea, cielo, nidea… No sé cómo lo superan las demás. Supongo que atracándose a kiwis.
LA MENDA: Supongo. Panda de tristes...

miércoles, 4 de mayo de 2011

¡Me cago en tus muelas!

Follow my blog with bloglovin


Estaba yo tan a gusto, a puntito de zamparme unos tortellinis alla matriciana con mi amigo Segis, charlando de lo divino y lo humano, cuando de pronto le veo hacer un aspaviento, sujetarse la tráquea como si se le fuera a desencajar de su sitio y abrir unos ojos que ríete tú de la niñita de “El exorcista”.

Joder, ya se han vuelto a pasar con el picante”, pensé yo pa mí al ver la mirada de espanto de mi amigo, que movía sus manitas arriba y abajo, arriba y abajo, como si fuera una muñeca de famosa con pilas no alcalinas.

“Menos mal que una se enrolla charlando (pensé yo) y nunca hace de conejillo de indias”, porque, si por un casual, me abalanzara sobre el plato la primera y un poco de picante rozara mi lengua, se me hincharía y abotargaría de tal modo que ya no daría pie con bola. No habría conversación, no habría comida, no habría … No en vano se me conoce en casa como “miembro honorífico de la liga anti-Tabasco”.

Pero no. No era el picante.
Ojalá…
Resulta que Segis se había tragado la muela de porcelana que el dentista le había pegado de forma provisional para que “tirara” durante las vacaciones de semana santa.
Así, enterita. Sin anestesia ni nada.
La muy arpía pasó limpiamente por su gaznate camuflada entre gambas y linguinis.
Que ya hay que ser ladina…

Imaginaos el careto del pobre infeliz, que no sabía si llorar o provocarse el vómito allí mismo:

- ¡Dame en la espalda, méteme la mano en la boca, tírame de la lengua, haz algo!- me gritaba desesperado.
- ¡Sí, hombre, y te pongo también un enema, si te parece correcto!- le proponía yo más nerviosa que él.
- ¿Qué hago? ¡Si yo nunca vomito! ¡No sé cómo se hace!
- Pues chico, pégate unas arcadas. Pínchate el tenedor en la campanilla. No sé. Pero chillando dudo que salga nada… ¿Por qué no llamas al dentista, a ver qué se le ocurre?- Es que ya nos empezaban a mirar raro los de las mesas de alrededor...
- ¡Eso voy a hacer! ¡Ahora mismito!

Pero fue peor.
Mucho peor.
La única solución que le dio fue “esperar”.

- ¿Esperar a qué? ¿A que rebote en el intestino grueso y vuelva a su sitio?
- No, Segis, esperar a que salga por el conducto “natural”…
- ¿El con…duc…to…na…tu… (noté en sus ojos estrábicos el momento exacto en que la cruda realidad se abrió paso en su mente) o sea, por el culo?????
- Eso es, Segis. Has de vigilar tus deposiciones, limpiar la muela cuando aparezca y traérmela a la vuelta de tus vacaciones- le explicó el dentista con su santa paciencia.
- Vale. Eso supongo que es la pura teoría. Lo que les dices a todos los incautos que te llaman con estas milongas. ¡Pero ahora dime el plan B!
- No hay plan B, Segis. Lo que te he contado es lo que hace el 90% de mis pacientes cuando se encuentran en una situación como la tuya.
- Ya, ya. ¿Y el 10% restante qué hace? ¿Se muere al cagar la muela?
- No, Segis. El 10% restante encarga una nueva.
- Pues yo quiero ser de la minoría también. Encárgame una nueva y me la pones a la vuelta. Ya tapo el agujero con un poco de miga de pan, que si me la trago no es tan dramático.
- Bien, bien. Pero recuerda que entonces el presupuesto se te encarecerá en otros 900 euros.
- ¿Cómo? ¿900 euros más?
- Es lo que cuesta una nueva muela a medida, sí.
- Estooo… deja, deja, mejor no me encargues nada y ya nos vemos a la vuelta, ¿eh?
- Eso me imaginaba.

Menudo marrón (literalmente hablando).
Segis se ha pasado las vacaciones sentado en un orinal.
3 días, en concreto.
Y yo que pensaba que eso era bastante más “instantáneo”…

Se compró unos guantes de látex, un cepillito de uñas y, venga, a darle a la muela hasta que quede impoluta. De vez en cuando, le oía llamar al dentista por teléfono, para consultarle sus “dudillas”:

- Oye, el producto que me echaste para pegar la muela a la encía… ¿era de color marroncillo?
- No, Segis, era blanco. No puede quedar nada marrón.
- Vale, vale, nada, pues aquí sigo, ¿eh? ¡Te la voy a llevar niquelada!
- Sí, mucho mejor, Segis, dónde va a parar…

Desde entonces, cada vez que oigo la palabra “orgánico”, me echo a llorar.

Justo al contrario que el resto de la cuadrilla, como no podía ser de otra forma, que se ha pasado la semana tomándole el pelo:

- Segis, que me he quedado sin abono, anda, vente pa casa que tengo el rosal todo mustio- se mofaba Paqui.
- Uy, pues al niño le hemos quitado el pañal este mes, Segis, ¿quieres que te enseñe dónde se hace popó?- le ofrecía Jacinta.
- Dejadle en paz- mediaba yo- ¿no veis que está estreñido desde que apareció el molar?

Y Segis, vergonzoso como es, sin entrar al trapo de todas estas provocaciones, callado en una esquina, me confesaba: “es que ya no me atrevo ni a hablar. No vaya a tener algo de halitosis y estos cabrones me empiecen a hacer cantares”.

Bien pensado, ahorrarte todo esto por 900 euros...
...me parece hasta barato…

Quizá también te interese...

Related Posts with Thumbnails