Pincha +1 si te gusta el blog... ;-))

miércoles, 3 de marzo de 2010

Comidas-cena...

¿Nunca os ha pasado eso de quedar a tomar algo y volver a las 4 de la mañana, a cuatro patas y cantando el Soy minero a voz en grito?

Uno va con toda su buena intención a tomar “un aperitivito y pa casa” y se encuentra que, de pronto, es el día siguiente, la cabeza te atrona y no das con la caja de ibuprofeno que “había dejado aquí mismito el otro día, pero se la ha debido de comer alguien”.

Mi amiga Carlota es experta en estas lides. Te engaña con lo del “pintxo-pote (no hace falta explicar mucho en qué consiste, pero, por si acaso, diré que por 1€ te dan una caña y un pintxo) y acabas haciendo un “pota los pintxos” en toda regla. No falla.

Porque, tras los pintxos, hay que comer, claro. Te metes 2 platos más postre, bien regados con txakolí, y alguien, desde el fondo de la mesa, así, a lo “anónimo”, grita emocionado: ¡¡¡ahora, unos patxaranes, nooo???!!!

Hala, patxaranes pa todos. Como está mandado. Y empieza la fiesta.
Que si cántate esa que te sale tan bien, que si ahora todos a coro, que si déjale a Mikel que se sabe una buenísima, que si ahora te hago la segunda voz… un despiporre. Casi como el Orfeón Donostiarra, pero con gargajos en la garganta.

Tú ya te sientes que ni en tu propia casa. Dándolo todo. Con tu micro imaginario, pegándoselo a Carlota a la boca para que te haga el dúo. En plan Las Grecas-total. Y la peña aplaudiendo a rabiar, porque hace ya tiempo que no veían nada igual. Es que ni Celine Dion es capaz de alcanzar el grado de implicación que tienes tú a estas alturas del cuento.

Al rato, llega la calma. No te queda repertorio. Entonces, otra alma inconsciente, suelta lo de: “Venga, que esta gente tendrá que chapar el local, vámonos a tomar la espuela al Fistros!!!” Y allá que vas tú, con Carlota toda perjudicada colgando del bracete.

En el Fistros, a esa hora, están los jubilatas tomando café. Pero a ti te da igual, porque consideras que a esa gente hay que animarla, que bastante han currao ya en su vida y, bien pertrechada con tu orujito de hierbas, te lanzas directa al de la boina, que hay que alegrarle la tarde.

El pobre hombre sólo acierta a susurrar… “juventudesta…” y se larga, como cabizbajo, con los colegas y las fichas del dominó a otra parte. Bueno. No pasa nada. El local pa nosotros.

Entonces empieza lo chungo. Xabi, que hasta entonces estaba calladito, decide que “basta de mariconadas” y que “vamos a pedirnos ya los cubatas, que el orujo este me está dando ardor”. Pues cubatas para todos, no se hable más. Yo insisto: “pónmelo cortito, hip, que si no me sabe a colonia” y Carlota opta por un “gin tonic, con poca tonic, hip hip”. Y así, uno tras otro…

Pero Xabi, enfermizo él, no consigue superar el ardor estomacal que le han producido los orujos, así que propone… “un kebab pa empapar???” Pues un kebab.
No veas lo que chorrea esa cosa si te la comes con una sola mano. Porque en la otra llevas el cigarrito y el cubata-cortito. Así que oigo a Carlota chillar… “halaaaaa, toa la pechera llena de tomateeeee”. Yo la miro y no, no veo el tomate por ningún lado. Se lo hago notar: “oye, mira, Carlota, estate tranquila, que tienes la pechuga limpia-limpia. No te preocupes.” Ella, risueña que es, se empieza a descojonar viva, mirándome con condescendencia y me contesta: “que no soy yooooo, so bobaaaa, hip, que es tu pechugaaaa la de los lamparonessss!!!”. Efectivamente. Es la mía. Bah, qué más da. Total, no me ve nadie…

Acabado el kebab, Carlota remata: “Tomamos la espuelísima en el Bigotes???”
Sííííí, contestamos todos, como los payasos de la tele. Y pallá que tiramos como podemos.

A partir de ese momento, los recuerdos se me mezclan un poco. No sé si fue en el Bigotes donde bailamos la lambada en grupos de tres o si, por el contrario, lo de la lambada fue en el Arturo’s y lo que bailamos en el Bigotes entonces fueron los pajaritos-versión-Aserejé.

Tampoco podría jurar si la vuelta a casa la hice andando por donde siempre, o si volví en taxi por acompañar a Carlota a casa y de ahí me pillé el bus hasta la parada del tranvía que me debió dejar a la altura del Bigotes otra vez. No recuerdo bien. Me quiere sonar, pero lo tengo como perdido en la memoria…

Y aquí es cuando me despierto. En casa (a Dios gracias), con una bota puesta y la otra tirada bajo la cama. Con una camisa llena de manchas como rojizas, la lengua de trapo de tanto cantar y fumar y el móvil pegado a la cara, del que sale una vocecilla, que parece la de mi amiga Carlota, que entona… Acherejé-dejé-dejé-dejemesemiunova-chachi-guararaní

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La juerga continua... vigila donde " potas " que se pone todo hecho un asquito, y ya sabes aquello SI BEBES NO CONDUZCAS.

Además de los buenos consejos, pásalo genial, sólo se vive una vez

Esthertxu dijo...

jajajaja cierto, cierto... se pone de aquella manera y al pobre que le toca limpiar te lo recordará toda la vida...
Besos y a vivir que son dos días, sastamennnn!!!

Elisabeth dijo...

12 de Julio.... yo solo sali para ir a la corrida, a barrera, es decir monisima de la muerte con taconazos de 10cm.... llegue a casa a las 6 de la mañana y mejor no entrar en detalles........ja,ja,ja

Quizá también te interese...

Related Posts with Thumbnails